El pago del alquiler presiona más en el presupuesto de los hogares que cubrir una hipoteca. Los españoles que arrendan se ven obligados a recortar más los gastos y buscar alternativas para cubrir el pago que los que tienen un préstamo. Son algunas conclusiones del último Observatorio Cofidis de Economía, Sostenibilidad y Nuevas Tendencias de los Hogares, que ponen cifras a la tensión que vive el mercado inmobiliario.
Al analizar el problema se descubre un problema de base: que es que se dedica más parte de los ingresos a cubrir la mensualidad del alquiler que la cuota de la hipoteca. Hasta un 61,1% de los españoles en alquiler tienen que destinar más del 30% de su salario al pago de la renta. En el caso de los hipotecados, esta casuística cae al 35%. En casos extremos, hasta un 20% destinan más de la mitad de sus ingresos a sufragar el alquiler. Una comparativa del portal iAhorro apunta que alquilar una vivienda en España es ya un 60% más caro que pagar una hipoteca. Mientras unos abonan 1.153 euros mensuales de media, la hipoteca ronda los 722 euros, con 431 euros de diferencia.
Un 5,5% de los inquilinos tiene que pedir ayuda a familiares o amigos para cubrir la mensualidad
Para afrontar dicho pago los hogares se ven obligados a hacer maniobras. Según Cofidis, uno de cada cuatro (25,9%) está reduciendo gastos en otras partidas para destinar el dinero al alquiler. Un 5% tiene que tirar de ahorros, un 5,5% pide ayuda a familiares o amigos y otro 3% solicita un crédito, algo que se suele ser un arma de doble filo para gastos corrientes. Es posible que se tengan que combinar opciones para cumplir. Joachim Rolland, director de negocio digital de Cofidis, señala que las cifras muestran “la fragilidad de los hogares de alquiler”. Pese a que se denota también una problemática, la situación es más controlada entre los que pagan hipoteca. El 14% de los hipotecados reduce gastos de otras partidas, un 4,1% pide a familiares o amigos y un 3,7% tira de ahorros. En todos los casos, cifras menores que en supuestos de alquiler.
Manuel Sevillano, director global de reputación, estudios y sostenibilidad de Atrevia, apunta que en la presión sobre las finanzas familiares se combinan la necesidad de dedicar más salario a la vivienda y trabajos de cualificación baja, lo que deja sin margen de ahorro.
La presión de los precios de la vivienda se da en un contexto de inflación acumulada los últimos años. Se detecta un recorte especialmente en viajes o salidas a bares, con lo que el ocio es lo primero que se elimina. Pero el estudio muestra un recorte también en consumo personal, como ropa o calzado, que alcanza al 41% de la población. “Ya habría cosas básicas impactadas por los precios”, comenta Rolland. “Y como no se puede ahorrar, no se puede hacer frente a gastos imprevistos”, plantea. En el último año crecen los hogares que no podrían hacer frente a gastos imprevistos inaplazables de entre 100 y 1.000 euros, pasando del 2,2% al 3%. En el caso de imprevistos de 1.000 euros, no lo pueden afrontar el 11,5%, de nuevo a más.
Entre los inquilinos no se cree que la ley de Vivienda vaya a reducir los precios
El estudio se ha hecho en base a 1.645 encuestas realizadas en abril. Otro de los aspectos que destaca el estudio es que no se confía en un descenso de los precios por la ley de Vivienda, por lo que los españoles no creen que su situación vaya a mejorar. Un 41% cree que no contribuirá a estabilizar precios, mientras que un 20% cree que sí. Hay una gran parte de las respuestas (39%) en las que directamente no se tiene una opinión formada, lo que deja entrever un desconocimiento de las medidas, apuntaron los autores.
Apoyo en la IA
La irrupción de la inteligencia artificial (IA) se cuela también en la gestión del dinero en los hogares. A la hora de optimizar ingresos y gastos, casi un 70% se muestra abierto a que un algoritmo les recomiende sobre ahorro y reducción de gastos. Algo más, un 71%, lo ve útil para el control del consumo energético. Hay una menor apertura en la gestión de compras y suscripciones (55%).