Autónomo: “Tras 50 años de trabajo, me jubilaré en febrero con una pensión de solo 1.120 euros”

Bolsillo 

Estrategias para mejorar el acceso a un retiro digno para el colectivo autónomo, que de media percibe una prestación por jubilación un 40% inferior a la del trabajador por cuenta ajena

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Felix Rodríguez, transportista autónomo a las puertas de la jubilación 

Joan Mateu Parra / Shooting

Félix Rodríguez, transportista autónomo a punto de cumplir 65 años, esperaba con expectación el pasado 5 de junio su cita con la Seguridad Social para comenzar a tramitar su jubilación. Estaba convencido de que había hecho todos los deberes para asegurarse una pensión que le permitiera vivir bien a partir del próximo mes de septiembre. Sin embargo, salió de las oficinas del organismo público muy decepcionado: “Después de trabajar 50 años, me jubilaré en febrero con una pensión de solo 1.120 euros. Es mucho menos de lo que esperaba”, lamenta. 

La prestación por jubilación de este colectivo, formado por 3,34 millones de personas en España, es casi un 40% inferior a la de la mayoría de los trabajadores por cuenta ajena: de media, cobran 1.008 euros mensuales brutos, frente a los 1.665 euros que perciben estos últimos. La diferencia se debe, explica Daniel García, presidente de la Unión de Trabajadores Autónomos de Catalunya (CTAC), a que “históricamente el autónomo ha cotizado por la base de cotización mínima”. “El 80%, aunque pudiera pagar más, prefería tener el dinero en el bolsillo”, agrega.

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Sin embargo, este no es el caso de Rodríguez, quien asegura que, desde que entró a formar parte del colectivo en 1995 tras enfrentar un despido, ha cotizado siempre el doble que los autónomos que pagan la cuota más reducida a la Seguridad Social. “Todos los compañeros que conozco han cotizado lo mínimo (unos 200 euros al mes). Pero yo, desde el principio, acordé con mi mujer pagar el doble para cobrar  una pensión que me permita vivir sin estrecheces económicas”, comenta. 

Al tiempo que se hizo autónomo hace ya tres décadas, este transportista afincado en La Barceloneta decidió contratar un plan de pensiones privado, al que sigue aportando y que le servirá para complementar la pensión pública. “Al menos tendré un ingreso extra mensual de 300 o 400 euros. Aun así, no podré jubilarme en septiembre, cuando cumplo 65 años, sino en febrero, ya que antes debo terminar de pagar dos créditos -que ascienden a 900 euros al mes- que pedí para comprar dos furgonetas”, explica. No obstante, hasta los 71 años deberá seguir abonando religiosamente las cuotas de la hipoteca de su piso, de 700 euros mensuales, un préstamo que confía en poder cubrir gracias al sueldo de su esposa, empleada de unos grandes almacenes que se encuentra también a las puertas de la jubilación. 

Casos como el de Félix Rodríguez ponen de manifiesto hasta qué punto puede ser crucial que el colectivo autónomo planifique con antelación su retiro. “La jubilación suele convertirse en un problema si no se cuenta con un plan de ahorro”, advierten desde la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco). Una recomendación extrapolable al resto de ciudadanos, aunque en mayor medida a los que acostumbran a tener ingresos irregulares. Por eso, señalan desde Inverco, cualquier estrategia de ahorro para este fin debe tener en cuenta esta realidad y permitir hacer aportaciones flexibles, es decir, que posibiliten incrementar o reducir la aportación en cualquier momento sin penalizaciones.

Previsión 

Comenzar a preparar la jubilación tras hacerse autónomo a los 50

Desde que hace cuatro años decidió hacerse autónoma, Judit Mateu, de 53 años, se marcó el objetivo de hacer todo lo posible para poder cobrar el día de mañana la pensión de jubilación máxima (actualmente es de 3.267 euros mensuales brutos). Decidió dar el salto al emprendimiento con 50 años tras acogerse de manera voluntaria a un Expediente de Regulación de Empleo (ERE). Trabajó durante más de dos décadas en una entidad financiera, donde ocupó cargos de responsabilidad: “Cuando surgió la oportunidad, abandoné la empresa, porque no quería irme sin nada”. Y prosigue: “Irte de una empresa cuando cobras mil euros al mes es muy fácil, pero cuando tienes un buen sueldo y un buen horario ya no tanto”. 

Cuando se quedó en paro, decidió capitalizar la prestación por desempleo -recibir todo el dinero que le correspondía en un solo pago- para invertir el dinero en su negocio: un centro de terapias (Casa Karuna) ubicado en el barrio de La Floresta de Sant Cugat del Vallès. Es cuando se dio de alta como autónoma. A pesar de no disponer de los mismos ingresos que cuando trabajaba en la banca, quiso seguir aspirando a cobrar la pensión máxima. “Me calcularon cuánto tenía que cotizar de aquí a la jubilación para conocer con exactitud la cuota que debía pagar a la Seguridad Social”. Hay que tener en cuenta, no obstante, que en el 2023 entró en vigor el nuevo sistema de cotización basado en los rendimientos obtenidos, por lo que los autónomos ya no pueden escoger su base de cotización. 

La terapeuta Judit Mateu en su casa de La Floresta, Sant Cugat del Vallès

La terapeuta Judit Mateu tiene dos licenciaturas y dos másteres 

Àlex García

A pesar de ello, Mateu sigue siendo muy previsora con su retiro: “Quiero tener unos ingresos cuando me jubile que satisfagan mis necesidades”, asevera. En su estrategia para lograrlo hay dos planes de pensiones, uno individual y el otro promovido por la entidad financiera en la que trabajaba. “Evidentemente el banco ya no hace aportaciones por mí, pero cuando me jubile, tendré acceso al dinero”, asevera. Asimismo, alquila un espacio en su centro, así como una habitación (con licencia) a través de Airbnb. “La inversión en alquileres me permitirá seguir con esta actividad cuando me jubile y continuar recibiendo ingresos”. 

Además de su compromiso por impulsar sus finanzas y prepararse para cuando llegue el momento de dejar atrás su vida laboral, también lleva a cabo proyectos para contribuir de manera positiva en la sociedad: por ejemplo, ha escrito un libro (Sobrevivir en la mente o vivir en el corazón), cuyos beneficios van destinados a su fundación, Cel i Terra, entidad que lucha contra el malestar y el sufrimiento emocional y socioeconómico de las personas en situación de vulnerabilidad.

Autónomos

Estrategias para preparar la pensión de jubilación 

Josep Soler, consejero ejecutivo de la Asociación Española de Asesores y Planificadores Financieros (EFPA España), recuerda que las pensiones públicas cada vez pesarán más en las arcas del Estado. Es por este motivo que anima a “complementar” este tipo de prestación a través del ahorro y su rendimiento. Pese a ello, sostiene que la gente tiende a ahorrar mal “porque lo hace en productos con poca rentabilidad, como cuentas corrientes y depósitos”. Teniendo en cuenta que el ahorro para la jubilación es a largo plazo, debería incorporarse “un poco de riesgo”, es decir, algo de renta variable (como acciones, fondos o ETF's).

En los últimos años, ha crecido la tendencia de invertir en fondos que replican el comportamiento de índices bursátiles. ¿Sería esta una buena manera de rentabilizar el ahorro para la jubilación? “Estaría de acuerdo, pero si es un índice global se diversificará mejor la inversión” responde Soler, y prosigue: “Conviene invertir en el que tiene una buena trayectoria y con un coste razonable”, de medio punto de comisión para un fondo cotizado o ETF (Exchange-Traded Fund) que siga un índice. Aunque “también puede ser aceptable” un fondo de renta variable diversificado que tenga un punto o un poco más de comisión. En general, es aconsejable decantarse por productos “sencillos pero muy diversificados, que se entiendan y de una entidad regulada que aplique costes moderados”. Por último, avisa del peligro de dejarse atrapar por “ofertas raras y consejos de influencers o de cuñados”. 

Alternativa con diferimiento fiscal

Planes de pensiones de empleo simplificado

Desde 2021, el límite de aportaciones con derecho a deducción fiscal en los planes de pensiones individuales se ha reducido de forma significativa, lo que ha desincentivado su uso como herramienta para complementar el ahorro para la jubilación. En paralelo, se ha potenciado el desarrollo de sistemas de ahorro colectivo, como los planes de pensiones de empleo, promovidos por empresas o entidades para sus trabajadores.

En el caso de los autónomos, ha comenzado a crecer el interés por los planes de empleo simplificados (PPES), una figura creada a mediados de 2022 para facilitar el acceso al ahorro previsional a colectivos tradicionalmente excluidos de los planes de empleo clásicos. Actualmente, unos 55.000 trabajadores por cuenta propia ya disponen de un PPES, a través del cual se gestionan en España 266,3 millones de euros. No obstante, esta cifra aún está lejos de los 38.463 millones de euros de patrimonio gestionado mediante los planes de pensiones de empleo tradicionales, promovidos por empresas e instituciones para sus plantillas.

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La reducción de la base imponible que estos planes permiten aplicar a sus partícipes en la declaración de la renta (de hasta 4.250 euros o, si se combina con un plan de pensiones individual, hasta 5.750 euros) tributa, junto con los rendimientos, cuando se rescata, y lo hace además como un rendimiento del trabajo, una categoría sujeta a una fiscalidad generalmente más elevada que la aplicable a la mayoría de los productos de ahorro e inversión. 

Pese a ello, Daniel García, presidente de la Unión de Trabajadores Autónomos de Catalunya (CTAC), considera que los planes de pensiones de empleo simplificado son un instrumento adecuado para complementar la pensión pública de los autónomos. Recomienda comenzar a preparar la jubilación a través de este vehículo como muy tarde alrededor de los 40 años. Los PPES, asevera, “han tenido una buena acogida, aunque todavía hay mucho desconocimiento y cierta desconfianza”, ya que muchos autónomos no ven con buenos ojos tener que tributar cuando se rescata el dinero. A pesar de ello, García se muestra convencido de que este tipo de producto “irá a más con el tiempo”, sobre todo a raíz de la entrada en vigor, en el 2023, del nuevo sistema de cotización para autónomos basado en rendimientos netos anuales, que limita la posibilidad de aumentar libremente la base de cotización durante los últimos años de vida laboral como ocurría anteriormente.

Entidades de autónomos han empezado a firmar convenios con entidades financieras para facilitar el acceso de sus asociados a este tipo de productos. En la actualidad, existen 43 PPES de autónomos registrados en la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSPF), “y se prevé que su oferta siga aumentando para que los cerca de 3,4 millones de autónomos que hay en España puedan beneficiarse de este nuevo instrumento de ahorro”, indican desde Inverco. (Aquí se puede consultar el listado completo).

Hasta 273.000 euros

¿Cuánto dinero puede ahorrar el autónomo con un plan de pensiones?

“Nunca recomendaría ahorrar en un plan de pensiones si es dinero que vas a necesitar antes de jubilarte”, avisa José Luis Manrique Nebreda, director de estudios del Observatorio Inverco. No obstante, actualmente es posible rescatar el dinero a los diez años después de haber realizado una aportación al plan. Pese a ello, “el producto está diseñado para la jubilación”, incide. 

Otro aspecto a tener en cuenta es que no todos los planes de pensiones son iguales ni tienen el mismo riesgo. Sin dejar de lado que toda entidad financiera está obligada a realizar un test de idoneidad a los clientes que contraten un producto de inversión, casi todas comercializan planes de pensiones de ciclo de vida, que están diseñados para adaptarse al perfil de riesgo del partícipe a medida que se acerca la fecha prevista de jubilación. “Por ejemplo, un autónomo de 36 años, lo normal es que contrate un plan de pensiones con una alta ponderación de renta variable [en general más arriesgada que la renta fija], porque a largo plazo siempre ha generado beneficios”, añade Manrique. Y a medida que el partícipe va cumpliendo años, el porcentaje de renta variable se va reduciendo y aumenta la exposición a renta fija, productos con un plazo determinado y una rentabilidad conocida por el inversor de antemano o referenciada a un indicador. 

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Manrique recuerda que hay productos que tienen una mayor liquidez que los planes de pensiones: los fondos de inversión. En cualquier categoría de inversión y a un horizonte a medio o largo plazo, este producto  “siempre ofrece una rentabilidad positiva, independientemente de que se atraviesen periodos puntuales de incertidumbre o volatilidad”, asevera el director de estudios del Observatorio Inverco. 

Desde la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones, destacan que el horizonte temporal es uno de los factores más determinantes en la planificación de la jubilación. Esto significa que comenzar a ahorrar con antelación e invertir ese dinero permite aprovechar el efecto del interés compuesto. Por ejemplo, un autónomo que ahorre 1.500 euros al año en un plan de pensiones con una rentabilidad media anual del 3% durante 40 años podría acumular más de 113.000 euros al jubilarse. Si lo hace solo en los últimos 20 años de su vida activa, el montante baja a 40.000 euros, como puede observarse en el siguiente gráfico. 

Además, conviene destacar que el sector asegurador ofrece una amplia variedad de productos diseñados para el ahorro de cara a la jubilación, entre los que se encuentran los Planes Individuales de Ahorro Sistemático (PIAS), los seguros de vida-ahorro, los productos Unit-Linked y las rentas vitalicias.

Antes de contratar cualquiera de estos instrumentos, la entidad financiera debe evaluar el perfil del cliente, valorando su tolerancia al riesgo en función de factores como la edad, el nivel de ingresos y el patrimonio disponible. Asimismo, es fundamental considerar las comisiones asociadas, ya que pueden influir significativamente en la rentabilidad final del producto.

Oro e inmobiliario 

Inversiones alternativas

Más allá de la renta fija y la renta variable, existen alternativas que pueden ayudar a complementar la pensión. Una de las más extendidas es la inversión en bienes inmuebles. El problema, explica el consejero ejecutivo de EFPA España, es que “es poco líquida”, si bien hay instrumentos como la hipoteca inversa que permiten disponer del dinero, aunque esta opción es hoy día minoritaria. Los bienes inmuebles además posibilitan obtener rendimientos al alquilarlos o vender la nuda propiedad. Sin embargo, Soler advierte que confiar la jubilación a este tipo de inversión tiene muchas complicaciones como ahorro base. Por ejemplo,  “si los hijos viven en la casa o esperan a heredarla, se enfadan si la vendes para complementar la pensión”, aduce.

Otra alternativa es el oro, con el precio por onza en niveles récord. “Tiene un riesgo excesivo, porque de la misma manera que en el último año ha subido mucho, puede ocurrir lo contrario”, avisa. No obstante, nunca está de más tener “una pequeña parte” de una cartera diversificada invertida en este activo.

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