Un inversor local de Barcelona ha salvado del concurso de acreedores a la cadena de restaurantes Secrets y a los establecimientos Farggi 1957, controlados hasta la fecha por la familia Farga.
Este inversor ha pactado un plan de reestructuración de la deuda que contempla asumir un pasivo de 15 millones de euros y conservar alrededor de 200 empleos.
Fuentes conocedoras del caso aseguran que el inversor era un antiguo acreedor del grupo y que tiene intención de invertir 3,5 millones de euros para relanzar el negocio de restauración. Fuentes consultadas explican que “en este contexto, el proyecto Secrets iniciará una nueva etapa estratégica centrada en el desarrollo de conceptos gastronómicos innovadores y en la expansión del grupo hacia nuevos formatos y localizaciones”. Por su parte, el proyecto Farggi 1957 “afrontará un plan de crecimiento y expansión de dicha marca de la mano del nuevo inversor”, asegura este comunicado.
Los establecimientos clásicos de La Farga solicitan el concurso de acreedores en Barcelona
Asimismo, este inversor local ha pactado asumir el pasivo de 15 millones de euros que tenía el grupo Farga sumando el negocio de los restaurantes Secrets –en el que se había realizado una fuerte apuesta de crecimiento– y los locales de Farggi 1957, que operan como cafeterías.
Estas fuentes comentan que el plan de reestructuración ha logrado las adhesiones necesarias de los acreedores, entre los que figuran entidades financieras, la Agencia Tributaria y la Seguridad Social. El plan de reestructuración ha sido presentado ante el juzgado mercantil 8 de Barcelona y está a la espera de su homologación judicial.
Los establecimientos clásicos de La Farga han quedado al margen de este plan de reestructuración. Estas fuentes aseguran que varias sociedades del grupo que explotan dichos locales han solicitado el concurso de acreedores al verse incapaces de asumir las deudas. El pasivo de estas compañías ronda los 5 millones de euros, según fuentes financieras. Una vez declarado el concurso de acreedores, el objetivo es vender la unidad productiva a una nueva empresa y que ésta asuma con normalidad su actividad.
En el año 2020, el negocio de La Farga vivió otro momento de reestructuración. El fondo británico Cheyne Capital se hizo con el control de Lacrem, el fabricante de helados de Farggi y la Menorquina, en una operación en la que asumió deuda del grupo.
