La ley de movilidad sostenible llega a su momento decisivo. El Congreso de los Diputados vota hoy por la tarde el proyecto de ley que se viene negociando desde hace años y que en este momento no cuenta con los votos necesarios para salir adelante. La norma busca sentar las bases de la modernización del transporte y imprimir un impulso a la descarbonización. Junts dio la semana pasada su apoyo a la ley consiguiendo que las ciudades de tamaño medio también reciban subvenciones para el transporte público. Pero a unas horas de votar quedan los cuatro votos de Podemos en el aire. En juego hay casi 10.000 millones de los fondos europeos.
Las negociaciones entre el Ministerio de Transportes y Podemos se han intensificado en las últimas horas. El partido dirigido por Ione Belarra exige al equipo de Óscar Puente “coherencia”. Consideran que no tiene sentido impulsar una norma que incluye neutralidad climática en el 2050 y, al mismo tiempo anunciar, 13.000 millones para ampliaciones de aeropuertos españoles.
En concreto, Podemos reclama a Transportes que paralice la ampliación del aeropuerto del Prat y del Puerto de Valencia. El partido esgrime que se trata de dos grandes infraestructuras que van a multiplicar exponencialmente las emisiones de CO2 tanto en Catalunya como en la Comunidad Valenciana.
Para Transportes, la ampliación de El Prat y el Puerto de Valencia son líneas rojas. No contemplan frenar ambas infraestructuras. Es más, esgrimen que el proyecto para hacer más grande el aeropuerto de Barcelona no depende de la ley en cuestión, sino del DORA, el documento de Aena en el que se contemplan las inversiones aeroportuarias. El pulso hasta el cierre de esta edición seguí abierto y las conversaciones podrían continuar durante las horas previas a la votación del proyecto de ley. Está previsto que ese momento se produzca en la tarde de este miércoles.
Para Transportes, la ampliación de El Prat y el Puerto de Valencia son líneas rojas
La ley contiene medidas, como la consolidación del sistema concesional de autobuses, evitando así que sólo continúen operando aquellas líneas que sean rentables. La norma también pretende impulsar una nueva cultura de la movilidad, fomentando ámbitos de colaboración y de conexión entre modos y servicios de transporte, con una apuesta clara por el transporte público y la movilidad activa.
La ley establece por primera vez la necesidad de llegar a la neutralidad climática de un sector de actividad específico (no de la economía en su conjunto) como es el transporte. Se debería alcanzar la neutralidad climática del transporte en el 2050. Asimismo, en materia de vehículos ligeros para el transporte por carretera, se apuesta por la necesidad de actualizar las etiquetas medioambientales de la DGT, teniendo en cuenta la evolución tecnológica de estos vehículos.

