Fundada en 1994, la empresa Asho, dedicada, en su mayor parte, a la codificación sanitaria, nació como solución a una serie de necesidades de los departamentos de documentación de los hospitales españoles. No fue hasta 2006 que Asho inició su andadura como firma independiente, después de la venta de su matriz, JDC Asociados, a la multinacional estadounidense Iron Mountain.
Con sus oficinas situadas en el barrio tecnológico del 22@, la firma cuenta con 28 trabajadores asalariados y 50 autónomos, distribuidos en secciones de tecnología, producción, codificación, comercial, calidad, gerencia, administración e inteligencia artificial.
La codificación sanitaria, que es la transformación de datos hospitalarios en códigos estandarizados para su registro y análisis, significa cerca del 70% de los 2,5 millones que Asho prevé facturar este 2025 y de los 3 que espera alcanzar en los próximos dos años. Además, la compañía también comercializa sus softwares, sector que cada vez genera más ingresos para la compañía gracias a la especialización de sus programas.
“De momento, da ingreso cero, solo tiene costes”, declara Ruth Cuscó sobre la inteligencia artificial
“Somos una empresa de codificación clínica y todo está montado sobre eso. No una empresa tecnológica que hace un software sin tener en cuenta quién lo va a utilizar”, declara Carlos Sevillano, director comercial de la firma. La propiedad de la compañía se divide en cinco partes: el fundador, Jordi García; su hijo; Ruth Cuscó y dos trabajadores de la firma. Fuera de España, la empresa catalana tiene presencia en Portugal y Chile, que representan una pequeña parte de sus ingresos, y está explorando nuevas oportunidades en Latinoamérica para el 2026.
Asho tuvo un gran crecimiento de demanda durante el cambio de CIE 9 (Clasificación Internacional de Enfermedades) a CIE 10 en 2016. Durante este proceso, la codificación se volvió mucho más complicada y los hospitales no podían asumir las cargas de trabajo. “Un codificador tardaba 3 o 4 minutos en codificar una historia clínica; con el cambio se iban a 40 minutos por historia clínica”, cuenta Ruth Cuscó, directora general de Asho.
La firma busca conseguir otro nuevo impulso. La IA es una de las apuestas de la compañía aunque, según Cuscó, “de momento da cero ingresos, sólo tiene costes”.
Asho recibió una subvención a fondo perdido que ha decidido invertir en IA. La empresa busca utilizar esta tecnología para realizar la lectura de los informes que hacen sus codificadores, pero esta integración no ocasionaría la pérdida de trabajo humano, ya que, según Cuscó, “estos pasarían a ser validadores” de las tareas de la máquina. Asho encara una etapa en la que intentará utilizar la IA para reafirmarse dentro del sector tecnológico hospitalario.
