La economía española notará también el impacto de la guerra comercial pese a su menor exposición. En un ejercicio de recortes planetario, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) rebajó este martes la proyección de crecimiento del PIB del país en dos décimas este año y el siguiente, al 2,4% y 1,9% respectivamente, por el efecto del entorno comercial incierto. Un contexto que irónicamente afectará más a su promotor, Estados Unidos.
La actividad económica se defendía hasta ahora de las correcciones por el dinamismo del mercado laboral, la fuerza del consumo o la inversión empresarial. La OCDE mantiene estos factores como motores del crecimiento, que no deja de ser fuerte, pero pincha el canal de las exportaciones, clave. Así, se tendrá un crecimiento “robusto” pero “gradualmente moderado”. De un lado, el consumo doméstico tira de todo por la fuerza del empleo, que permite tener más ingresos y ahorros, a la vez que cae la inflación. Para las empresas, la financiación se abarata y el Gobierno sigue con los planes de recuperación, lo que impulsaría la inversión. En la otra cara de la moneda, las exportaciones se ralentizarán por la débil demanda de los socios comerciales y los efectos de los aranceles, con una “creciente fragmentación en el comercio”. Si bien España no está tan afectada como otras naciones europeas por la tasa del 10% global o el 25% a los coches, exportaciones como la maquinaria o el agroalimentario se resienten. En el horizonte pueden surgir más riesgos, se advirtió, como más tensión geopolítica y arancelaria.
El Ministerio de Economía destacó que pese a la revisión “España seguirá liderando el crecimiento entre las principales economías europeas”. La comparativa deja atrás a Alemania (crece un 0,4% este año), Francia o Italia (0,6%). El 2,4% para el 2025 que plantea la OCDE es dos décimas inferior al repunte esperado por el Ejecutivo y tres décimas al del Banco de España. Una tarea pendiente está en el déficit o la deuda, donde “sigue siendo esencial” una consolidación continua. Entre sus recomendaciones, plantea ampliar la base del IVA, las tasas ambientales y mayor eficiencia en el gasto público.
Revisión notable en las cifras de EE.UU.
Fuera de las fronteras, la guerra comercial desatada por Donald Trump tendrá justamente a su país como el más damnificado a corto plazo. Las previsiones de la OCDE se recortan con más fuerza en EE.UU., que pasará a crecer un 1,6% este año, ocho décimas menos que en la previsión anterior, y un 1,5% el siguiente, otras seis décimas menos. “Refleja el aumento sustancial del arancel efectivo sobre las importaciones y las represalias de algunos socios comerciales, la alta incertidumbre en la política económica, una desaceleración significativa de la inmigración neta y una reducción considerable de la fuerza laboral federal”, argumentó. La organización le pone deberes en el frente fiscal, con la necesidad de “un ajuste fiscal significativo a lo largo de varios años”. Su gran objetivo arancelario, China, pasa de puntillas, con una décima menos este año y el siguiente y crecimientos que se mantienen robustos, en el 4,7% y 4,3%, en medio de “estímulos considerables”.
Los daños de unos y otros dejan un leve freno en la economía global, que pasará a crecer un 2,9% este año, dos décimas menos, y otro 2,9% el siguiente, una décima menos. La eurozona avanzará un 1% en el 2025 y un 1,2% en el 2026, sin cambios sobre lo previsto. Aquí, la OCDE pidió “prudencia” en la propuesta de financiar el aumento del gasto en defensa con deuda.