Pekín, 23 abr (EFECOM).- Las autoridades chinas han impuesto a la firma alemana Mercedes-Benz una multa de 56 millones de dólares por fijación de precios, la pena más alta impuesta a una empresa automovilística en el marco de la campaña antimonopolio del Gobierno del país asiático en el sector.
En un comunicado, la oficina de precios de la provincia oriental de Jiangsu aseguró hoy que Mercedes-Benz "presionó" a sus concesionarios en China para que fijaran "precios a la baja" en algunos de sus coches y piezas de recambio, y emitió "advertencias" a aquellos que no lo hicieran entre enero de 2013 y julio de 2014.
"La investigación determinó que Mercedes-Benz y sus vendedores en la provincia de Jiangsu pactaron acuerdos de monopolio para limitar el precio a la baja de las ventas de los modelos E-Class y S-Class, y sobre algunas piezas de repuesto", dice el texto.
Por ello, las autoridades chinas consideran que la empresa alemana ha violado la Ley Antimonopolio de China al excluir o restringir la competitividad en el mercado y dañar los intereses y derechos de los consumidores.
Además de la multa a la empresa automovilística, las autoridades también han impuesto una pena de 1,2 millones de dólares a algunos de sus concesionarios en el país asiático.
Según informa la agencia Xinhua, la firma ha manifestado "respetar" la multa y ha anunciado un plan para asegurar que su negocio en China cumple con la legislación vigente.
Se trata de la mayor multa impuesta a un fabricante de coches en el marco de la campaña antimonopolio emprendida por el Gobierno chino en 2014, y por la que también fue multada Chrysler con 5,5 millones de dólares, entre otras.
La investigación a gran escala contra multinacionales de la automoción fue confirmada por Pekín en agosto del año pasado y poco después numerosas firmas, caso de Mercedes-Benz, anunciaron drásticas bajadas de precios en algunos de sus productos y servicios.
La campaña ha sido fuertemente criticada por las cámaras de comercio de la Unión Europea o Estados Unidos, que consideran que sólo apunta a empresas foráneas en beneficio de los grandes conglomerados estatales en China, a quienes favorecen las autoridades.
Por esta y otras condiciones, como la censura en internet o la contaminación del aire, firmas europeas advirtieron al Gobierno chino del éxodo de inversiones que podría sufrir la capital, Pekín, donde, según constatan, la situación de negocios para los europeos es cada vez más difícil.COM