Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), sostuvo que se palpa mucha ansiedad en la economía global, que la incertidumbre está aquí para quedarse y que la perspectiva de una posible crisis financiera es algo que “me desvela a menudo por las noches”.
A pesar de todo esto, Georgieva reconoció que la proyección del pasado abril, justo tras el anuncio de los aranceles globales de Donald Trump, mal llamados recíprocos, resulta hoy equivocada, rebajando su impacto y desdramatizando en relación a hace seis meses. La economía ha sido mucho más resistente de lo esperado en parte porque esa guerra comercial, al margen de Canadá que ha entrado en el juego por obligación, ha afectado básicamente al país emisor de los gravámenes (Estados Unidos) y al que ha respondido (China).
“Las grandes economías del mundo han elegido utilizar los aranceles como un instrumento en la relación con sus socios. El hecho interesante constatado hasta hoy es que el resto del mundo no las ha seguido, por el momento”, remarcó la responsables del Fondo en la rueda de prensa de este jueves, durante la reunión anual de la institución que celebra en Washington.
Esa respuesta sirvió para que instara a los países a mantener el comercio como el motor de crecimiento de la economía mundial, a pesar de la belicosa actitud de Trump. “De 191 miembros del FMI, 188 han dicho gracias, pero no”, afirmó. “Preferimos seguir comerciando con la mayoría de las reglas de las naciones más favorecidas y alentamos a los países a que lo hagan porque, si no son economías grandes, cercanas, abiertas, no les funcionará”, recalcó.
Georgieva también constató en lo positivo que “estamos viendo un fenómeno interesante y es que ha aumentado la integración del comercio regional”.
Sin descartar que un recrudecimiento y expansión de esa guerra comercial socave la economía, aseguró que en sus desvelos nocturnos observa que el mundo está más preparado para afrontar una crisis como la del 2008, aunque matizó que “los recursos fiscales están agotados en muchos países”.
Dentro de las proyecciones de afectación al PIB, la economista búlgara expresó el potencial del boom de la inteligencia artificial (IA). Según los cálculos del FMI, Georgieva subrayó que la “IA será valiosa solo si supone una gran contribución a la productividad y el crecimiento”.
Matizó que calculan ese impacto en un aumento “significativo” en una franja del 0,1 al 0,8% del crecimiento global, pero avisó que está herramienta tiene el poder latente de provocar más divisiones entre los países del mundo e incluso dentro de los propios países.
El FMI continuará presionando al G-20, que convoca a las mayores economías del mundo, a centrarse en la cuestión de la persistente deuda que supone una carga para el desarrollo económico, explicó. El Fondo calcula que superará el 100% global respecto al PIB en el 2029.
“El crecimiento es lento, la deuda es alta y los riesgos de una crisis financiera son bastante permanentes, están ahí”, insistió en sus respuestas. “Los países necesitan hacer mucho más para hacer que bajen los niveles de la deuda”, alertó.
