Los Estados de la Unión Europea todavía no han comenzado a discutir en firme sobre sus prioridades para el próximo presupuesto europeo para el periodo 2028-2034 (lo que en Bruselas se llama el marco financiero plurianual), pero el Parlamento Europeo ya ha sacado el hacha de guerra. Para intentar aplacar una rebelión de la Eurocámara, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha ofrecido un pequeño ajuste dentro del diseño de las futuras cuentas que garantiza que al menos un 10% de los fondos que recibirán los Estados deba ser destinado al sector agrícola. Es decir, una nueva partida “rural” destinada a calmar las críticas de los que temen la desintegración de partidas históricas como los fondos de cohesión o la Política Agrícola Común (PAC).
El motín en Bruselas no llega de partidos extraños a la mayoría presidencial de Von der Leyen, sino que lo que ha sentado especialmente mal en el Ejecutivo comunitario es que se trata de los grupos que la apoyan: socialdemócratas, liberales, verdes y también el Partido Popular Europeo (PPE) de Manfred Weber, de la misma formación que la presidenta comunitaria, con quien no se lleva especialmente bien. Todos ellos suscribieron una carta la semana pasada censurando la nueva arquitectura que propone la Comisión para el futuro presupuesto de la UE. Lo que atacan es la integración de los fondos de cohesión y la PAC en unos grandes sobres nacionales –junto a las ayudas a la pesca y las destinadas a migración y gestión de fronteras– que los agricultores, las regiones, varios países y gran parte de la Eurocámara interpretan como un recorte de la PAC y una recuperación por parte de los Estados de parte de sus fondos.
Los principales grupos parlamentarios critican el nuevo diseño que resta poder a las regiones
Ante esta situación, Von der Leyen envió una carta a la presidenta de la Eurocamara, Roberta Metsola, y a la primera ministra danesa, Mette Fredriksen donde, además de ofrecer estas partidas rurales, la alemana se abre a introducir también un “control regional, para garantizar más la plena participación de las autoridades regionales en la preparación, implementación y evaluación de los planes, así como asegurar el derecho de las autoridades regionales a intercambiar información directamente con la Comisión”. La líder comunitaria se reunió este lunes por videoconferencia con ambas para presentar estas ofertas, que Metsola valoró como “un paso adelante”. Por su parte, la premier danesa les explicó que se trata de preocupaciones expresadas ya por varios Estados miembros.
Ahora queda por ver si los grupos parlamentarios entierran ya su amenaza de presentar una resolución para rechazar la propuesta del Parlamento, que aunque no habría sido vinculante habría complicado el inicio de las negociaciones y posiblemente retrasado la implementación de las futuras cuentas comunitarias. Fuentes socialdemócratas ya avanzan que lo que hay encima de la mesa “no es suficiente”. El debate sobre las futuras cuentas comunitarias apenas acaba de arrancar, se prolongará durante los próximos dos años y Von der Leyen necesitará el aval de la Eurocámara, con lo que el rechazo del Parlamento en esta fase tan inicial no era una buena señal..
