El crecimiento de la economía española también pagará un precio por la guerra comercial con los Estados Unidos. El montante exacto es difícil de cuantificar todavía pero las primeras señales son claras. Esta mañana, la ha dado también el propio Banco de España, avanzando que hará un revisión a la baja de la previsiones, hasta ahora situadas en el 2,7% del PIB.
“Tendremos que revisar a la baja las previsiones de crecimiento”, ha afirmado el gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, en declaraciones a TVE. El argumento del gobernador es que las decisiones que está tomando la administración norteamericana “tienen el potencial de generar efectos negativos sobre la actividad económica”, aunque precisando que todo ocurre en un contexto muy incierto y en el que es difícil calibrar los efectos.
Escrivá ha descartado la posibilidad de una recesión, pero sí ha reconocido que habría efectos en la economía española. “Yo no hablaría de recesión en ningún caso, pero sí de que esto va a tener algún impacto en la economía española”. El argumento se basa en que se esta produciendo una perturbación de la oferta, que es muy dura, y con potencial para generar fuertes caídas de la actividad económica, o bien, como en el caso de economías como la española, que crecen a niveles relativamente altos, de provocar una desaceleración.
“Estamos en una situación de una extraordinaria complejidad desde el punto de vista económico y geopolítico y también de una enorme incertidumbre”, ha dicho Escrivá.
Lo complejo de la situación se manifesta cuando se observa que, además de la subida arancelaria, también se puede poner en cuestión el funcionamiento de las cadenas de valor y de suministro con las que se ha internacionalizado la producción mundial”. “Esto puede generar segmentaciones en el comercio y disrupciones”, ha afirmado el gobernador., insistiendo en los efectos sobre la confianza del consumidor.
“Cuando los mercados y el sentimiento de los consumidores y los inversores se ve afectado por situaciones tan disruptivas, existe el potencial de que se retraigan las decisiones de gasto. Y esto puede ocurrir también con cierto retraso. Todo esto nos dificulta mucho poder poner números a cuál es el impacto que está teniendo esta situación o va a tener tanto sobre la actividad económica como sobre la inflación”, ha remarcado.