Por mucho tiempo, las compañías se estructuraban basándose en cadenas de valor, una progresión directa de tareas donde cada actor añadía un componente al proceso. Esto era efectivo en la era industrial, donde la optimización y la reducción de gastos eran primordiales. Actualmente, las organizaciones compiten no solo por ofrecer precios más bajos, sino por formar parte de redes que puedan crear información, prestaciones y vivencias en torno a un punto central. A esto lo denominamos ecosistemas de valor.
La disparidad entre estos dos enfoques es considerable. En una cadena de valor convencional, cada participante ocupa una etapa y su poder para afectar a los demás es restringido: la meta es ejecutar tu función adecuadamente y pasar la responsabilidad. En un ecosistema, por el contrario, los miembros se relacionan constantemente, intercambian datos y desarrollan ofertas que no podrían proporcionar de manera individual.
Traders en la Bolsa de Nueva York
This advancement wouldn't have been achievable without technological progress, with AI serving as the prime illustration. It's not an industry in the traditional sense, but rather a platform linking chip makers, cloud providers, software developers, industrial firms, and end-users. As one segment progresses, all others gain. Competitive advantage now hinges not solely on production, but on engagement within “la red adecuada”.
Para los inversionistas, esta modificación requiere que reconsideremos la forma en que evaluamos empresas y naciones. Los estados financieros continúan siendo relevantes, pero el valor se está moviendo hacia elementos inmateriales como información, licencias, habilidades y la aptitud para incorporar bienes y prestaciones dentro de un marco más extenso.
Asimismo, nos impulsa a reinterpretar las evaluaciones: una valoración alta podría ser justificada si el efecto de red produce beneficios que resulten complicados de emular. Comprender esta distinción será fundamental para prever las áreas donde surgirá el progreso. La próxima etapa no será dominada por los más productivos, sino por aquellos capaces de edificar sistemas que otros no puedan eludir.