Crecimiento mundial

Opinión

Crecimiento mundial
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Todo apunta a que en el 2026-2027 entraremos de lleno en un ciclo expansivo a escala mundial, apoyado en las rebajas fiscales, unos bancos centrales que mantendrán la expansión monetaria, la continua inversión en IA y unos balances familiares que mantienen su solidez gracias a los elevados niveles de empleo. 

El foco seguirá estando en EE.UU. El mayor gasto en defensa bajo la One Big Beautiful Bill Act (ley de reforma fiscal), las tres rebajas de tipos esperadas de la Fed, la celebración de los 250 años de la independencia de EE.UU. O la desregulación prevista del sector bancario se unirán a las ingentes inversiones en IA. Podemos discutir si estamos ante una burbuja o solo ante una sobrevaloración del sector en bolsa, pero está claro que estas grandes inversiones se están traduciendo en un fuerte crecimiento de productividad que ya nos gustaría ver en Europa.

Engine AI humanoid robots perform at the Shenzhen Science and Technology Museum in Shenzhen, China, on Wednesday, Nov. 26, 2025. Ananalysisof almost 6 million research papers shows that Chinese scientists are taking the helm in almost half of all collaborations with US counterparts, a shift that underscores Beijing#{emoji}146;s growing influence in setting the global research agenda. Photographer: Qilai Shen/Bloomberg

Robots humanoides con IA, en Shenzhen, China

Qilai Shen / Bloomberg

En este mundo de más crecimiento, que también veremos en Europa, y sobre todo, en Alemania, España seguirá brillando, aunque quizás algo menos que en el 2025. Es probable que el crecimiento del PIB pase del 2,9% de este año al 2,1% en el 2026, pero seguirá siendo mucho mayor que el de la mayoría de nuestros vecinos europeos. Además, veremos un cambio en los motores de dicho crecimiento, con el consumo y la inversión privada (incluyendo la necesaria inversión residencial) como protagonistas, mientras que el sector exterior podría aportar un crecimiento negativo ante el agotamiento de las exportaciones de servicios y el mayor dinamismo de las importaciones.

Se espera, en definitiva, un buen año en lo económico, y esto implica un año bueno para la inversión. No obstante, allí donde hay oportunidades, como siempre, habrá riesgos, en este caso ligados a la actuación de los bancos centrales, a la posible expansión de los precios de la energía en un mundo que cada vez necesita más capacidad eléctrica y a factores geopolíticos inesperados.

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