
Prisa pleitea con el primer socio de Le Monde
El grupo de comunicación español Prisa, que preside Josep Oughourlian, tiene abierto un contencioso en Francia a cuenta de su participación del 20% en el capital de la sociedad Le Monde Libre, editora del prestigioso rotativo Le Monde y de las revistas L’Obs, antes Le Nouvel Observateur, o Telerama. El accionista principal de la empresa francesa –que el año pasado transfirió sus acciones a la Fundación por la Independencia de la Prensa para blindarla de entradas no deseadas– es Xavier Niel, quien ha reclamado al grupo español propietario de El País y la Ser que le entregue su paquete del 20% por 1 euro, aduciendo un pacto entre su empresa y PRISA de abril del 2020, en plena pandemia. Niel inició su carrera con negocios vinculados al primer intento de Francia de liderar la tecnología telemática, el Minitel . En su caso , el rose, de contenido erótico. Con apenas viente años se hizo rico. Actualmente tiene un patrimonio de unos 10.000 millones.
La empresa española discrepa de esa valoración de 1 euro y se ha negado a ejecutar la venta requerida por Niel en al menos dos ocasiones. La empresa que preside Oughourlian estima que su paquete en Le Monde supone unos 60 millones, lo que implica 300 millones para el 100% del grupo. Niel declinó responder a las preguntas que le formuló este diario.
El caso ha acabado en el Tribunal de Commerce de Paris, una jurisdicción que se encarga exclusivamente de pleitos comerciales, formado por comerciantes y empresarios elegidos entre ellos mismos. Su presidente es Patrick Sayer.
El grupo español se acoge a aspectos formales que invalidarían la operación. Primero, la venta no se podía formalizar porque requería la unanimidad previa de todos los socios y no fue consultada a la sociedad de redactores. Segundo, que como consecuencia de lo anterior, no se ejecutó el call (opción de compra) y esta ya no se puede volver a plantear por segunda vez.
El pacto al que alude Niel para reclamar la ejecución de la venta fue aprobado por el consejo de Prisa cuando la presidía Javier Monzón, próximo a la presidenta del Santander, Ana Botín, accionista de la empresa editora española y el consejero delegado era Manuel Mirat. Ambos fueron destituidos en diciembre de 2020, en una operación en la que Oughourlian se alió con Telefónica, entonces presidida por José María Álvarez-Pallete . Oughourlian asumió la presidencia de PRISA, que ostenta en la actualidad.
En el acuerdo del consejo de PRISA también iba incluida la cancelación de un préstamo participativo de 30 millones de euros que el grupo español había concedido al francés cuando este atravesaba graves dificultades. Pero la valoración de ese préstamo se hizo con una quita de dos tercios, es decir, Prisa solo recibió 10 millones. Y en el mismo acto se acordó la cesión aplazada del 20% de Le Monde por 1 euro. Algún consejero de Prisa alega que en la reunión que se aprobó esa decisión solo se planteó la cancelación del préstamo.
Prisa participa en Le Monde desde 2005, cuando Juan Luis Cebrián era su consejero delegado. Posteriormente, en el 2010, junto con Niel y otros inversores, amplió su participación hasta el 20% y se complementó con el préstamo participativo. En cualquier caso, ahora su participación en Le Monde está contabilizada a valor cero

¿Quiere elecciones el Cercle d’Economia?
La política de Pedro Sánchez y su Gobierno de normalizar las relaciones con Catalunya, que incluyen la amnistía, las promesas de mejora de la financiación y los pactos de gobernabilidad, le había granjeado un gran apoyo electoral en esta comunidad. También entre la burguesía catalana, aunque no este caso sin el voto. Primero fue Foment, la gran patronal, cuyo presidente, Josep Sánchez Llibre, porfió tras las elecciones de julio del 2023 en favor de un acuerdo de los socialistas con los independentistas de Junts, presididos por Carles Puigdemont.
El reconocimiento formal de ese nuevo clima llegó el año pasado, en este caso por boca del anterior presidente del Cercle d’Economia, Jaume Guardiola, quien en las jornadas de 2024 se dirigió a Sánchez en estos términos: “La normalización institucional está relacionada con tu acción de gobierno y queremos agradecértelo públicamente”. Fin de la equidistancia denunciada por Mariano Rajoy, el anterior jefe de gobierno.
Cabría preguntarse ahora si la posición de la burguesía barcelonesa ha cambiado. ¿Acaricia la idea de unas nuevas elecciones generales anticipadas? Si es por la evolución de sus cuentas de resultados y la coyuntura económica, las cosas le van más que bien. Pero hay otros ámbitos, como los impuestos, que ponen muy nerviosas a las elites de la economía. Hay fronda fiscal. En Barcelona, Madrid, París y Nueva York. El empresariado quiere pasar página.
El Cercle d’Economia que ahora preside Teresa García Milà, en un posible síntoma de que las circunstancias y los intereses moldean las posiciones, ha organizado el día 20 de este mes un debate sobre el sentido de seguir en el gobierno y no convocar elecciones tras tres años sin aprobar los Presupuestos generales del Estado. También sobre las consecuencias de prorrogar de nuevo las cuentas públicas, según apuntan fuentes de la entidad.
Los conferenciantes serán el nuevo vicesecretario general de Economía del PP, Alberto Nadal, exsecretario de Estado con Rajoy y Cristóbal Montoro como ministro de Hacienda y Jordi Sevilla, exministro socialista, del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, muy crítico con las políticas de Sánchez, que ya pidió elecciones cuando comenzaron las negociaciones de los socialistas con Puigdemont y próximo al expresidente socialista Felipe González. También está prevista la intervención de la presidenta de la Autoridad independiente de responsabilidad fiscal (Airef), Cristina Herrero, implacable analista de las cuentas públicas.
No tener Presupuestos también ha sido considerado problema decisivo que obligaría a convocar elecciones por el madrileño Círculo de empresarios, que preside Juan María Nin. El foro capitalino, siempre ha sido mucho más duro con Sánchez que el barcelonés; también más refractario a las reclamaciones catalanas de mejor financiación y normalización política.
Siguiendo esa trayectoria, el Cercle no se ha pronunciado directamente, en forma de nota de opinión pero parece haber abordado por la vía indirecta la misma perspectiva. En Barcelona muchos quieren ser optimistas y piensan que una nueva convocatoria electoral no desembocará automáticamente en una coalición de gobierno del PP con Vox, un auténtico problema en Catalunya. Algunos atisban una posible abstención de la ultraderecha en una investidura de Alberto Núñez Feijóo sin que los de Santiago Abascal entren en el Gobierno. Que se entregarán gratis. Pero en este ámbito, nada se entrega por amor al arte.