Los alimentos y la electricidad han permitido interrumpir en agosto la tendencia de subida de la inflación de los dos últimos últimes meses. El incremento del IPC se ha mantenido en el 2,7%, gracias a estos dos elementos que han compensado el impacto de un aumento de los carburantes. De esta manera se consigue una estabilización de los precios, aunque a niveles superiores a la recomendación del BCE, que la fija en el entorno del 2%.
Por lo que respecta a los alimentos, la inflación se situó en el 2,4%, lo que supone cuatro décimas por debajo de la tasa marcada en julio. En este freno de la tendencia alcista, la fruta ha jugado un papel determinante. Esta moderación del IPC de los alimentos es una buena noticia porque supone marcar una pausa en una trayectoria ascendente que empezaba a preocupar, aunque al observarla más de cerca aparece que se debe básicamente a la fruta, mientras otros alimentos han seguido subiendo. Por tanto, no hay garantías de que este proceso de moderación del coste de los alimentos se mantenga. En concreto, en agosto, la fruta subió solo un 2,2% cuando en julio el incremento fue del 8,8%; y en términos intermensuales, aparece una caída del 8,8%.
El precio de los alimentos, que se daba por normalizado al principio de este año, sufrió desde entonces un aumento progresivo que le llevó en julio a un 2,7%. Es cierto que en el arranque del año, se notó el impacto de la normalización del IVA de los alimentos básicos, pero en los últimos meses la tendencia al alza se acentuaba, hasta llegar a esta moderación en agosto.
Por lo que respecta a otros alimentos, sigue la caída del precio del aceite de oliva, un 43,7% en interanual, lo que supone un porcentaje similar al registrado en los meses anteriores. También se registra una caída considerable del azúcar, con un descenso del 19,3% de los precios. En cambio, el café ha subido un 20,2%, el chocolate un 18,8%, y la carne de vacuno un 15%.
Mientras, la electricidad también ha incidido a la baja en el IPC general, dato que el precio se mantuvo mientras que había subido en agosto del año pasado. Como indicábamos, en sentido contrario, al alza, han actuado tanto las gasolinas, que bajaron menos que en el mismo mes del año pasado, como la subida del transporte aéreo.
”Los servicios siguen marcando tasas elevadas, y no solo los relacionados con áreas turísticas. también lo que corresponde a seguros, peluquerías y otras áreas. Las tasas de inflación se mueven en el entorno del 3,5% desde principios del 2024 hasta ahora”, señala María Jesús Fernández, de Funcas.
La subyacente aumenta una décima hasta el 2,4%
Por su parte, la inflación subyacente, que excluye energía y alimentos frescos, ha aumentado una décima, hasta colocarse en el 2,4%, recuperando el nivel con el que arrancó el año, después de una serie de altibajos, pero de proporciones moderadas. Lleva tres meses por deajo del IPC general. Esta tasa, menos volátil, es considerada un indicador más fiable de las tendencias de fondo.
De cara a futuro, la previsión de Funcas es que el IPC aumente en septiembre hasta el 3%, para luego iniciar una senda descendente, que dejaría la media del año en el 2,6%, lo que supondría una tasa solo ligeramente inferior a la del año 2024.
Desde el Ministerio de Economía se indica que la estabilidad de la inflación y las subidas de los salarios están permitiendo a las familias recuperar de forma progresiva su poder adquisitivo.