¿Tiene alguna herramienta EE.UU. para contrarrestar a su rival chino? Aparte de reactivar su propio sector minero y elevar, como suele hacer Donald Trump, los derechos de aduana, la Casa Blanca está trabajando en varias opciones.
La primera, sostiene la agencia Reuters, es restringir la exportación hacia China de una amplia variedad de programas de software crítico. Scott Bessent, secretario del Tesoro, afirmó: “Todo está sobre la mesa. Si estos controles sobre exportaciones –ya sea software, motores u otros productos– se aplican, probablemente será en coordinación con nuestros aliados del G-7”.
EE.UU. ya impuso controles sobre software de gestión empresarial, relación con clientes y diseño asistido por ordenador en los últimos años contra Rusia. Según Bloomberg, no está decidido aún si las restricciones incluirán únicamente las exportaciones del programa informático o si se aplicará un bloqueo que afecte también a productos extranjeros fabricados con tecnología estadounidense. Esta opción del software tiene varias dificultades prácticas, entre las cuales el posible impacto sobre firmas occidentales que operan en China (Dassault, Nvidia o Qualcomm) con software estadounidense, que se verían perjudicadas.
La segunda opción es más improbable pero es sugerente. EE.UU. cuenta en su territorio con una mina de cuarzo muy puro (conocido con las siglas de HPQ), prácticamente única en el mundo. Spruce Pine, en Carolina del Norte. Este lugar suministra entre el 60 y 70% del cuarzo de alta pureza utilizado en semiconductores y paneles solares. La compañía Sibelco ha invertido 200 millones de dólares para duplicar la capacidad de esta mina. ¿Podría entrar EE.UU. en una guerra de minerales con China al bloquear el acceso al cuarzo? Pekín es el mayor productor mundial de paneles solares.
Un informe privado citado por medios especializados, atribuido a la minera Quest Metals, del pasado mes de junio (How the U.S. Can Counter China’s Rare Earth Export Ban by Exploiting Its High-Purity Quartz Vulnerability ), sugería que China es vulnerable en la producción de cuarzo puro, por límites geológicos y por dificultades en el procesar este mineral. Por ello, proponía limitar la transferencia de tecnología de refino de cuarzo hacia China, desarrollar junto a Europa técnicas extractivas fuera del alcance chino, así como imponer sanciones puntuales a firmas chinas que operen en la extracción de este peculiar mineral. De acuerdo con el medio PV Magazine y Quartz Corp , China cada año importa entre 600 y 800 millones de dólares de cuarzo de Spruce Pine.
Ahora bien, Pekín ha descubierto el pasado mes de abril más de 35 millones de toneladas métricas de cuarzo potencialmente de alta pureza (HPQ) en dos regiones estratégicas, Qinling en Henan y Altay en Xinjiang. Este hallazgo podría cambiar las cartas en juego. Washington tendría cierto margen para actual con alguna medida de retorsión. Otra cosa es que una escalada en esta guerra de minerales, después de los estragos de la guerra arancelaria, sea una buena estrategia.

