La Unión Europea todavía espera poder alcanzar una solución negociada tras la dura carta recibida del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, donde anunciaba unos aranceles del 30% a partir del 1 de agosto. Para ganar tiempo para negociar, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha avanzado hoy que prorrogarán otros quince días, hasta agosto, el primer paquete de represalias comerciales por los gravámenes de Washington, cuya suspensión expira este lunes.
La líder del Ejecutivo comunitario también ha descartado que la UE vaya a estrenar, por ahora, al poderoso instrumento anticoerción, la última bala que tiene Bruselas para hacer frente a los aranceles masivos de Trump. “Fue creado para situaciones extraordinarias. Todavía no estamos allí”, ha asegurado Von der Leyen, preguntada por la cuestión en una comparecencia junto al presidente de Indonesia, Prabowo Subianto, con quien ha alcanzado un acuerdo político para avanzar en el acuerdo de libre comercio entre ambas potencias. “Es tiempo de negociaciones, pero también estamos preparados para todos los eventuales escenarios”, ha añadido la popular alemana.
Diversidad de opiniones
Francia pide estrenar esta poderosa herramienta, mientras Alemania llama a un acuerdo rápido
El instrumento anticoerción –conocido en Bruselas como el bazuca– todavía no se ha utilizado desde que entró en vigor en diciembre de 2023 y permitiría, entre otras cosas, restringir las importaciones y las exportaciones, o aumentar los derechos de aduanas. Se trata de una herramienta de defensa comercial comunitaria, que tiene el objetivo de entablar un diálogo con el país en cuestión y, si no se llega a una solución, la UE puede llegar a aplicar contramedidas y hasta exigir una reparación.
La carta del presidente de EE.UU. de momento, se interpreta como un movimiento más de presión del presidente, conocido por sus duras técnicas negociadoras, para alcanzar un acuerdo más beneficioso para Washington que el que estaba encima de su mesa. Esta tarde los embajadores de la UE, de guardia todo el fin de semana, se reunirán de urgencia para analizar los próximos pasos a tomar.
Entre los Veintisiete existen diferentes acercamientos. El presidente francés, Emmanuel Macron, es el más duro al pedir a la Comisión acelerar la preparación de represalias comerciales creíbles y movilizar todos los instrumentos, incluido el mecanismo anticoerción. En el caso de Alemania, la ministra de Economía, Katherina Reiche, llamó a llegar a un resultado pragmático y cerrar el acuerdo rápidamente. En Italia, la primera ministra, Giorgia Meloni, ha pedido “evitar polarizaciones” y “buena voluntad” a todos los actores implicados para cerrar un acuerdo.
De momento, la Comisión apunta por la prudencia. Von der Leyen interpreta la carta como unas medidas que entrarían en vigor “a menos que haya una solución negociada”, por lo que prefiere “extender la suspensión de las contramedidas –europeas– hasta principios de agosto”. “Al mismo tiempo, continuaremos preparando más contramedidas para que estemos completamente listos”, ha añadido este domingo. ”
Bruselas ha informado esta semana que ya tiene listos los dos paquetes de contramedidas en caso de no alcanzar un acuerdo satisfactorio. El primer paquete, valorado en 21.000 millones de euros, es el que formularon en respuesta a los primeros aranceles de EE.UU., sobre el acero y el aluminio –entonces del 25%, ahora del 50%–, y cuya aplicación fue suspendida para dar espacio a las negociaciones. En un principio, la suspensión expira en la madrugada del martes, pero Bruselas se ha abierto a extenderla si es necesario para alcanzar un acuerdo.
La segunda lista es la que propuso la Comisión Europea para contrarrestar los llamados aranceles “recíprocos” y las tarifas sobre los coches, con un valor rebajado de los 95.000 millones iniciales a los 72.000 millones en exportaciones de EE.UU. El recorte, ya esperado, se ha hecho tras sendas consultas con la industria y con los Estados miembros. A la espera de comprobar la lista final, la propuesta europea planteaba tasas a la aviación, los motores o el conocido bourbon estadounidense.