El Ministerio de Trabajo ha causado asombro este martes al posponer su anticipada propuesta de incremento del salario mínimo interprofesional (SMI) para el año venidero. Se asumía que detallaría en la mesa de diálogo si se inclinaba por las cifras sugeridas por los expertos, e incluso, si favorecía el 3,1%, ahora que Hacienda ha permitido la posibilidad de extender la deducción del IRPF para que quienes lo reciban no estén sujetos al impuesto. La alternativa del 4,7% se presentaba si finalmente cotizara.
No obstante, al final el ministerio se ha contentado con presentar el informe de los expertos y escuchar las posturas de los representantes de los trabajadores y empresarios, para después anunciar que presentará su propuesta en una futura reunión. Desde el ministerio de Trabajo recalcan que su objetivo era averiguar los límites de los agentes sociales, “ver si hay mimbres para llegar a un acuerdo”, y basándose en ello, formular la propuesta.
La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) ratifica su oferta inicial de incrementar el sueldo mínimo interprofesional en un 1,5%.
En cuanto a las posturas de los actores sociales, no se han presentado novedades. Los sindicatos, por su parte, se muestran dispuestos a aceptar una cifra cercana al 3,1%, pero exigen que el incremento del Salario Mínimo Interprofesional no sea anulado mediante la absorción de complementos.
“La cifra del IPC está dentro de los parámetros del salario medio neto que nosotros estábamos calculando y puede ser un elemento, evidentemente, de aproximación de cara al acuerdo”, declared Javier Pacheco, secretary of Union Action for CC.OO., upon exiting the meeting.
Por su parte, la organización empresarial ha sostenido su postura, sin alterar la oferta presentada la semana anterior de un incremento del 1,5%, tras cuestionar el método empleado por el grupo de especialistas, argumentando que para determinar el sueldo promedio, se recurre a datos que excluyen áreas como la agricultura, la ganadería y la pesca.
Una postura que ha generado el descontento de los gremios. “No parece que quiera entrar en ninguna negociación, nos gustaríaque recuperará el espíritu del diálogo social”, afirmó Fernando Luján, subsecretario general de Política Sindical de UGT. A pesar de que Trabajo se ha concedido un tiempo adicional para hallar un pacto, resulta complicado imaginar que la CEOE participe en el consenso acerca del incremento del sueldo mínimo para el año entrante. Esto se deduce de la historia, ya que solo ha consentido uno de los aumentos recientes; y también de la vivencia de toda esta etapa legislativa, marcada por fricciones constantes entre la cúpula empresarial y el Ministerio de Trabajo, lo que ha propiciado un patrón de convenios bilaterales, involucrando únicamente al ministerio y a las centrales sindicales.
En cuanto al Salario Mínimo Interprofesional (SMI), el ministerio planea aprobar dos decretos reales separados: uno que abordará únicamente el incremento salarial y otro que prohibirá la absorción de complementos. Este último punto es más complejo, demandará más tiempo y probablemente terminará en litigio. La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), que se opone rotundamente, ya ha señalado que presentará un recurso si se aprueba mediante real decreto, es decir, sin la intervención del Congreso. La patronal estima que esta no es la vía adecuada para su implementación. Sin embargo, este es un tema secundario; la cuestión principal y fundamental es determinar el aumento para 2026, el cual se está demorando más de lo anticipado.
