El mercado bursátil se asemeja a un parque de atracciones en esta época de guerra comercial y aranceles. Tan pronto está tocando el cielo en el Dragon Khan como va rumbo a sumergirse en una atracción de agua.
Las bolsas en general se han convertido en terreno emocional y cualquier cosa crea escozor o alivio. Los índices se dispararon optimistas este martes en todo el mundo, tras tres días de caídas pronunciadas, por una supuesta visión negociadora de la Casa Blanca en al menos algunos de esos gravámenes con los diferentes países, uno a uno, dando un margen a que se modere su impacto negativo.
Este miércoles es el día en que se concreta la “liberación” que anunció hace una semana el presidente Trump, con impuestos recíprocos excepcionales a casi 60 países (después de que el sábado entraran en vigor los básicos del 10%). Entre estos, los del 20% a la importaciones procedentes de la Unión Europea, de la que Trump dice que solo nació para causar daño al comercio estadounidense.
Porque, pese a esas conversaciones, ninguna parecía que fuera a dar fruto antes de la fecha marcada por el presidente Donald Trump.
El mandatario estadounidense, que ya habló con el primer ministro de Japón previamente, insistió en su red social en que había tenido una “gran llamada” con el primer ministro de Corea del Sur. También remarcó que “China quiere llegar a un acuerdo urgentemente”.
Sin embargo, al cabo de unas horas, la Casa Blanca confirmó que los aranceles del 104% entraban en vigor en la medianoche del martes, una vez que Pekín no cedió en retirar el gravamen del 34% a los bienes de EE.UU. al mediodía del martes.
El secretario del Tesoro dispara el optimismo al hablar de conversaciones con decenas de países
Así respondió la portavoz Karoline Leavitt ante el enroque chino, cuyos dirigentes prometieron “no aceptar el chantaje y luchar hasta el final”, negándose a retirar sus aranceles de represalia en respuesta a la decisión de Washington.
Una de las teorías consistiría en crear “el muro a China”. Esto se traduce en que las conversaciones están abiertas a otros países pero no con Pekín, el enemigo más señalado en esta guerra comercial, pese a que Trump aseguró de nuevo que tiene una muy buena relación con su homólogo Xi Jinping.
Sucede que el Gobierno de Estados Unidos parece tener varias cabezas parlantes y no todas sintonizan el mismo dial. Esta circunstancia genera tendencias totalmente opuestas dentro de la misma Administración. Por lo que no siempre está claro si se negocia o no. Esta circunstancia se evidenció este martes con la volatilidad de la bolsa a nivel global.
Los mercados asiáticos abrieron y cerraron al alza al interpretar que Trump abrió la puerta la tarde del lunes, cuando dijo que, sin bien no buscaban una pausa de 90 días en la aplicación de las tasas, más de 50 países habían llamado para negociar y que había aranceles intocables mientras que otros eran susceptibles de llegar a acuerdos.
Los parquets europeos, incluido el Ibex 35, que cerró con una subida del 2,4%, se beneficiaron además de las declaraciones tempranas del secretario del Tesoro, Scott Bessent, en la cadena CNBC, en las que remarcó que unos 70 países ya habían contactado con EE.UU. para establecer negociaciones.
“Si vienen con propuestas sólidas, creo que podemos terminar con algunos buenos acuerdos”, sostuvo Bessent. “Y parte de ese cálculo puede ser que una parte de los aranceles se mantenga”, añadió.
Los índices de Wall Street llegaron a ganar un 4%, pero cayeron al rojo, con una pérdida de 2 billones
Esto hizo que el Dow Jones se disparara al alza más de 1.400 puntos (3,9%) nada más abrir. Igual suerte corrieron el Nasdaq, con un impulso del 4,6%, y el S&P, que trepó un 4,1%.
Pero esta no es una época normal y cualquier incidencia causa un revés. Los tres índices de Wall Street perdieron fuelle.
En esto influyó la reiteración de la Casa Blanca en la implantación de los aranceles a China. Pero hubo otros factores, como la comparecencia en el Senado de Jamieson Greer, representante de Comercio en la Administración Trump. En sus respuestas defendió que “la economía se enfrenta a un cambio drástico y necesario”. No solo eso, sino que indicó que “no concederemos indultos a empresas o productos específicos”.
Esto asustó a los propios senadores republicanos, que reclamaron unos aranceles con fecha de caducidad, y socavó la confianza de los inversores en Wall Street. Los índices se deslizaron a números rojos a falta de poco para cerrar. Se habían evaporado en tres horas más de 2 billones de dólares.
De fondo, la portavoz de la Casa Blanca contestó que “los niños siempre serán niños” al comentar el choque por los aranceles entre el asesor comercial Peter Navarro y Elon Musk, dos amigos de Trump.




