Lagarde: “La guerra comercial restará hasta medio punto al crecimiento de la eurozona”

Guerra comercial

El BCE subraya que para cerrar la brecha con EE.UU. hay que invertir en I+D

Pedro Sánchez y Christine Lagarde

Pedro Sánchez y Christine Lagarde esta semana en Bruselas 

Ya tenemos una primera estimación de la guerra arancelaria que ha desatado la Administración Trump contra Europa. La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, advirtió ayer en una comparecencia ante la Comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara de que la imposición de aranceles a las importaciones europeas por parte de Estados Unidos y las represalias que adopte la Unión Europea podrían recortar el crecimiento en cinco décimas y elevar la inflación también medio punto. Estamos hablando del peor escenario, el de una guerra comercial entre los dos bloques.

Los derechos de aduana elevarán la inflación de medio punto: un dilema para los bancos centrales

En el mejor de los casos, las estimaciones del BCE sugieren que un arancel estadounidense del 25% a las importaciones europeas reduciría el crecimiento del área del euro en torno a 0,3 puntos porcentuales el primer año. Lagarde cree que el grueso del impacto sobre el crecimiento económico se concentraría en el primer año y que luego disminuiría, dejando sin embargo un persistente efecto negativo en el nivel de producción.

“En nuestro mundo interconectado, el aumento de las fricciones comerciales perjudica el crecimiento y el bienestar global. Aumenta los costes, interrumpe la producción y, a menudo, provoca un ajuste de las cadenas de suministro”, advirtió la francesa. El problema (para ella y la institución que preside) es que esta escalada arancelaria es esencialmente inflacionaria. “En tal escenario, las perspectivas de inflación se volverían significativamente más inciertas. A corto plazo, las medidas de represalia de la UE y un tipo de cambio del euro más débil, derivado de la menor demanda estadounidense de productos europeos, podrían elevar la inflación en aproximadamente medio punto porcentual”.

Un auténtico dilema para el BCE, que ha emprendido desde hace meses un proceso de relajación monetaria después de elevar el precio del dinero hasta un máximo histórico para contrarrestar la subida de precios a raíz de la guerra de Ucrania.

En un momento en que el mundo parece cada vez más fragmentado, con el auge de los proteccionismos y nacionalismos, Lagarde hizo ayer un llamamiento... para regresar a lo opuesto. Una vuelta al antiguo statu quo de economía globalizada como antídoto a las barreras aduaneras.

“La integración comercial, incluidos los acuerdos de libre comercio, ha impulsado la prosperidad económica. Una mayor integración con el resto del mundo podría compensar con creces las pérdidas derivadas de los aranceles unilaterales, incluidas las represalias. En tal escenario, solo los países que implementan políticas aislacionistas saldrían perdiendo. Por lo tanto, es importante que la UE se mantenga abierta al comercio, y la rápida finalización de los acuerdos comerciales recientes con otros socios internacionales sería una señal contundente”, explicó en su discurso, para recordar que el mercado único europeo ha añadido entre un 12% y un 22% al PIB a largo plazo de la UE en sus primeros 30 años y que el nivel de comercio entre los estados miembros se ha duplicado desde su creación.

Las palabras de Lagarde llegan después de que el BCE en su último boletín económico volviera a subrayar que la brecha entre la eurozona y Estados Unidos se ha ensanchado en los últimos años. En el período pospandemia, la inversión empresarial creció un 15,4% en Estados Unidos, más del doble del aumento acumulado del 6,8% en la zona euro. También existe un diferencial significativo en la inversión intangible, relacionado con el gasto en innovación e investigación y desarrollo (I+D), que contribuye a una creciente brecha de productividad entre la UE y Estados Unidos, según el BCE. Y los aranceles, tampoco ayudan.

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