Una década después del dieselgate , el escándalo de manipulación de emisiones de los diésel de Volkswagen, esa motorización deja contradicciones en España. Se ha hundido en el mercado de coches nuevos, pasando de ser la mayoría a un porcentaje residual, pero sigue dominando en un parque móvil envejecido, en la segunda mano y en el vehículo comercial e industrial. Los últimos bastiones...
En turismos el retroceso es notable. En 2015 más del 60% de las ventas nuevas eran diésel. Para el 2018 ya había caído a la mitad y hoy no llega al 6%, según cifras de las patronales Anfac, Faconauto y Ganvam hasta agosto. “Uno de los motivos es la pérdida de confianza tras el dieselgate , tanto en la tecnología como en la reputación de las marcas”, comenta Joan Blancafort, secretario general de la patronal catalana de distribuidores Fecavem. A eso suma las restricciones ambientales y normativas, como las de entrada a las ciudades, o una fiscalidad cada vez más elevada para vehículos contaminantes. También afecta la transición de marcas y consumidores a energías más limpias, repasa.
En un parque móvil envejecido como el de España, más de la mitad de los turismos en circulación son diésel
Ante la menor demanda, los fabricantes han ido retirando oferta diésel. “Ha desaparecido del segmento A (pequeño urbano), B (compacto) y C (suburbano compacto), donde la mayoría de las ventas son gasolina o híbrido porque ya no se dispone de versión diésel en el catálogo”, expone Félix García, portavoz de la patronal de fabricantes Anfac. La menor oferta y demanda deja solo un oasis en los SUV grandes. “Son vehículos de gran peso donde el diésel es eficiente”, y explicarían que aún resista con el 6% de ventas.
Para esclarecer el dato, Blancafort resalta que los diésel mantienen ventajas como un precio menor de compra, un menor consumo –del 15-25% sobre uno de gasolina–, que pueden recorrer grandes distancias y que son duraderos. “Puede superar los 500.000 kilómetros con un buen mantenimiento”, dice. Sin olvidar que al repostar, comparado a la gasolina, es más barato. España, aun así, tiene pendiente aplicar todavía la subida fiscal que le pide Bruselas.
Pese a la pérdida del momentum, España sigue siendo diésel. La edad media de sus turismos es de 14,5 años, y subiendo. El 67% tiene 10 o más. Es decir, se matricularon cuando el diésel era lo más vendido. Esto provoca que en el parque móvil el grueso de turismos sean diésel (53%), según Faconauto. En estos años las ventas han girado al híbrido convencional, hoy primera energía en las ventas (35%), por delante de la gasolina (30%). Pero faltan años para que se note en el total. La organización T&E España plantea que la fiscalidad del diésel impide revertir la tendencia de predominio en el parque. “No incita a la renovación de los diésel de cierta edad”, comenta Laura Vélez de Mendizábal, experta de T&E.
Donde no hay discusión en la vigencia del diésel es en los vehículos comerciales e industriales. Supone el 90% de las ventas, indica Ideauto, pese a la aparición de alternativas eléctricas o híbridas. Se prefieren en entornos de trabajo “por coste y mantenimiento, por ser una motorización comprobada, por la autonomía y por tener una red muy abastecida”, detalla Blancafort. El peso en lo comercial e industrial explica también el papel aún relevante del diésel en la producción. El 22% de los vehículos producidos en España este año son diésel, solo detrás de los de gasolina (40,4%) e híbridos enchufables (27%), detalla Anfac. En las furgonetas de Stellantis en Vigo o de Mercedes-Benz en Vitoria sigue primando. “Se fabrica en base a la demanda, si hay demanda de diésel, hay producción de diésel”, exponen en Anfac. Por ahora, las alternativas no encuentran camino en este segmento.
De nuevo por el parque envejecido, también domina en la segunda mano. Según los últimos datos mensuales de Coches.net, el 46% de la oferta de vehículo de ocasión es diésel, así como el 49% de las ventas, diez puntos más que la gasolina en ambos casos. El precio es un imán, con casi 4.000 euros menos que el promedio del coche de ocasión (17.803 euros) en los últimos tres meses. Asimismo, un estudio del portal y Ganvam señala que el diésel se mantiene como opción preferida entre los que buscan coche de ocasión, con el 28%. Apenas un punto por encima de la gasolina.
Impulsar incentivos para la renovación de los vehículos
Los diésel nuevos serán una ilusión en unos años. En el 2035 se prohibirá la comercialización de motores de combustión en turismos y vehículos comerciales ligeros. En los primeros las alternativas se imponen, pero en los segundos no arrancan. La organización T&E España plantea que la fiscalidad del diésel impide revertir la tendencia de predominio en el parque móvil. España aún no ha aplicado la paridad entre la gasolina y el gasóleo. “Esto no incita a la renovación de los vehículos diésel de cierta”, comenta Laura Vélez de Mendizábal, experta en electromovilidad de T&E. En el terreno del vehículo comercial e industrial, abogan por “incentivar vehículos más eficientes, seguros y cómodos de modo que la demanda pueda verse alentada por unos precios más asequibles”. Y es que si bien un camión eléctrico puede ofrecer un coste menor de propiedad, el coste inicial es más alto. “Puede ser un impedimento, especialmente en autónomos o pymes”, cree Vélez de Mendizábal. Asimismo, advierte que se puede estar gestando una nueva versión del dieselgate con los híbridos enchufables, que denuncian que contaminan más de lo estimado.