Acuerdo en la UE para acabar con toda la importación de gas ruso en el 2027

Energía

Los Estados y el Parlamento Europeo fijan plazos para la desconexión en “un día histórico” 

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La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, este miércoles

Harry Nakos / Ap-LaPresse

Acuerdo en el seno de la Unión Europea para eliminar las importaciones de gas ruso definitivamente, en un esfuerzo para cortar la financiación de Moscú tras la invasión de Ucrania. El Consejo de la UE -que representa a los Estados- y el Parlamento Europeo han acordado cesar las importaciones de gas natural licuado (GLN) ruso para el 31 de diciembre del 2026 y del que llega en gasoducto para el 30 de septiembre del 2027. “Es un día histórico”, ha celebrado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. La idea es ampliar la decisión al petróleo con un calendario similar, ha señalado. Hungría y Eslovcaquia -los países más perjudicados- han puesto el grito en el cielo y han anunciado que se opondrán a la medida.

Bruselas presentará una propuesta legislativa a principios del año que viene, y exigirá a los países que aún compren gas ruso planes de diversificación del suministro para marzo. El acuerdo debe pasar por la Eurocámara y que una mayoría de Estados la aprueben.  La medida, consensuada tras negociaciones que se cerraron en la madrugada del martes al miércoles, busca cortar lazos con el que en su día fue primer suministrador de energía del continente (con el 45%) antes de la invasión a Ucrania. Hoy sigue representando un 13% de las importaciones, se detalla. 

“Por fin, y para siempre, cerramos el grifo del gas ruso”, expuso el comisario de Energía, Dan Jorgensen. “Europa ha optado por la seguridad y la independencia energética. Nunca volveremos a la volatilidad del suministro ni a la manipulación del mercado”. Para sustituir el gas ruso la UE ha incrementado las importaciones desde EE.UU. Y Oriente Medio.

El gas ruso, del 45% de la importación europea al 12% actual

Tras la invasión de Ucrania los países han acelerado el fin de las compras, sin embargo, con el negocio actual los pagos mensuales van desde los 500 a los 700 millones. Sumando el negocio del crudo, “al inicio de la guerra pagábamos a Rusia 12.000 millones de euros al mes por los combustibles fósiles. Hemos bajado a 1.500 millones, que aún es mucho. El objetivo es bajarlo a cero”, detalló Von der Leyen. “Esta decisión ataca el corazón de la maquinaria de financiación de la guerra de Rusia y refuerza la seguridad energética de largo plazo de Europa”, remachó la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola. Las compras de gas también verán un nuevo régimen de “autorización previa”, notificándolas con al menos un mes de antelación.

El calendario contempla varias fechas en función de si los contratos vigentes son a corto o a largo plazo. En los de largo plazo para el suministro por gasoducto, si bien la fecha de fin de la importación es septiembre del 2027, se daría una prórroga de un mes si algún país no llega a los niveles de gas almacenado requeridos para superar el invierno sin estrecheces. Así, se podría estirar al 1 de noviembre.

Las reacciones tampoco se han hecho esperar desde Rusia. El Kremlin ha censurado la decisión, asegurando que llevará a la UE a ser “menos competitiva” y que implicará precios más elevados para los consumidores.

Desde Hungría y Eslovaquia quieren recurrir ante la justicia europea el plan que califican como un “dictado inaceptable” que vulnera sus competencias energéticas. “Tan pronto se apruebe en su forma definitiva, lo impugnaremos inmediatamente ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea”, afirmó en Bruselas a la prensa el ministro de Exteriores de Hungría, Péter Szijjártó. El ministro aseguró que Hungría “no está sola” en este asunto y que coordinará la respuesta legal con Eslovaquia.

Los dos países, con Gobiernos cercanos a Moscú, dependen mucho de las fuentes de energía que importan desde Rusia y se oponen al corte del suministro, argumentando que al no contar con salida al mar, no tienen vías alternativas. Szijjártó reiteró que la propuesta de la comisión y el consejo “es un dictado inaceptable” y que el cumplimiento de esta decisión “política e ideológica” sería “imposible”.

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