El Secretario de Estado de Energía, Joan Groizard, ha lanzado este viernes una firme advertencia a la industria española: la descarbonización no es una opción, sino un “elemento para la supervivencia” y la competitividad en el escenario global.
El aviso llegaba durante la presentación de un estudio sobre el consumo energético en el sector industrial español que ha publicado el Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energéticos (IDEA). Un documento realizado a instancias de la Unión Europea para profundizar en el uso energético de la industria y que, en el caso Español, deja claro que, con datos de 2021, la industria español tiene una preocupante dependencia del gas y supera la media global en siete sectores industriales tan importantes como la alimentación y bebidas, las coquerias y el refino de petróleo, los minerales no metálicos como, la metalúrgica, los equipos de transporte o los textiles y el cuero.
La dependencia es más crítica aún en las grandes industrias de cogeneración, sistema que genera calor y electricidad simultáneamente, en la que la dependencia del gas natural asciende hasta el 81,2% y se concentra en cuatro sectores estratégicos para la economía nacional como Pasta, papel y artes gráficas (25,1%), Coquerías y refino de petróleo (21,4%), Alimentación, bebidas y tabaco (19,8%), y Química y petroquímica (15,9%) concentran más del 80% del consumo total vinculado a las instalaciones de cogeneración.
La situación, como ha recordado Groizard y como quedó demostrado en ese 2021, supone una peligrosa dependencia a la volatilidad de los precios internacionales y a “las decisiones que se toman en Moscú, Washington”. “No somos ricos en combustibles fósiles, en la medida en que fiemos nuestra competitividad a los fósiles, no vamos a ser competitivo”, ha advertido el secretario de Estado.
El estudio constata de que el principal vector de consumo energético de la industria es la necesidad de producir calor. De ellos, alrededor del 26% está destinado a cubrir necesidades de calor de muy alta temperatura, por encima de los 500 grados centígrados. Procesos que, el propio Groizard, reconoció que “son muy difíciles de descarbonizar”. Para todo lo demás, esto es para un 75% que necesitan calor de de media y baja temperatura ya existen “realidades tecnológicas de mercado para electrificar esos usos, sin inventar nada nuevo”.
El número dos de Sara Aagesen,ha recordado que existen diversos programas de ayudas públicas para impulsar esta descarbonización como son un paquete de hasta 350 millones de euros, está dirigida a la “cadena de valor industrial” ligada a la transición, buscando que las soluciones, como la sustitución de usos térmicos, sean tecnología diseñada y fabricada en España. A ello se suma, la existencia de un fondo europeo dotado con 1.000 millones de euros. Grorizard ha instado a la industria española presente “buenos proyectos” a esta convocatoria con el objetivo de replicar el éxito que se obtuvo con las ayudas para impulsar el hidrógeno renovable en las que España fue uno de los países con más proyectos elegidos.
