El bloqueo de Junts fuerza a Trabajo a aplazar la votación de la reducción de jornada

Laboral

El Ministerio de Trabajo argumenta que el actual clima político convertiría  la votación en un plebiscito y la retrasa para después del verano

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La vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz 

Dani Duch / Propias

La reducción de jornada, la medida estrella de la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se retrasa. No se votarán las enmiendas a la totalidad la semana que viene, tal como estaba previsto. Quedará para el próximo periodo de sesiones, para después del verano, lo que supone un aplazamiento adicional para una norma que encuentra grandes dificultades en su tramitación y que no tiene en absoluto garantizada su aprobación.

Dos son las razones que han llevado al Ministerio de Trabajo a adoptar este nuevo retraso. La principal es que sigue sin contar con el apoyo de Junts, sin el cual no es factible tirar adelante el proyecto de ley. En concreto, Junts tiene presentada una de las enmiendas a la totalidad que tenía que votarse la próxima semana y que, de salir adelante, hubiera devuelto la norma al Consejo de Ministros.

El martes por la mañana se reunieron los equipos negociadores del ministerio de Trabajo y de la formación catalana pero sin avances, con lo cual la perspectiva era que el proyecto de ley sería rechazado. “Seguimos muy lejos”, señalan fuentes de Junts. Ante esta situación, Trabajo prefirió evitar el rechazo asegurado, ganar tiempo y pasar la votación al próximo periodo de sesiones, a partir de septiembre, pero por el momento, sin fecha fijada.

En un comunicado, el ministerio indica que “para Junts la ley no es posible sin consenso, debe ser una oportunidad para las pymes y que recoja todas las peticiones, algo que requiere, en todo caso, de tiempo y seguir trabajando”. Por lo tanto, el ministerio ha decidido darse más tiempo para negociar.

Foment del Treball valora positivamente que Junts mantenga su rechazo a la propuesta 

Al conocer el aplazamiento, desde Foment del Treball han valorado positivamente “que grupos como Junts hagan un ejercicio de coherencia y mantengan su posicionamiento tan relevante para la economía productiva com su rechazo a la propuesta de reducción de la jornada que tiene que votar el Congreso de los Diputados”.

La segunda razón que argumenta Trabajo para el aplazamiento es el actual clima político. Explican que una votación ahora sobre la reducción de jornada hubiera sido “secuestrada” por la situación política, transformándose en un plebiscito sobre apoyo o no al Gobierno. Que no quede contaminado por el caso Cerdán. Es algo, argumentan, que quieren evitar.

“No renunciamos a que el proyecto se apruebe antes de que termine el año”, indican desde el Ministerio de Trabajo, a pesar de este nuevo retraso, y de que el apoyo de Junts no está en absoluto garantizado. “Estamos más cerca ahora que hace dos meses”, añaden desde Trabajo, pero desde Junts replican que las diferencias persisten.

El martes por la mañana, en la rueda de prensa del Consejo de Ministros, Yolanda Díaz, ha manifestado que la votación se produciría cuando hubiera “las mejores condiciones posibles”. Una frase que chocaba con la posición contundente que había mantenido hasta el momento respecto a que querían votar las enmiendas a la totalidad antes del verano. Pocas horas después se confirmaba el aplazamiento.

De esta manera, el proyecto de la reducción de jornada sufre otro obstáculo en un camino ya bastante accidentado. Primero, en la negociación con los agentes sociales en la que la patronal se demarcó; después, en las discrepancias entre los ministerios de Trabajo y Economía, con Yolanda Díaz consiguiendo finalmente imponer que no se tocara el texto y que se tramitara por vía de urgencia; y ahora con su entrada en el parlamento. La presentación de la enmienda a la totalidad de Junts fue un toque de atención, y ahora ha forzado como mínimo a un nuevo retraso en la tramitación.

El proyecto de ley prevé tanto la reducción de la jornada a 37,5 horas semanales, como la garantía del registro de jornada, con un control telemático y accesible por la inspección de Trabajo, además del derecho a la desconexión digital. 

Si el proyecto de ley fuera rechazado, volvería al Consejo de Ministros en lo que supondría una gran derrota para el Gobierno y muy especialmente para Yolanda Díaz, que lo ha convertido en su proyecto estrella de la legislatura. Algo parecido a lo que fue la reforma laboral para la legislatura anterior.

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