30 años de M3

Tras múltiples pruebas en circuitos de medio mundo, BMW presentaba en septiembre de 1985 en el Salón de Frankfurt un deportivo que, con el paso del tiempo, se ha convertido en una leyenda. Más de tres décadas después, el modelo M3, a pesar del reciente cambio de nomenclatura por parte de BMW, sigue siendo un mito, un icono, un coche emblemático. Fue un encargo especial al entonces departamento Motorsport GmbH de la marca de Munich con indicaciones claras: crear el turismo más rápido y eficaz posible del momento de su categoría. Durante las pruebas de desarrollo del modelo original, varios pilotos de BMW se turnaron al volante para recorrer ininterrumpidamente –en el circuito italiano de Nardo– una distancia de 50.000 km. Desde entonces, cinco generaciones de M3 han aportado numerosas soluciones tecnológicas y, sobre todo, elevadas prestaciones que han seducido a exigentes conductores de los cinco continentes.

Pero el primer M3 también debía servir como base para un ­coche de competición excepcional. Para ello, la marca bávara tuvo que fabricar y comercializar 5.000 unidades tal como exigía la normativa de la época. Pero aquel M3, cuyo código era E30, superó todas las expectativas con unas ventas de 17.970 unidades en su primera generación. Sentaba así las bases para convertirse en un automóvil de culto entre los aficionados y en una referencia en los circuitos.

Muy sencillo de concepción, con un interior tan básico que hoy resultaría inconcebible, tenía un motor de dos litros de ­cilindrada, cuatro cilindros y
200 CV con el que alcanzaba los 230 km/h de velocidad punta y aceleraba de 0 a 100 km/h en 6,7 segundos. Un auténtico rayo con propulsión (tracción trasera) que requería habilidad y tacto al volante dado que no contaba con las habituales ayudas electrónicas actuales. En 1992 llegó la segunda generación, que BMW denominó en código interno E36. Inicialmente, a ojos de los entusiastas, no pareció tan especial como el primero dada su similitud con un Serie 3 normal. BMW optó por un cupé elegante, sin estridencias. Pero era sin duda un gran automóvil con una notable novedad debajo del capó: un motor de seis cilindros en línea y 286 CV de potencia, que en la última evolución de esta generación llegaron a ser 321 CV.

Ocho años más tarde, ya en el 2000, nacía la tercera generación (E46) del M3. La fama le precedía y se convirtió en un éxito con sus 85.000 unidades vendidas. BMW mantuvo el motor de seis cilindros en línea como seña de identidad, pero la potencia subió hasta los 343 CV. De esta época los buenos aficionados recordarán el espectacular CSL (Coupé, Sport y Ligero), de corta serie, muy ligero y rápido gracias al empleo de materiales como el carbono. El motor se potenció hasta los 360 CV. Banco de pruebas de enorme valor, el M3 CSL estrenó el sistema M Track Mode, que permitía el deslizamiento de la zaga de forma controlada.

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BMW reunió recientemente en el madrileño Circuito del Jarama todas las generaciones del M3

En 2007 llega el V8

La cuarta generación (2007-2013) llegó con una sorpresa mayúscula, un motor V8 en lugar del seis cilindros que habían montado sus antecesores. Con una cilindrada de 4.0 litros, entregaba 420 CV y podía acelerar de 0 a 100 km/h en 4,8 segundos. La velocidad máxima seguía limitada electrónicamente a 250 km/h. El E90, código de esta cuarta generación, estrenaba la avanzada caja de cambios de doble embrague DKG de siete velocidades. Es otro salto tecnológico digno de mención. Estéticamente, el M3 Coupé compartía muy pocos elementos de su carrocería con el Serie 3 Coupé normal de la época.

El E90 destacaba por un paragolpes delantero con entradas de aire tan grandes que impedían la colocación de faros antiniebla. En el volante, la tecla M Drive permitía memorizar los ajustes de comportamiento a gusto del conductor. Esta generación también tuvo una versión de cuatro puertas y también un M3 Cabrio. La quinta generación, los M3 y M4 actuales, llegó en diciembre de 2013. Se presentan por primera vez simultáneamente las dos carrocerías (cupé y berlina) con un caprichoso cambio de de­nominación de los que cuesta asimilar, sobre todo por parte de los seguidores históricos de la estirpe M3. De este modo, el M3 es la berlina y el M4 el cupé.

El nuevo F80 (su código), tanto M3 como M4, vuelve al motor de seis cilindros en línea buscando el menor peso y la reducción de consumo y emisiones. Es la inevitable tendencia llamada downsizing ya empleada por todos los fabricantes. Un nuevo motor con la tecnología TwinPower Turbo (doble turbo) capaz de generar 431 CV a 7.300 rpm. Equipado con el sofisticado cambio M DKG es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en solo 4,1 segundos. En esta quinta generación BMW introduce asimismo la suspensión adaptativa M que, al igual que la dirección, permite elegir entre tres ajustes: Comfort, Sport y Sport+. También en dimensiones el M3 ha ido evolucionando con el paso de las generaciones. De los 4,34 metros iniciales del E30 de 1985 se ha llegado a los 4,67 de longitud del modelo actual. Igualmente, se ha pasado de los 1,68 metros de ancho en 1985 a los 1,87 del M3/M4 de quinta generación. Y que siga por muchos años.

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