Las cartas están echadas y ya no hay margen visible para la rectificación. Con el anuncio del lunes de Junts de que mantenía su rechazo a la jornada laboral, se confirmó el desenlace que se iba intuyendo. Esta tarde, el Congreso de los Diputados rechazará la propuesta con los votos de la formación catalana, que votará junto a PP y Vox, que por tanto no iniciará ni tan solo los trámites de debate. Las enmiendas a la totalidad que se aprobarán reenviarán el proyecto de ley al Gobierno.
Ayer, Junts defendió su enmienda a la totalidad porque considera que las 37,5 horas pondrían en peligro el empleo de las pymes catalanas. “Obligar a reducir la jornada laboral a los que no pueden asumirlo es incompatible con el Estado del bienestar”, afirmó la portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras.
Será una dura derrota para el Ejecutivo y especialmente para la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, gran impulsora del proyecto que ha convertido en su propuesta estrella de la legislatura. Sin embargo, Trabajo no ha querido retirar el punto del orden del día, para evitar la escenificación de la derrota. Precisamente buscan lo contrario. A partir de la teoría de que las 37,5 horas son una medida popular a la que un 72% de los ciudadanos están a favor, quieren forzar a que los opositores se manifiesten públicamente. Especialmente, que Junts aparezca situado al lado del PP y Vox el día previo a la Diada.
“Será el momento en que cada partido político se retrate”, afirmó ayer la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, mostrando que en esta iniciativa están de acuerdo las dos fuerzas de la coalición. Como también lo están en que, aunque hoy se rechace la propuesta, “no es un punto y final, es punto y seguido”, en palabras de Pilar Alegría.
Junts argumenta que la reducción la pagarían “los de siempre, los autónomos, las pymes y los comercios de barrio”
El punto y seguido lo tiene previsto activar Trabajo con dos fórmulas. Por un lado, aplicar de manera independiente el registro horario, uno de los elementos incluidos en el proyecto de ley pero que puede ponerse en marcha sin pasar por el parlamento. Y por otro lado, que el recorrido de la propuesta de reducción de jornada no termina aquí, sino que se volverá a presentar.
Es la reacción del Gobierno a un fracaso sonado, especialmente doloroso para Yolanda Díaz. Es su bandera de enganche, el equivalente a la reforma laboral de la legislatura anterior. Aquella pasó por los pelos, gracias a un error de un diputado del PP, esta lo tiene ahora mismo muy difícil. Pero, además, la constatación de la falta de mayoría parlamentaria pone en riesgo otras iniciativas de Trabajo para esta legislatura, con lo que el giro social que promueve Yolanda Díaz, queda en cuestión. Todo dependerá de la actitud que tome Junts respecto a otros proyectos, pero ahora mismo la capacidad de actuación del Ministerio de Trabajo parece limitada.
Hoy decae previsiblemente la reducción de jornada, pero en el futuro inmediato también peligran otros objetivos, como el Estatuto del Becario, que fija un máximo de 480 horas para las prácticas extracurriculares y una compensación obligatoria de los gastos. Lleva dos años esperando en el cajón, frenado por la parte socialista del Gobierno, y con una presión de los rectores de universidades que puede decantar algunas fuerzas a votar en contra.
Respecto al Salario Mínimo Profesional (SMI), el Gobierno tiene capacidad para aumentarlo como ha hecho en años anteriores, pero ya le será más difícil aplicar la reforma legislativa con la que pretende automatizar la revalorización adicional del salario mínimo.
El Congreso convalidó ayer la ampliación de los permisos por nacimiento y cuidados
Lo que sí ha conseguido es que ayer el Congreso de Diputadas convalidara la ampliación de los permisos por nacimiento y cuidados. Se amplía en tres semanas el permiso de nacimiento y cuidado de menor, que pasa de 16 semanas a 19, y lo incrementa y duplica de 16 a 32 semanas en el caso de familias monoparentales, donde casi el 80% son mujeres.
Conscientes de que el Gobierno quieren que “se retrate” con el voto de hoy, Junts expuso ayer todo su argumentario. De entrada, la condición que puso a Trabajo para retirar su enmienda, que no fuera obligatoria para las pymes que pudieran ver en riesgo su viabilidad si se aplica la medida. Y a continuación, los argumentos, todos en torno a una idea principal. Que esta ley ahora y aquí “es empezar la casa por el tejado y engañar a la gente”, y que va “contra la clase media y trabajadora de Catalunya”, según declaró ayer Míriam Nogueras, que añadió que “pagarán los de siempre, los autónomos, la pequeña y mediana empresa y los comercios de barrio”.