¿Se ha enterado de la novedad?”. Gildo Zegna ha cumplido 70 años y ha tomado una decisión radical: dar un paso atrás… “digamos, hacia un lado; o mejor: ¡hacia adelante!”.
Ermenegildo Zegna, la histórica marca de la moda italiana, ha cambiado su cúpula de forma ordenada pero repentina. “Lo decidí en septiembre; hasta el último momento temí que hubiera filtraciones –que para nosotros habrían sido muy dañinas–, pero hemos conseguido mantener el secreto”, explica en el día del anuncio. La comunicación llegó el lunes pasado: el próximo 1 de enero, Ermenegildo –Gildo– dejará el cargo de presidente y consejero delegado (posición que ocupa desde 1997) y, tras haber transformado la empresa en un gigante del lujo cotizado en Wall Street, pasará a ser presidente ejecutivo.
Gianluca Tagliabue, actual director financiero y de operaciones, se convertirá en el nuevo consejero delegado. Sus hijos, Edoardo, de 39 años, y Angelo, de 36, serán co-consejeros delegados. Una fórmula mixta para mantener la marca dentro de la familia –ya en la cuarta generación– y, al mismo tiempo, premiar al directivo más cercano a Gildo, con la tarea de impulsar también las dos marcas más pequeñas, Tom Ford y Thom Browne”.
La empresa, participada en un 60% por la familia cuenta con unos 7.100 empleados y en 2024 registró casi 2.000 millones de euros de ingresos y 184 millones de beneficios.
Gildo Zegna habla con Guyana Guardian conectado desde Biella, en Piamonte (noroeste de Italia), epicentro histórico del textil y de la lana en Italia. Está emocionado por el anuncio y controla el ordenador para ver la reacción del mercado: “Nueva York acaba de abrir, pero las primeras señales son buenas. Los inversores aprecian las cosas planificadas y bien hechas”.
¿Por qué ahora?
Hay una razón formal: he cumplido 70 años y me había fijado este objetivo para dar un paso hacia el lado –o hacia delante, quiero subrayarlo–: liberarme de la gestión del día a día, que era una rutina nada aburrida, y confiarla a un nuevo equipo directivo que deberá trabajar de otra manera. Y por otro lado, dar más responsabilidad a mis dos chicos, que ya lo han hecho bien, a los que no les he ahorrado algún reproche en el pasado y que ahora son ascendidos por meritocracia y por los resultados alcanzados.
¿Qué harán sus hijos?
Tienen competencias complementarias. Edoardo trabajará aguas arriba: en el diseño del producto, el marketing y el storytelling , y también en la creatividad de las tiendas. El pequeño, Angelo, trabajará aguas abajo: tiendas, logística, merchandising . Son roles fundamentales.
¿Cómo ha diseñado la estructura?
Tenemos dos cadenas logísticas: una es la textil, que seguirá bajo mi responsabilidad, y la otra es la de la confección –que incluye también calzado y artículos de piel– y quedará bajo el control del consejero delegado Tagliabue. Como ve, es el mismo equipo, pero con una estructura remodelada, relanzada y reforzada.
Nos estamos preparando para regresar a China, que saldrá del estancamiento”
¿Le ha costado mucho?
Quiero ser sincero: podría haber seguido, al menos un par de años más, la situación era óptima. Y si no hubiera sido por el hito simbólico de los 70 años, quizá no lo habría hecho. Pero cada año que pasa aumenta el riesgo, y no quería poner en peligro a nadie. Y, sobre todo, creo que es mejor reducir un poco la operatividad, los ritmos. Estos pasos hay que darlos cuando uno está sano.
El capitalismo familiar italiano a menudo tiene problemas con la sucesión.
Nosotros, en cambio, hemos hecho las cosas de manera ordenada. Yo no miro a los demás, pero creo que otros pueden mirarnos a nosotros.
¿Está cansado?
Trabajamos a un ritmo realmente vertiginoso: siempre back to back , como dicen los americanos, y a altísima velocidad. Y había llegado el momento de recuperar un poco de tiempo libre a nivel privado. Siempre vamos muy justos con el tiempo y tengo que recuperar mi vida.
¿Qué hará usted ahora?
Pensaré la estrategia, desde arriba o desde un lado, según se mire. En cualquier caso, desde una posición que me permitirá ver las cosas mejor. Veo las cosas importantes con más distancia, y creo que esto será un beneficio para la nueva estructura operativa, más de lo que he conseguido hasta ahora. Vigilaré la estrategia y el legacy , la herencia, que son muy importantes.
¿Cuál va a ser la tarea que asigna- rá al nuevo equipo directivo?
Las primeras dos que me vienen a la mente son: prepararse para el regreso de China, que pronto saldrá de esta fase de estancamiento, estoy seguro. El otro objetivo es lanzar la moda femenina de forma importante, sobre todo con Tom Ford y Thom Browne. Luego hay que impulsar los accesorios: hoy hacemos más con Zegna que con las otras dos marcas juntas, eso debe cambiar. Y por último: aprender a gestionar mejor el retail y acelerar con la inteligencia artificial.
Debo decir que Madrid va muy fuerte, está al nivel de Londres o París y atrae inversiones”
¿Zegna será protagonista de operaciones importantes?
En 2026 nos quedamos con lo que tenemos. Recibimos muchas ofertas, pero no buscamos nada. Veamos cómo funciona la nueva estructura y a partir del año siguiente, miraremos alrededor.
¿Cuál es vuestra fuerza?
Una cadena única que va de la materia prima al ‘a medida’, hecha de industria y de personas. Debemos ponerla a disposición no solo de Zegna, sino también de las otras marcas.
Con su retirada, ¿no parece alguien que esté dejando el mando?
Y sin embargo, sí. Estaré observando desde la distancia para animar a los chicos y protegerlos de los riesgos.
¿Cómo ve Italia?
La veo muy bien. Hay un gobierno estable, mientras que en muchos otros países no es así. Tenemos un liderazgo nuevo que es respetado en la política exterior. Recuerdo que cuando leía el Financial Times daba miedo por los ataques que recibíamos; hoy, en cambio, nos elogian.
Pero la industria está parada, incluso retrocede.
Sí, pero hay otras cosas que se mueven, como las startups. Yo soy muy optimista.
¿Los aranceles estadounidenses les han perjudicado?
En realidad ya los hemos digerido. Hace unos días estuve en un congreso en Turín y escuché a nuestro ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, decir que el peligro es otro: la devaluación de otras monedas. Estoy totalmente de acuerdo con él. Al final tendremos que subir los precios no por los aranceles, sino por una cuestión monetaria.
¿España sigue siendo central en sus planes?
Sí, le tengo un gran cariño. En los años ochenta viví en Barcelona y guardo un recuerdo maravilloso. Hoy debo decir que Madrid también va fortísima. Está creciendo al nivel de Londres y París, atrayendo inversiones. Pronto renovaremos nuestra tienda de la calle Serrano, que será una de las más importantes de Europa. Nuestro objetivo es llegar también a los lugares más turísticos del sur de España y a las islas.
¿Tiene pasión por Baleares?
Mi isla favorita, sin duda, es Mallorca. Allí celebré mi cumpleaños de los 70 con mi familia. Ahora que tengo más tiempo, iré mucho más a menudo.

