El aumento de los precios de las gasolinas y de la electricidad ha impulsado el repunte de la inflación de una décima en enero hasta el 2,9%, de manera que este mes se convierte en el cuarto consecutivo de aumento de los precios desde aquella tasa tan reducida del 1,5% que se marcó en septiembre. Es una décima menos del dato adelantado que el Instituto Nacional de Estadística (INE) facilitó hace dos semanas.
En cambio, en el caso de la inflación subyacente, se confirma la cifra anterior, que supone una moderación de dos décimas hasta quedarse en el 2,4%.
En el caso de las gasolinas, la razón del repunte hay que buscarla en el alza de los precios de los carburantes, mientras que, en el caso de la electricidad, viene en buena parte por el regreso del IVA de la luz a la normalidad. Desde el 1 de enero que esta tasa volvió a su original 21%, después de que, por la crisis energética se había rebajado. Este regreso a la normalidad tendrá sus efectos a lo largo del año y mantendrá los precios varias décimas por encima de los que hubiera ocurrido sin este aumento.
Por su parte, la inflación de los alimentos se mantiene en el 1,8%, igual que en el mes anterior a pesar de la normalización del IVA que se ha aplicado a partir de enero. Es especialmente espectacular caída del 21,9% del precio del aceite de oliva la que permite que el IPC de los alimentos no haya subido y es también la que ha moderado prácticamente una décima el incremento de la tasa general. “Su precio seguirá reduciéndose en los próximos meses y ya en enero hemos visto su impacto, moderando casi una décima el repunte de la inflación general, dejándola en el 2,9%”, afirma María Jesús Fernández, economista senior de Funcas.
De esta manera, la moderación de los alimentos culmina su proceso, aguantando incluso la subida del IVA. Es un cambio de tendencia notable el que se ha producido en los últimos meses, en los que se ha pasado del 7% de aumento de los precios a este 1,8% en enero. Desde septiembre pasado esta tasa siempre se ha mantenido por debajo del 2%.
Como indicábamos, el alimento que más baja de precio es el aceite de oliva, el mismo que se convirtió en símbolo de la escalada inflacionista al alcanzar subidas del 70%, y pasar ya casi a la categoría de producto de lujo. En el último año la tendencia ha sido de una moderación progresiva, hasta la caída de los últimos tres meses, que fue del 12,3% en diciembre y del 21,9% este mes. Se nota que la bajada de precios de este producto en el campo, está finalmente llegando también a los supermercados.
Otro de los alimentos que ha bajado de precio es el azúcar, con una caída del 14,9%, mientras que en el lado contrario, destaca el aumento del chocolate, que ha sido del 24,9%.
El dato de la inflación subyacente es positivo al mostrar una moderación de dos décimas, dado que este índice, que no incluye ni energía ni alimentos frescos, se considera un mejor indicador de las tendencias de fondo de los precios.
Por su parte, la inflación de los servicios se modera, pero sin dar todavía señales definitivas. “Continuamente dan una de cal y una de arena, han bajado pero sin dar señales claras de la tendencia descendente”, afirma María Jesús Fernández, de Funcas.
A la vista de estos datos, desde el Ministerio de Economía, inican que España mantiene el mayor crecimiento entre las grandes economías europeas con “una moderación de los precios y las ganancias de poder adquisitivo de los ciudadanos”.
