Milei: el títere de Trump políticamente muerto

OPINIÓN

Milei: el títere de Trump políticamente muerto
Adjunto al director

Al margen del recuento de votos de hoy, la verborrea zafia, vulgar e insultante de Javier Milei, el presidente de Argentina, ha llegado a su final. Liquidado políticamente en tiempo récord. Entre diciembre del 2023, cuando asumió el cargo y septiembre pasado, momento en el que sufrió una grave derrota en las elecciones provinciales en Buenos Aires. Ha tenido que pedir el rescate.

Sea cual sea el resultado de las elecciones de medio mandato que se celebran hoy en Argentina, Milei es ya un mandatario derrotado, postrado sin más proyecto que rogar a Donald Trump que ponga dólares para alargar la agonía del peso, una moneda que apenas vale el papel en el que está impresa, pese a sus esfuerzos para mantener su precio artificialmente. Un administrador delegado, empleado de bajo nivel de la Casa Blanca. El protectorado ha dado en estas últimas semanas un paso de gigante. El proyecto de asegurar el control militar y de las materias primas de todo el continente americano, desde Groenlandia a la Tierra del Fuego, avanza a gran velocidad por el Sur.

En el corto plazo de tiempo durante el que ha estado al frente del país, Milei ha pauperizado a la mayoría de la población, pulverizado pensiones, salarios e ingresos de las clases medias, desatendido la sanidad, los colegios y las universidades. Congelado la inversión pública y hundido la economía en una profunda crisis. Tras una efímera recuperación, a principios de año, se encamina de nuevo hacia un profunda recesión.

Más allá de la desgracia que supone para los argentinos, la relevancia de lo que ocurre en el país es su condición de experimento de ingeniería social en el hemisferio occidental. La motosierra contra los más elementales derechos económicos, políticos y sociales de la ciudadanía, con el supuesto objetivo de hacer que el país resurga de sus cenizas. En España, una parte de la elite, representada por Isabel Díaz Ayuso y, en la versión más alfa, por Santiago Abascal, lo apadrinó como banco de pruebas y ensayos para ver si algún día sus recetas se pueden aplicar en este lado del Atlántico. Revanchismo social.

President Donald Trump greets Argentina's President Javier Milei, as he arrives at the White House, Tuesday, Oct. 14, 2025, in Washington. (AP Photo/Mark Schiefelbein)

Imagen de la reunión en la que Milei le pidió a Trump ayuda para sostener el peso

Mark Schiefelbein / Ap-LaPresse

Su único éxito aparente ha sido la reducción de la inflación, pero esto a costa de matar al enfermo. Y aún y así, ese triunfo teórico queda condicionado a mantener artificialmente alta la tasa de cambio del peso, lo que está sacudiendo los cimientos de la sociedad argentina. Paga por los productos básicos -como los alimentos y los servicios de electricidad, gas, agua y sanidad- precios y tarifas superiores a los de capitales como Londres, París, Madrid o Barcelona. Con la diferencia de que su poder adquisitivo es varias veces menor. Cuando Milei llegó al poder, el dólar equivalía a 400 pesos; ahora 1.500.

Falta saber qué exigirá Washington a cambio de una ayuda que en realidad solo salva a Wall Street

Un tratamiento de choque ciertamente suicida y que por sí solo explicaría el revés electoral que sufrió en septiembre, en la primera oportunidad de votar que han tenido hasta el momento los argentinos. Además, ha quedado en evidencia por la corrupción que le rodea, la que apunta a su hermana y auténtica jefa de gabinete de su gobierno y a varios de sus colaboradores y candidatos en las elecciones que se celebran hoy. A él mismo, a cuenta de la especulación con criptomonedas, como su jefe en la Casa Blanca.

Obviamente, no es noticia que haya corrupción en Argentina, es una lacra estructural que impregna a toda su clase política, pero Milei presumió de que, motosierra mediante, acabaría con ella. Visto lo visto, ya tendría que haberse auto amputado.

Mientras, el peso sigue cayendo, aunque la inyección de Trump, unos 400 millones desde que este anunció que echaría una mano a su aprendiz del Cono Sur, ha ralentizado el descenso. No está claro cuánto dinero acabará destinando EE.UU. a esa operación, como tampoco a qué está condicionada, cómo se pagará o qué garantías, en forma de recursos naturales o concesiones militares adicionales, lleva aparejadas. El programa no está formalmente ni activo ni aprobado. Lo más acertado sería pensar que durará y será por la cantidad necesaria hasta que los amigos de Trump consigan vender sus créditos y salvarse del hundimiento. Los rescates de este tipo siempre son iguales.

Lo que sí es ineludible es la devaluación, un golpe adicional a las condiciones de vida de los argentinos, tras haber estado sometidos durante meses, inútilmente, a mil privaciones para evitarla. El programa de Milei ha quedado reducido a la nada y su gobierno es un grupo en descomposición, con ceses y dimisiones a cada día que pasa. Ambiente de fin de régimen.

El principal argumento implícito de campaña del anarcocapitalista es que si pierde, el amigo americano no pondrá más dinero y vendrá la debacle, aunque la economía argentina no reciba ni un solo billete verde de Trump, se quedan en manos de especuladores y acreedores.

Sea cual sea el resultado de las elecciones de hoy, el presidente argentino ya está derrotado

Un auténtico chantaje al alimón de dos de los políticos más extremistas del mundo. La promesa del presidente argentino de devolver la grandeza al país austral no puede haberse incumplido de manera más descarnada: entregando la soberanía y el futuro a la potencia imperial. Por eso, sea cual sea el resultado de hoy, Milei será el derrotado. Lo más coherente es que su partido y sus aliados reciban el castigo que los votantes anticiparon en las elecciones de la provincia de Buenos Aires de septiembre pasado. Pero si no fuera así, el mérito solo podrá atribuirse al inquilino de la Casa Blanca, en Washington. A su presión y a su intervención. Y a su amenaza de que se echará atrás si no gana su colega de ideología. La continuidad de Milei en la presidencia argentina supondrá que Trump tendrá en la Casa Rosada un títere a su servicio y un menú para escoger qué partes del país se quedará.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...