La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en la gran obsesión del mundo. La nueva revolución tecnológica ha permeado en casi todos los sectores de la economía y las inversiones millonarias que la industria anuncia a diario llegan a los niveles de la embriaguez.
Ya sean startups, multinacionales o gobiernos, todos han sido abducidos por el potencial de esta tecnología. Sin ir muy lejos, Anthropic –dueña de la plataforma Claude– ha anunciado esta semana una inversión de 50.000 millones de dólares en la construcción de centros de datos en Estados Unidos. Y no es la plataforma más conocida. Tal y como refleja el gráfico, ChatGPT se come gran parte del pastel y las grandes tecnológicas –Meta, Alphabet, Amazon, Microsoft– tampoco se quedan atrás. Este año han anunciado una inversión que en su conjunto supera los 300.000 millones de dólares.
Pese a la popularidad de las plataformas de EE.UU., China lidera con el 60% de actores y el 80% de patentes
Aunque de momento quien se lleva la palma es la industria de los microchips, la mejor valorada del mercado por tener la infraestructura clave en el procesamiento de datos. De hecho, Nvidia se ha convertido en la primera compañía del mundo en superar los cinco billones de dólares de capitalización bursátil. Nadie duda de su potencial. Sin embargo, hay temores de una burbuja. Recientemente, Goldman Sachs y Morgan Stanley han advertido de una posible corrección de valoraciones a causa del propio modelo de negocio de estos grupos, basado en una política de inversión circular entre empresas de chips y operadores que puede inflar el negocio por encima de sus posibilidades.
“Cuando hay una gran oportunidad siempre hay actores que quieren jugar sus cartas y lo más normal es que haya un proceso de selección natural donde unos ganan y otros pierden. No es una burbuja porque hay una gran oportunidad de negocio”, sostiene el consultor Genís Roca, especializado en transformación digital.
La política laboral del 996
La mejor arma de los grupos tecnológicos que batallan por la IA se llama 996: trabajo de 9 de la mañana a 9 de la noche durante 6 días de la semana. Esta política laboral tan extrema fue instaurada por los grupos chinos Tencent, Alibaba y TikTok (Bytedance) hace años y, a pesar de que el gobierno chino la prohibió en 2021, sigue extendida en el país asiático. Las corporaciones chinas no están por historias, quieren seguir siendo líderes, lo que ha provocado una oleada de reacciones en Silicon Valley, que ha extendido el método 996 entre sus empleados. The New York Times reportaba sobre el fenómeno este septiembre, al igual que otros medios de California. Como síntoma, explicaban que los pedidos de comida en las oficinas se han disparado durante los sábados. Elisenda Bou, emprendedora con conexiones en Silicon Valley, constata que el 996 está de moda y que, de momento, no causa rechazo entre los empleados, al contrario. “En el sector tech, la mentalidad es trabajar duro y cobrar mucho dinero durante unos años para después dejar el trabajo y vivir bien. No importa la salud mental y creo que eso es un error”, comenta la fundadora de Cala AI y Vilynx, esta última vendida a Apple.
La magnificencia de las valoraciones de estos grupos con sede en Estados Unidos eclipsa la mirada de cualquiera, pero de momento la foto global demuestra que es China quien domina la industria. Según un informe elaborado este año por la Comisión Europea, Generative AI Outlook Report , el sector está formado por 72.000 entidades (investigación, innovación y empresas) y el 60% se concentra en el gigante asiático. ¿Resultan familiares empresas como Tencent, Huawei, Smic, Alibaba, Bytedance, Ping An o Baidu? En patentes también arrasan, con el 80% del total mundial. “Hay mucha innovación e industria que va más allá de las plataformas fast food que llegan al consumidor final europeo”, apunta el consultor Jacinto Estrecha, jefe de Inteligencia Artificial en Europa y Latinoamérica de la consultora NTT Data.
Según el informe, Estados Unidos sigue a China muy por detrás, con el 11% de compañías y el 7% de patentes. ¿Qué papel juega la Unión Europea? El estudio señala que apenas concentra el 7% de jugadores y el 2% de las patentes mundiales. “Europa ha perdido la carrera de la infraestructura de los microchips y también la carrera de las grandes plataformas. Como siempre, se puede ver el vaso medio lleno o medio vacío. La industria de la IA generativa es tan grande que todavía ofrece oportunidades que nadie ha desarrollado. Así que Europa aún puede jugar un papel relevante”, comenta Carlos Trenchs, inversor en startups desde hace más de 20 años y fundador del fondo Masia, que invierte en empresas emergentes de todo el continente.
Según Estrecha, las oportunidades para Europa se encuentran “en el desarrollo de soluciones éticas y seguras, en entornos más reducidos y locales”, como las que pueden necesitar las compañías que desarrollan servicios críticos o las administraciones públicas a todos los niveles.
La UE es la segunda potencia en publicaciones científicas pero aporta el 2% de patentes
De hecho, el informe sostiene que la Unión Europea ya es una potencia fuerte en investigación, al ser la segunda región con mayor número de publicaciones científicas sobre IA generativa, –con 3.000 papers en 2024– solo por detrás de China, que el año pasado registró unas 6.000. El reto, apuntan los autores del estudio, se encuentra precisamente en cubrir la transferencia de la ciencia al mercado, ya que la UE solo obtiene el 2% de patentes mundiales en IA generativa.
Otro gran problema europeo concierne al capital invertido en la creación y el crecimiento de startups. Los datos son clarificadores: el año pasado, el 42% de la inversión de fondos de capital riesgo en startups de IA generativa se concentró en Estados Unidos, mientras que Europa solo captó el 25% del total, según datos de la plataforma Dealroom, que indica que las startups levantaron un total de 110.000 millones de dólares. “No puede ser que por culpa de la legislación los profesionales que se forman en Europa se muden a Estados Unidos o decidan trabajar en la UE pero fundar la sede de su startup en Delaware. En España, 12 de las 15 startups más prometedoras de IA tienen el holding en ese estado de EE.UU. porque allí es más fácil levantar capital y la regulación es más laxa”, sostiene Trenchs.
El gran activo de Europa, apunta el inversor, es precisamente todo este talento profesional que se forma en universidades punteras. Con el objetivo de retenerlo y evitar su fuga a Estados Unidos ha surgido una iniciativa desde la base del ecosistema. “Nos hemos unido inversores y fundadores de startups para crear una solución paneuropea, una entidad legal que hemos bautizado con el nombre de EU-INC, que vendría a ser como el 28º estado virtual de la UE. La idea es crear una entidad legal que permita a las startups operar en toda la UE bajo los mismos estándares regulatorios y que estos sean más flexibles en cuestiones como la constitución de empresas o las stock options ”, comenta Trenchs. La iniciativa se ha presentado ante la Comisión Europea, que ha creado un grupo de trabajo liderado por la presidenta Ursula von der Leyen. Si cuenta con los apoyos necesarios, los impulsores calculan que la nueva regulación se podría implantar en 2027.
El sector digital impulsa un 28º estado virtual de la UE para retener talento y capital con un marco flexible
Más allá de esta propuesta del sector, la UE ya ha dado algún paso para flexibilizar la regulación. De hecho, esta semana Reuters filtró una reforma ómnibus que prepara la Comisión para reducir, entre otros aspectos, los requerimientos en materia de IA y protección de datos. Desde el año pasado, está en vigor la AI Act –o ley de Inteligencia Artificial– que ha topado con el rechazo de las grandes multinacionales y el sector emprendedor.
A pesar de haber perdido la carrera de las infraestructuras, la UE también ha hecho esfuerzos en esta dirección impulsando el programa InvestAI, que pretende movilizar 200.000 millones de euros de inversión pública y privada impulsando, entre otros proyectos, gigafactorías europeas de IA (de las cuales una de ellas puede acabar ubicada en Catalunya).
Europa se enfrenta, por tanto, a un desafío que trasciende la innovación tecnológica: encontrar su propio modelo de desarrollo en la era de la inteligencia artificial generativa. Mientras Estados Unidos y China compiten por el liderazgo global con fuertes inversiones y escalabilidad, la fortaleza europea podría residir en la calidad y la ética de sus proyectos.
