Cuando regresó a Barcelona, Montse Suárez (1979) tuvo tal choque de realidad que no sabía hablar de negocios en catalán o castellano. Había trabajado como alta ejecutiva en Londres durante más de 20 años y, en los primeros meses de su retorno, solo le salían las palabras en inglés. Cuenta que lo pasó realmente mal. Ahora ya han transcurrido cuatro años y Suárez está más que integrada en su ciudad natal. Es la fundadora de Iris Ventures, una gestora de fondos de inversión que, actualmente, tiene alrededor de 200 millones de euros bajo control.
Montse Suarez
“Prácticamente no hay mujeres en este sector, ni aquí, ni en el resto de Europa. Desde Iris Ventures, quiero demostrar que hay una manera distinta de hacer las cosas en un sector tan dominado por la masculinidad y la agresividad”, lamenta Suárez con un tono tranquilo pero severo. Suárez sabe muy bien de qué habla porque en la City se movió entre tiburones. Licenciada en Administración y Dirección de Empresas en Esade, inició su carrera en banca de inversión en Londres, en Morgan Stanley. “Fui top 10 de mi carrera y me vinieron a buscar nada más acabar los estudios. Desde pequeña fui una apasionada de las finanzas. Mientras los otros niños leían cómics, yo leía la prensa económica de camino a la escuela, memorizaba los precios de las cotizadas en España”, comenta. La pasión por las finanzas también le venía de familia: su padre era banquero de mercados públicos y recuerda que le marcaron los momentos que pasó entre la Llotja de Barcelona y los trading floors de la bolsa durante la burbuja de las empresas puntocom.
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En Morgan Stanley, Suárez asesoró a algunas de las marcas más icónicas en los sectores de consumo, retail y lujo. Viajó por medio mundo, llegando a vivir una temporada en Dubái cuando apenas habían construido dos torres en aquella ciudad. Tras finalizar esta etapa, lideró desde Walgreens Boots Alliance la creación del primer fondo inversor corporativo enfocado en belleza y salud. En 2017, empezó a volar en solitario con la creación de V7, un fondo que invirtió en marcas de nueva generación (111Skin, Little Spoon o Axel Arigato) mediante el capital que le confió la familia Puig. “Todas las operaciones me salieron bien, conseguí multiplicar el retorno por más de cuatro”, asegura Suárez. El éxito que obtuvo le empujó a dar un salto adelante y en el 2021 decidió regresar a Barcelona para fundar Iris Ventures.
“Me podría haber quedado en Londres o ir a una gran ciudad. Sin embargo, por razones personales y porque sinceramente creo que hay grandes oportunidades en Barcelona, regresé a la ciudad con mi marido y mis tres hijos”, comenta. Fue en 2021 cuando fundó Iris Ventures. Sin embargo, su primer vehículo lo lanzó a través del paraguas de Altamar. Desde entonces ha invertido 100 millones de euros en una decena de compañías, como Goddess, Essentialist, Vicio, Olistic o Superlativa. Este año ha puesto en marcha un segundo fondo –en solitario, sin Altamar y autorizado por la CNMV– que ha levantado casi 100 millones y va camino de levantar 100 millones más. La propuesta de inversión es singular. En un sector donde prácticamente todos invierten en Inteligencia Artificial, Suárez apuesta por marcas innovadoras vinculadas al consumo, la belleza, la longevidad o el bienestar. Y lo hace con una sola fuente de capital, los ahorros que le confían grandes fortunas familiares europeas. En este sentido, Suárez hace bandera de prescindir de fondos públicos de inversión, de organismos como el ICO o el CDTI. “Así no estoy atada a invertir en España y tengo la libertad de financiar la mejor empresa del mercado”, defiende.
La tesis de inversión consiste en liderar operaciones de 5 a 20 millones en empresas con necesidades fuertes de crecimiento y acompañarlas con su presencia en el consejo. Las oportunidades, comenta, se concentran en Europa (80%) y en Estados Unidos (20%) y, como es habitual en este sector, el objetivo es desinvertir en un plazo de cinco años para multiplicar el retorno.
De porte discreto y elegante, Suárez aprovecha el tiempo libre para pasarlo en familia y practicar el hockey en el Club de Polo de Barcelona. Sin embargo, su gran pasión está puesta en el proyecto inversor. Suárez está convencida del potencial de su propuesta y, sobre todo, de su capacidad para romper el estereotipo masculino del sector inversor.
