El precio de los pisos ralentiza la llegada de trabajadores extranjeros, según Funcas

Economía

Para la entidad otra derivada de la falta de vivienda es también la ralentización del consumo privado

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La hostelería es el sector de trabajo de una parte relevante de los inmigrantes. 

EUROPA PRESS / Europa Press

La inmigración, que forma parte esencial del crecimiento de la economía española en los últimos años, está ralentizando su ritmo de llegada por la dificultad para encontrar vivienda. Es una de las conclusiones de las previsiones económicas que ayer presentó Funcas, que apuntan que la población activa extranjera crecería en 875.000 personas en el trienio 2025-2027, frente a las 1.080.000 del trienio precedente, lo que supone un 19% menos.

Otra derivada que tiene la falta de vivienda es también la ralentización del consumo privado. La tesis es que la tasa de ahorro se mantiene muy elevada, en el entorno del 11,5%, muy por encima de los valores considerados normales hace unos años, y lo seguirá siendo, porque se ahorra para comprar una vivienda, lo que necesita un largo periodo de tiempo. Si este dinero se dedicara al consumo inmediato, el impulso al crecimiento de la actividad sería superior.

En este terreno, el de la crisis de la vivienda, Funcas da un dato positivo, el crecimiento de la inversión en construcción, que aumentará un 4,1% este año y el 4,4% en 2026, pero que es totalmente insuficiente para cerrar la brecha habitacional, que se calcula en el entorno del medio millón de viviendas. “La reactivación de la construcción solo empezará a reducir el déficit habitacional a partir del 2026”, afirmó Raymond Torres, director de coyuntura de Funcas.

Por lo que respecta a las previsiones de crecimiento, son claramente positivas. Funcas revisa al alza seis décimas su previsión de aumento del PIB para este año, que quedaría en el 2,9%. Una revisión que basa en las correcciones al alza que ha hecho el INE sobre crecimientos de trimestres anteriores, y también por un impacto menor del previsto de los aranceles de Donald Trump. Mientras, para el 2026, también eleva tres décimas el aumento del PIB, hasta el 1,9%.

Es un crecimiento que viene de una demanda interna sólida, básicamente del consumo privado, aunque irá perdiendo vigor progresivamente, por el menor impulso de la población activa y por las dificultades en encontrar vivienda en los territorios con más dinamismo.

En cambio, un factor negativo sigue siendo la inversión, que sigue en niveles bajos, y contrasta la inversión pública, basada en los fondos europeos, con una inversión de las empresas, que sigue renqueante. Parece que las empresas prefieren dedicar sus esfuerzos a desendeudarse más que a invertir, con lo que han conseguido que su deuda haya caído a mínimos en lo que va de siglo.

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