La vitalidad perdida de Europa

La vitalidad perdida de Europa
Senior Editor

La UE encargó a Mario Draghi, mago de las finanzas, un estudio sobre cómo recuperar el crecimiento europeo. EE.UU. Parece inalcanzable y China sigue avanzando con subsidios masivos a su industria, mientras emite deuda para evitar el colapso de su sector inmobiliario. En un plan de más de 400 páginas, Draghi ha logrado convencer a Ursula von der Leyen –e incluso a Elon Musk– de que Europa debe reaccionar para no perder más terreno competitivo frente a Estados Unidos, China y pronto India.

La receta pasa por expandir la innovación, aumentar la inversión pública y movilizar capital privado. Draghi pide, además, un fondo europeo basado en emisiones conjuntas de deuda de los 27 países, un instrumento de enorme alcance. Pero surge la duda: ¿estarán dispuestos los estados a integrar sectores tan sensibles como la defensa? Alemania cierra fábricas de Volkswagen por falta de rentabilidad mientras se refuerza como potencia militar. Draghi recuerda que Europa no aplica las reglas que rigen en el resto del mundo: Alstom y Siemens no se fusionaron por miedo a la competencia, pero EE.UU. Y China protegen abiertamente a sus campeones.

La pérdida de competitividad es evidente: en 1995 la productividad europea era equivalente a la americana; hoy no llega al 80%. Los altos precios energéticos favorecen a EE.UU. Mientras Europa pierde capacidad exportadora. Empresarios alemanes advierten de que, sin energía barata, deberán desplazar fábricas a otros países.

Draghi propone crear agencias de innovación como las de EE.UU., de donde nacieron el GPS, internet y la IA. El reto es quién asumirá los riesgos. Europa depende de la financiación bancaria, menos preparada para apoyar a pymes innovadoras. Los bancos tampoco quieren respaldar emisiones de deuda pública europea. Mientras tanto, tres cuartas partes del crédito empresarial proceden de la banca, frente al modelo estadounidense, donde domina el mercado de capitales. Para avanzar, sería necesario un supervisor similar a la America’s Securities and Exchange Commission. El presidente de Deutsche Bank lo resumió: el plan no será viable sin un mercado de capitales único que reduzca la fragmentación actual. Draghi añade que también los mercados tecnológicos están divididos en 27 sistemas, especialmente en telecomunicaciones.

Europa necesitará 800.000 millones anuales en inversión si quiere competir y alcanzar un mercado financiero equivalente al 22%-27% del PIB. ¿Podría la UE disponer de un fondo similar? La respuesta dependerá de la Comisión Europea.

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