Golpe de estado en Nexperia

VISIÓN GLOBAL SEMICONDUCTORES

China acusa a Estados Unidos de estar detrás de la decisión de Países Bajos, que ha tomado el control de la empresa de semiconductores Nexperia después de constatar riesgos reales de que transfiriera tecnología crítica al gigante asiático

FILE PHOTO: The logo of Chinese-owned semiconductor company Nexperia is pictured in Hamburg, Germany, June 27, 2024. REUTERS/Fabian Bimmer/File Photo

El logo de la empresa china Nexperia en su fábrica de Hamburgo

Fabian Bimmer / Reuters

Un importante incidente en una empresa de chips amenaza con escalar las ya de por sí tensas relaciones comerciales entre la Unión Europea y China.

La alemana BMW alerta que la medida ha afectado a su cadena de suministro de chips

El Gobierno neerlandés y Pekín se encuentran actualmente en negociaciones sobre la situación de Nexperia, con sede en Nijmegen (Países Bajos), pero que desde el 2019 es propiedad del conglomerado chino Wingtech. Del resultado de estas negociaciones podría surgir una nueva fuente de tensión por el control de la cadena mundial de un sector tan sensible como es el de los semiconductores, materiales imprescindibles para fabricar chips esenciales para fabricar los ordenadores, teléfonos móviles o hasta armas y satélites.

El Gobierno de Países Bajos toma el control hablando de proteger la seguridad nacional

Todo arrancó con el golpe de estado que, hace unos días, La Haya impuso sobre Nexperia. Con el argumento de que existía un riesgo real de que la tecnología y los conocimientos estratégicos fueran transferidos fuera de Europa, el Gobierno de Países Bajos decidió tomar el control de la compañía. En concreto, recurrió a una legislación, llamada Ley de Disponibilidad de Bienes de 1952, que hasta ahora jamás había sido utilizada y que permite actuar cuando se considera que un peligro real para la seguridad nacional o para el mantenimiento de capacidades tecnológicas críticas. Lo que teme el Gobierno neerlandés es que en una situación de extrema emergencia Nexperia priorizara el mercado chino sobre el europeo. Fabricantes como Renault, BMW o Bosch necesitan su tecnología.

Así que lo que decidió Países Bajos con este movimiento fue, primero, cesar al director ejecutivo de la compañía, el chino Zhang Xuezheng, y nombrar a un administrador externo. Después, determinaron que el control de las grandes decisiones corporativas seguiría en Países Bajos durante por lo menos un año. Nexperia no podrá optar por trasladar partes de la empresa sin el permiso del Gobierno neerlandés. Según la justificación de los tribunales holandeses, hay pruebas de una supuesta mala gestión de Zhang.

Hace seis años el conglomerado chino Wingtech compró la empresa de semiconductoresholandesa

Como respuesta, Pekín ha prohibido desde el 4 de octubre a su filial en China que exporte determinados componentes a la empresa. Pekín está convencido de que detrás del movimiento de Países Bajos se encuentra Estados Unidos y esta semana la portavoz del Ministerio de Comercio, He Yongqian, sostuvo que unos documentos judiciales neerlandeses ponen de manifiesto que Washington y La Haya “mantuvieron comunicaciones y coordinaciones” sobre la reciente ampliación de las restricciones estadounidenses a las filiales y las entidades vinculadas.

A su juicio, Estados Unidos, que ya había impuesto restricciones sobre Nexperia –así como el Reino Unido– quiere impulsar “daños contra las empresas chinas”, criticando esta medida de La Haya que cree que “socava gravemente el orden económico y comercial internacional y amenaza la seguridad y la estabilidad de las cadenas industriales y de suministro mundiales”.

El conflicto por Nexperia es un nuevo ejemplo de cómo la industria de los semiconductores globales se ha convertido en una fuente de riesgos para la seguridad nacional de las potencias, en medio de la disputa comercial entre las presiones de Donald Trump y el gigante asiático, a medida que China restringe las exportaciones de tierras raras, materias críticas esenciales que controla y que Europa necesitan también, por ejemplo, para la disputada industria de la defensa.

De hecho, las turbulencias en Nexperia preocupan por las posibles repercusiones en el sector automovilístico europeo, un sector ya golpeado por los aranceles o la pérdida de puestos de trabajo. La alemana BMW ya ha dicho que parte de su cadena de suministro está viéndose afectada. Los chips de la empresa, sobre todo por su gran capacidad de producción, son muy necesarios en Europa. Y, aunque su mayor planta de fabricación se encuentra en Hamburgo, la mayoría se empaquetan y ensamblan en productos de mayor tamaño en China.

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