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El “milagro” surcoreano: innovación y planificación

En portada: un referente asiático

El país asiático destaca por su apuesta por el I+D, la adaptabilidad frente a los cambios ante los retos de la baja natalidad y la escasa inmigración

El distrito de Gangam de Seul es uno de los más lujosos

Kevin Schafer / Getty

En Barcelona, muchos hablan de los prodigios de la smart city . Se han organizado congresos y conferencias, pero nadie sabe lo qué es realmente vivir en una ciudad inteligente. En cambio, hace años que lo saben en Corea del Sur. El Gobierno no pierde el tiempo y ha impulsado no una, sino varias smart cities por todo el país. Allí dentro viven decenas de familias bajo un absoluto control a cambio de alquiler gratis durante cinco años. Una prueba para llevar al extremo todas las tecnologías que prometen mejorar la vida de la sociedad.

“¡Anda! Un armario desinfecta las camisas... Y un espejo inteligente da consejos sobre tu salud... Y una nevera hidropónica cultiva lechugas, ¿es esto el futuro?”, comentaban varios empresarios catalanes que tuvieron la oportunidad de visitar una ciudad inteligente cerca de Busan, en el sur del país, durante un viaje organizado a inicios de noviembre por la fundación Femcat, y en el que se invitó a los cuatro rectores de la UB, UAB, UPC y UPF.

La cultura del ‘pali-pali’ refleja la rapidez ante los cambios y una sociedad trabajadora y consumista

Entre la comitiva, hubo algunos más escépticos que otros pero la Eco Delta Village Smart no dejó indiferente a nadie. Como sacada de un videojuego de los Sims , aquella smart city parecía una urbanización fantasma si no fuera por algunos coches eléctricos o bicicletas que había aparcados enfrente de cada hogar. Todos grises, uno tras de otro, estaban plagados de cámaras y sensores de todo tipo. “Vamos por el cuarto año de prueba y la verdad es que la gente empieza a estar un poco cansada de tanto control. Lo que funciona mejor es el sistema de monitoraje del consumo de energía”, comentó una portavoz de Eco Delta Village Smart, un proyecto que ha recibido decenas de millones de presupuesto público. La idea es llevar las soluciones digitales que mejor han funcionado a mayor escala, aunque la portavoz que atendió a los medios no parecía tenerlo muy claro.

Cerca del 40% del PIB de Corea del Sur procede de los grupos familiares, llamados chaebols

De todos modos, la Eco Delta Village Smart de Busan es el claro ejemplo de la firmeza del país en impulsar la innovación. “Cuando vine a Corea del Sur en la década de los 80, este país me recordaba a la Catalunya de los años 60. En cambio ahora, es al revés, Corea del Sur nos muestra cómo podría ser la Catalunya del futuro”, comenta Oriol Guixà, presidente de La Farga y de Femcat, que organizó este viaje para conocer oportunidades que ofrece este país asiático.

Según datos del Banco Mundial (de 2022, los últimos disponibles), Corea del Sur invierte el 5,21% de su PIB en I+D, frente al 1,44% de España y el 1,77% de Catalunya (Idescat). La OCDE sitúa a su gobierno en la cima de los más digitalizados del mundo, con más de 1.000 servicios públicos y el 89% de adopción digital por parte de la población.

El gasto de I+D fue del 5,21% del PIB en 2022 (Banco Mundial) y en 2024 del 4,9% según Keri

“Aquí todo va muy rápido, ¡pali-pali¡, como dicen los surcoreanos. Por ejemplo, en 30 minutos fui capaz de crear mi empresa”, aseguraba Roger Royo, presidente de la Cámara de Comercio de España en Corea del Sur. Lo mismo decía el emprendedor barcelonés Carlos Kik, quien ha logrado un visado especial para impulsar una startup sobre cuidados a colectivos vulnerables. En un encuentro en el Pangyo Tech Valley –comparado, salvando las distancias, con Silicon Valley– Kik se mostraba muy entusiasta: “es alucinante, aquí la gente no tiene miedo a adoptar la tecnología, en un mes desde el lanzamiento del producto al mercado puedes saber si tu idea funciona o no. En España todo va mucho más lento”, aseguró. En Corea del Sur es diferente: “hay tantos programas de ayudas que ni ellos los saben”, apuntó Kik, quien financia su proyecto con recursos públicos. Royo se mostró algo escéptico con este sistema: “desde hace 20 años existen programas de innovación abierta pero el ecosistema de startups es artificial, la mayoría de empresas sobreviven con ayudas y valoraciones hinchadas”, aseguró.

“Corea del Sur muestra como podría ser la Catalunya del futuro”, señala Oriol Guixà, presidente de Femcat

Lo cierto es que el Gobierno intenta desde hace tiempo promover la creación de startups y pymes para romper con la hegemonía de los chaebols . La economía surcoreana no se entendería sin el peso aplastante de estos conglomerados familiares: Samsung, LG, Hyundai, SK y Lotte son los más importantes. Según Statista aportan más del 40% del PIB del país. No solo venden tecnología, coches o servicios de telecomunicaciones, tiene todo tipo de negocios, hasta empresas de cosmética u hospitales.

Vista aérea del proyecto urbano Eco Delta Village Smart

REDACCIÓN / Otras Fuentes

Según el investigador Taekyu Lee, de Keri Institute, estas compañías privadas han sido la base o del llamado “milagro coreano”. Tras finalizar la guerra en 1953 –y sellar el armisticio con Corea del Norte que aun hoy sigue vigente– el país estaba devastado y el gobierno decidió instaurar una economía totalmente capitalista que prescindió de empresas estatales y puso a los grupos privados en el centro de la política industrial. La máxima de Corea del Sur ha sido y sigue siendo: “el gobierno aporta visión e infraestructura y las empresas ejecutan con velocidad e innovación”, apunta. Aunque este “milagro” no habría sido posible sin el firme apoyo de Estados Unidos, que durante dos décadas aportó más de 4.000 millones de dólares en créditos y ayudas (según Korea Development Institute). Con los recursos recibidos por parte de EE.UU. Corea del Sur decidió impulsar –entre otros organismos– la universidad Kaist, una de las más punteras del país, donde a día de hoy se forman buena parte de los ingenieros de Samsung. En sus instalaciones, se encuentra una enorme sala de investigación de microchips (en España no existe nada igual) que se financia con recursos públicos y los royalties que obtiene de patentes surgidas de la universidad. Entre ellas, por cierto, el sistema de llamada telefónica vía wi-fi.

Corea del Sur es el país con la tasa de fertilidad más baja del mundo, con 0,75 hijos por cada mujer, según datos de Keri Institute

Esta cultura de la velocidad – pali, pali – también ha estado muy influenciada por sus vecinos, sobretodo China. Por eso, a Samsung no le tiembla el pulso al volver a instaurar el trabajo los sábados al ver que su gran rival hace lo mismo. Corea del Sur no quiere quedarse atrás. No solo para mantenerse en el podium de los países más innovadores del mundo sino porque “confía en la tecnología para suplir la falta mano de obra derivada de la baja tasa de natalidad”, asegura Ernest Melich, consultor de Acció (Generalitat), instalado en Seúl. En efecto, Corea del Sur es el país con la tasa de fertilidad más baja del mundo, con 0,75 hijos por mujer. “El gobierno ha destinado millones a revertir esta tendencia pero es incapaz. Abrir fronteras tampoco es una solución. Miramos a Europa y sus políticas migratorias nos parecen un desorden. Tenemos que apostar más por la innovación”, afirma Taekyu. De hecho, Corea del Sur es ya el país con más robots per cápita, con una tasa de 710 robots por cada 10.000 empleados, seguido por Singapur (658) y Alemania (322) según la Cámara de Comercio de España.

El país confía en la robotización para suplir la baja natalidad y su hermetismo ante la inmigración

A pesar de la baja fertilidad, y de la estricta política migratoria –la población extranjera solo es el 4,2%– las grúas forman parte del feo paisaje de Seúl, cargado de rascacielos grises y monótonos que, por suerte, indultan algunos árboles (ahora están magníficos con sus intensos colores otoñales). Desde hace años, la metrópolis y su área metropolitana –donde viven 25 de los 52 millones de los habitantes del país– está destruyendo antiguos barrios de casitas bajas (como la que habitan los protagonistas de Parásitos ) para alzar edificios y más edificios. Melich comenta que el gobierno intenta descentralizar la población fuera Seúl ubicando sedes de administraciones públicas en otras ciudades pero que esto no evita el desplazamiento de la gente hacia la gran urbe. Aquí es donde están todas las oportunidades. El centro de la ciudad no duerme. Seúl es un gran exponente mundial del consumismo, con grandes centros comerciales –el de Gangam, el más lujoso– pero también tenderetes en las calles que están abiertos hasta altas horas de la noche. La población suele hacer vida fuera de casa, en los restaurantes, las tiendas y los karaokes, seguramente como una vía de escape a la fuerte presión laboral y educativa que recibe desde temprana edad. De hecho, Corea del Sur es uno de los países del mundo con una tasa más elevada de suicidios, con 25 personas por cada 100.000 habitantes (OCDE, 2023).

Skyline del distrito tecnológico de Seúl 

REDACCIÓN / Otras Agencias

Por cada 10.000 empleados hay 710 robots, según datos de la Cámara de Comercio de España, que aseguran que es la tasa más alta del mundo

El PIB per cápita ha escalado en 70 años como pocos países en el mundo, al pasar de la pobreza extrema –comparada con países africanos tras la guerra– a un bienestar parecido al de España (ver gráfico). Además, la tasa de paro es inferior al 3%. Otra de las virtudes de su economía ha sido la adaptación y la flexibilidad de sus empresas. Lo que empezó como una economía agraria y textil, se convirtió hacia la industria química y pesada, para evolucionar hasta las telecomunicaciones y los semiconductores y volver a avanzar hacia una economía que ahora apuesta por la inteligencia artificial y las baterías.

Las oficinas de Naver –la plataforma equivalente a Google en este país, receloso de la tecnología extranjera, sobretodo de China– son un vivo ejemplo de su apuesta por la última tecnología. En la cafetería de las oficinas, quienes sirven cafés son robots y no empleados. Los últimos lanzamientos de esta empresa (que, por cierto, ha comprado Wallapop) están más vinculados a la robótica que al propio buscador digital. El gobierno trabaja de la mano de esta y otras compañías para lanzar su equivalente a ChatGPT.

El país intenta fomentar las pymes y startups ante la hegemonía aplastante de los ‘chaebols’

A pesar de la cultura del pali-pali y la adaptabilidad a los cambios, al gobierno no se le escapa que su economía se está ralentizando. Corea del Sur es un país altamente exportador (44% de su PIB, según el Banco Mundial) que depende de China y Estados Unidos. Y es difícil resistir a los aranceles de Trump y al freno de la economía china. La espectacular fábrica de cobre de Poongsang, que Femcat tuvo la oportunidad de visitar, funciona a medio gas porque los pedidos de Pekín no acaban de llegar.