Catástrofes y realidades

Opinión

Catástrofes y realidades

El FMI apuesta por un aumento del PIB para España del 1,5% para 2024 y otro 2,1% para 2025, unos crecimientos endebles, ciertamente, pero que destacan en el contexto de marcada moderación de la eurozona (0,9% y 1,7%, respectivamente, para 2024 y 2025). Una continuidad de lo sucedido en 2023, con un PIB español que parece finalizará el ejercicio con un incremento del 2,5% frente al 0,8% de Francia o la caída (-0,3%) de Alemania. ¿Qué razones explican los mejores resultados de 2023 y las positivas expectativas para 2024-25?

Primero, una política del BCE particularmente favorable para España, incluso en una etapa de tipos de interés al alza: el crédito a la banca a largo plazo y las compras de bonos públicos representaban en septiembre de 2023 en el entorno del 46% del PIB español, más de 600.000 millones de euros. Esa situación ha permitido mantener razonable el coste de la financiación a los sectores público y privado.

Si no cambia el escenario geopolítico, todo apunta a un crecimiento moderado en 2024-25

Segundo, una relevante política de soporte a los hogares: a diferencia de otras crisis, en la covid y la crisis inflacionaria energética el Gobierno ha actuado agresivamente, contribuyendo a sostener la renta familiar y el consumo privado.

Tercero, un sólido mercado de trabajo: en 2023, creación de 615.000 empleos (según la EPA) o 542.000 nuevos afiliados. Y las expectativas para 2024 y 2025 son igualmente positivas: añadir en el entorno de 350.000 nuevos empleos por año en España no está nada mal.

Cuarto, tras el sesgo en la covid hacia la adquisición de bienes, el consumo post pandémico, y 2024 no será distinto, continúa con aumentos más elevados de los servicios, en particular de los personales. Unos ámbitos en los que el país está particularmente bien dotado.

Quinto, una estructura productiva sesgada hacia servicios vinculados, directa o indirectamente, al turismo (comercio, transportes, hostelería y restauración, inmobiliarias, actividades artísticas y recreativas y servicios a los hogares): en 2022, el peso agregado de su empleo se situaba cercano al 34% del total, muy por encima del 23% alemán, el 27% francés o, incluso, del 29% italiano.

Finalmente, la fortaleza de los mercados de trabajo exteriores y el sesgo hacia servicios personales se han traducido en un 2023 que ha superado los elevados registros turísticos de 2019: en pernoctaciones hoteleras (347 millones, un 1,2% por encima de 2019), en turistas (84 millones en el año que finaliza en noviembre, un 0,5% sobre 2019) o en pasajeros en aeropuertos (283 millones, un 2,9% adicional).

Aunque también tenemos serios problemas (en productividad, deuda pública o endeudamiento exterior…), los elementos citados parecen suficientes como para apostar, de no modificarse geopolíticamente el escenario, por un crecimiento en el entorno del 1,5% para 2024 y cercano al 2,0% para 2025. ¿Moderado?, sí. ¿Catastrófico?, en absoluto.

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