Trump exige la dimisión inmediata de una gobernadora de la Reserva Federal

Política monetaria

El presidente de EE.UU. no cesa en su presión para que la Fed, dirigida por Jerome Powell, rebaje los tipos de interés y presiona a Lisa Cook, que aseguró no cederá, por un supuesto fraude hipotecario sin que mostrara prueba alguna 

Chair of the US Federal Reserve Jerome Powell speaks during a news conference following the July 29-30 Federal Open Market Committee (FOMC) meeting in Washington, DC on July 30, 2025. The US Federal Reserve kept interest rates unchanged for a fifth consecutive policy meeting Wednesday, defying strong political pressure from President Donald Trump to slash borrowing costs -- although divisions emerged among policymakers. The US central bank's call to hold interest rates at a range between 4.25 percent and 4.50 percent comes amid a flurry of data releases this week, including an early estimate showing the world's biggest economy returned to growth in the second quarter. (Photo by Mandel NGAN / AFP)

El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell

MANDEL NGAN / AFP

La guerra del presidente Donald Trump contra la Reserva Federal (Fed) no tiene límites.

Mientras las actas de la reunión que el banco central celebró el pasado julio confirman la ruptura de la unanimidad respecto a mantener los tipos de interés, Trump abrió otro frente ayer para socavar aún más esa fractura al pedir la renuncia de Lisa Cook, una de las gobernadoras de la Fed, que ya respondió que no piensa ceder a la presión.

“¡Dimisión ya”!, escribió en su red social y órgano ejecutivo de su gobierno. Exigió la marcha de Cook, la primera mujer negra que sirve en ese cargo en la historia de la institución, a partir de acusaciones no confirmadas de fraude hipotecario que Trump utiliza en su campaña por reconfigurar la Fed y lograr una rebaja de los tipos, que podría hacerse real este septiembre.

La ira del presidente se de­sató poco después de que Bill Pulte, director de la Agencia Federal de Financiación de Vivienda (FHFA) asegurara en las redes que su oficina había abierto investigación a Cook y hallado que aparentemente falsificó documentos para obtener un crédito más favorable. Pulte indicó que había puesto esta información en conocimiento del Departamento de Justicia para que abra un proceso penal.

De esta manera instrumentalizó ramas de su gobierno para perseguir influir en la política monetaria y reducir los tipos de interés, aunque los expertos han advertido reiteradamente que interferir con la independencia de la Reserva Federal puede acarrear consecuencias económicas y financieras catastróficas.

Cook, con mandato hasta el 2038, se ha alineado con el presidente de la Fed, Jerome Powell, en el mantenimiento de los tipos a la espera de certificar el impacto que los aranceles tienen en la economía. Los tipos están al 4,25%-4,50% y Trump presiona para que los bajen como tabla de salvación a los estragos que los gravámenes empiezan a tener en los ciudadanos de Estados Unidos.

Su táctica de acoso penal también la ha sugerido contra Powell, al que acusa del sobrecoste de las obras en la reforma de la sede del banco central.

Trump no dispone de capacidad para echar a los gobernadores de la Fed, siete en total. Sin embargo, Adriana Kruger, otra gobernadora, presentó su dimisión inesperadamente el mes pasado, cuando su plazo expiraba el próximo enero.

Esta decisión dio la oportunidad de nominar a uno de los suyos, Stephen Miran, que deberá ser ratificado por el Senado.

Dos de los actuales gobernadores, Christopher Waller y Michelle Bowman, fueron nombrados por Trump. En caso de que lograra otros dos, tendría la mayoría de los votos fijos de la junta. Hay otros cinco puestos rotatorios que se atribuyen a los bancos regionales

Precisamente, las actas de esa última reunión, publicadas ayer, muestran como Walley y Bowman rompieron la unanimidad que había marcado la Fed respecto a los tipos.

Los responsables de la Fed expresaron entonces su preocupación por el mercado laboral y la inflación, si bien la mayoría coincidió en que era demasiado pronto para rebajar el precio del dinero.

Pero ese documento recoge además opiniones divergentes, aunque esa mayoría votó a favor de no tocar nada a pesar de las objeciones de Walley y Bowman que, haciéndose eco de Trump, argumentaron que era la hora de recortar.

El documento remarca que el principal peligro es el repunte que observan en la inflación.

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