Marc Murtra confesó ayer a los analistas que en los negocios hay que tomar decisiones difíciles para seguir avanzando y esto es lo que demuestra el plan estratégico para la compañía entre 2026 y 2030 que presentó al mercado.
El documento titulado Transform & grow (transformar y crecer) confirmó el recorte del 50% del dividendo a partir del 2026 que ya se había filtrado al mercado el viernes anterior, al tiempo que proyecta un crecimiento medio anual de ingresos y resultado operativo de entre el 1,5% y 2,5% en el periodo 2025-2028, acelerándose hasta entre el 2,5% y 3,5% en el periodo 2028-2030, tras invertir 32.000 millones.
Pero esta promesa de crecimiento futuro no fue suficiente para contrarrestar lo que, para muchos inversores, supone el recorte de dividendo en una compañía que durante años ha estado ligada a este atractivo. Así, las tradicionales Matildes se dejaron en la jornada de ayer un 13,12% de su valor y cerraron en 3,72 euros.
Una caída impulsada además por otro anuncio que no gustó nada al mercado: la confirmación de que Telefónica se plantea recurrir a una ampliación de capital en caso de que aborde un proceso de consolidación en el futuro, pese a que esta decisión no está incluida dentro el plan que traza su hoja de ruta hasta el 2030. Se leyó como una falta de definición que la bolsa castigó con la mayor caída de la acción sufrida por la compañía desde el 12 de marzo del 2020, coincidiendo con el anuncio del confinamiento por la crisis de la covid.
Pese a lo abultado del dato, Marc Murtra tomó el castigo con bastante naturalidad. En parte, la caída ya estaba descontada por la compañía, aunque tal vez no con tanta virulencia. En parte también porque el presidente de Telefónica no es nuevo en estas lides y, como explicó a los analistas ,ya ha pasado por esto en anteriores compañías. “Es difícil prever qué es lo que van a hacer los mercados en un día. Pero lo que sí sabemos, por experiencia, es que una vez los fundamentos de una compañía funcionan y se implementan correctamente, el mercado te sigue”, aseguró Murtra.
“Estamos tomando decisiones para acabar con los frenos que tenía esta compañía”, dice Murtra
Y finalmente también porque Murtra cuenta con el apoyo unánime del consejo de administración de la compañía y todos los accionistas de referencia para el plan anunciado. Con esta confianza es con la que la compañía va a desplegar una estrategia en la que la rebaja del dividendo irá destinada “como prioridad absoluta” a reducir la deuda financiera, y a evitar que supere las 2,5 veces el resultado operativo (ahora está en 2,9 veces) ya en el 2028 y conseguir que las agencias de calificación crediticia mantengan el actual grado de inversión.
Para ello, esta estrategia incluye lo que Murtra denominó “decisiones muy difíciles como ahorros de 2.300 millones de euros hasta el 2028 y 3.000 millones hasta el 2030”.
Entre estos ahorros, los directivos de Telefónica apuntaron ayer que están incluidos los derivados de un plan de salidas de trabajadores (ERE) que no se comunicará hasta que no sea consensuado con los sindicatos. A ellos se unirán las ventas de activos de cobre y activos inmobiliarios ligados a estas ventas, así como una simplificación generalizada de la compañía que pasa por finiquitar la salida de Latinoamérica con la venta de todos los activos de México, Chile y Venezuela.
“A esta compañía le ha faltado flexibilidad financiera para captar buenas inversiones por una histórica aversión a tomar decisiones difíciles, rápidas y una divergencia entre la visión estratégica y el negocio real. Estamos tomando decisiones para acabar con estos frenos”, aseguró Murta.
Esa conexión con el negocio real va a suponer un despliegue para mejorar la atención al clientes, afinar las estrategias para fidelizar a los clientes minoristas y ampliar negocios en el área de clientes empresariales. Un mercado donde Emilio Gayo, consejero delegado de Telefónica, ve “mucho recorrido en sectores como la ciberseguridad y que se ejecutarán a través de la división de Telefónica Tech”.
La compañía confirma que las futuras fusiones se financiarán con ampliación de capital
Todo un esfuerzo con el que Telefónica quiere convertirse en una operadora europea de referencia mundial con escala rentable. Para ello hay otro punto estratégico que, paradójicamente, Telefónica no ha incluido en sus plan estratégico: las fusiones.
La compañía confirma que tiene abiertas conversaciones en todos los mercados pero ha evitado incluirlos en su plan para evitar dar pistas y sufrir presiones en estas negociaciones que solo se llevarán a cabo si cumplen con los requisitos de un precio ajustado, sinergias adecuadas y condiciones del regulador del mercado coherentes. “No habrá fusión si nos imponen un cuarto operador”, sentenció Murtra.
