Balón de oxígeno para el presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, en la pugna dialéctica (y económica) que mantiene con el mandatario estadounidense Donald Trump.
La tasa de paro en Estados Unidos descendió en junio una décima, situándose en el 4,1%, el nivel más bajo desde febrero. La economía estadounidense generó 147.000 nuevos empleos durante el mes, superando las expectativas de los analistas y consolidando una racha de 54 meses consecutivos de creación de empleo. Estos datos, publicados por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS), refuerzan la percepción de que, pese a los aranceles, el déficit fiscal superior al 6% y un primer trimestre de crecimiento negativo, la economía de EE.UU. sigue mostrando fortaleza.
Donald Trump ahora tiene menos argumentos para presionar a su rival en la Reserva Federal
Tras la publicación de los datos, Wall Street reaccionó al alza: el S&P 500 y el Nasdaq Composite alcanzaron nuevos máximos históricos, impulsados por la sorpresa positiva en la creación de empleo. Este contexto otorga a Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, argumentos sólidos para retrasar una bajada de tipos de interés y evitar un posible sobrecalentamiento económico. De hecho, los mercados de derivados reflejaron una caída drástica en la probabilidad de un recorte de tipos en la reunión de finales de julio, pasando de un 25% antes del informe a casi descartarse tras la publicación de los datos.
Donald Trump, por su parte, lleva meses presionando a Powell (tachándolo de “imbécil”, “estúpido”, “loco”, “inútil”) para que relaje la política monetaria —actualmente en el rango del 4,25%-4,50%— con el objetivo de estimular aún más la economía y debilitar el dólar, favoreciendo así las exportaciones estadounidenses.
Aunque el mercado laboral es positivo, el informe también revela matices importantes. El crecimiento del empleo se apoyó en gran medida en el sector público, especialmente en la educación, mientras que las nóminas privadas aumentaron solo en 74.000, el nivel más bajo desde octubre pasado. “Aunque el número total de empleos fue muy sólido, la debilidad estuvo bastante extendida en todo el sector privado”, afirmó Eugenio Alemán, economista jefe de Raymond James.
La ralentización en la contratación privada coincide con la incertidumbre generada por la política comercial de Trump y la revisión de su reforma fiscal. El número de despidos sigue siendo bajo, ya que las empresas prefieren retener a sus trabajadores ante la escasez de mano de obra que persiste desde la pandemia y el posible impacto de las políticas migratorias restrictivas anunciadas por Trump, comentan desde el banco de inversión Schroders.
El informe de empleo de junio supone una victoria parcial para Jerome Powell y la Reserva Federal, que ganan margen para mantener la cautela en la política monetaria. Por su parte a Trump le conviene no caer en el triunfalismo: la solidez del mercado laboral convive con señales de desaceleración. Y además, su rival en la Fed está acariciando el gato.