España y el Fondo Monetario Internacional (FMI) parecen vivir un idilio. La economía española es el mascarón de proa del crecimiento de la zona euro, con una previsión del 2.9% para este año.
“Ha evolucionado fantásticamente”, señaló ayer Alfred Kammer, director del departamento europeo del FMI, en la rueda de prensa dedicada al Viejo Continente durante la reunión anual que se celebra en Washington. Pero, como en todo idilio, hay algunas pegas. Así que Kammer reclamó a España que actúe ante la crisis de la vivienda. En su alerta señaló que esta circunstancia lastra el crecimiento económico de un país en el que cae el paro y donde funcionaron bien como impulsores económicos las exportaciones, el turismo o el sector de las comunicaciones.
“España y otros países de Europa (entre estos Portugal e Irlanda) deben centrarse en la crisis de la vivienda, en la crisis de asequibilidad, y actuar. No solo han de hacerlo por un tema de accesibilidad económica, sino también por cuestiones estructurales”, indicó con una respuesta directa a una pregunta concreta sobre España.
Kammer apuntó que “la vivienda social financiada por los gobiernos ha disminuido considerablemente en las últimas décadas” en el conjunto de Europa, lo que ha supuesto un problema en esos países.
El Banco de España señala que faltan 700.000 pisos para equilibrar oferta y demanda
“Se refleja en el incremento de los precios de la vivienda y en la creciente dificultad de los jóvenes para acceder a una casa asequible, lo que también tiene un impacto negativo en el crecimiento económico”, perseveró en su argumento.
Según Kammer, esto dificulta sobre todo a los jóvenes la posibilidad de mudarse a centros de alta productividad, donde los salarios son mayores. Cuando esto no puede suceder, se genera un gran freno al crecimiento que afecta al conjunto de la sociedad.
“Necesitamos actuar en materia de planificación y zonificación para crear el entorno adecuado que permita construir más viviendas”, insistió.
Ya hace años que España atraviesa por una crisis residencial marcada por la escasez de oferta asequible y aumentos históricos en los precios. El costo de la vivienda acentuó su subida al 12,7% interanual en el segundo trimestre de este ejercicio, el incremento más alto en casi dos décadas. El Banco de España calculó en un informe que faltan alrededor de unas 700.000 viviendas en el mercado para cubrir el déficit entre oferta y demanda.
