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El Sobirà recupera el sueño de acercarse al esquí de Baqueira

Urbanismo bendice la construcción de nuevos remontes en La Peülla, área de la Bonaigua

El Pallars Sobirà ha recuperado el sueño de acercarse al negocio del esquí de Baqueira, que tiene a la vuelta de la esquina pero del que apenas saca provecho. Una anhelada pretensión que cayó en saco roto cuando se rechazó por su impacto el proyecto de construcción de remontes en el núcleo de Sorpe (en la zona baja del valle), lo que habría permitido a los habitantes del Sobirà acceder a la estación aranesa sin necesidad de circular por la carretera del puerto de la Bonaigua, con cortes frecuentes de tráfico por riesgo de aludes.

El carpetazo a ese proyecto truncó los sueños de los empresarios turísticos del Pallars, que tuvieron que conformarse con la construcción de un telesilla y un par de remontes en la zona conocida como La Peülla. Una obra ejecutada hace una quincena de años en mitad del ascenso de la carretera de la Bonaigua. “Mejor eso que nada”, recuerda ahora el alcalde de Esterri, Ramon Villuendas. El esquí de Baqueira nunca había estado, antes de esa obra, tan cerca de las poblaciones del norte del Sobirà, con una oferta de unas dos mil camas. Pero muy pronto los sueños de los habitantes de esa comarca volvieron a truncarse tras demostrarse que la infraestructura de La Peülla (con un único telesilla de acceso a las pistas, un parking insuficiente y un discreto negocio de restauración) era insuficiente para atraer a esquiadores por la parte del Pallars Sobirà.

“Han sido unos años difíciles para el Sobirà, donde el desánimo de muchos empresarios turísticos ha provocado incluso el cierre de negocios”, revela Villuendas. “Asegurar a un cliente en el momento de la reserva que podrá acceder a Baqueira por La Peülla siempre ha sido muy arriesgado. Y así es muy díficil trabajar”, lamenta Carlos Cortina, dueño del hotel La Morera de València d’Àneu y presidente del Consorci de Turisme de les Valls d’Àneu. Los frecuentes cortes durante la temporada de esquí de la carretera de la Bonaigua por riesgo de aludes o el cierre del único telesilla de La Peü­lla los días de viento hacen muy complicado, para el empresario hotelero, asegurar a su cliente con semanas de antelación que el día que duerma en el Pallars va a poder acceder con toda seguridad a la estación de Baqueira.

Los cambios. La Peülla será una pequeña estación, y además se intervendrá en la carretera de la Bonaigua, donde hay riesgo de aludes

Pero ahora todo ha cambiado. Los ánimos de los habitantes del Sobirà han recibido una inyección de optimismo después de que la Comisión Territorial de Urbanismo del Alt Àneu haya emitido un informe favorable (algo que hacía muchos años no se producía en el mundo del esquí) para reconvertir La Peülla en una pequeña estación. Finalizada la obra tendrá siete remontes, tres nuevas áreas de aparcamiento en la C-28, una zona reservada para debutantes y puestos renovados de restauración. Esta modificación (“hablar de ampliación sería un error, pues todas esas infraestructuras se ubican en una zona que ya es esquiable”, recalca Josep Palobart, ganadero y dueño de una carnicería en Esterri) cuenta ya con la bendición de la Generalitat y el Ayuntamiento. Tras la luz verde a la modificación del plan especial para intervenir en esa zona de la Bonaigua, sólo faltará la evaluación medioambiental del proyecto.

Si la propuesta pasa todos los escollos, la estación de Baqueira se ha comprometido a invertir en esas montañas enclavadas en el Pallars Sobirà casi 23 millones de euros. Es una propuesta, se asegura desde la Conselleria de Territori, que incorpora, además del estudio de impacto medioambiental, análisis de movilidad e integración paisajística. La inversión se ejecutará en tres fases, y se ha fijado una duración de seis años para cada etapa.

“Si la obra se ejecuta tal y como está previsto, las cosas podrían cambiar mucho en toda esta área del Pallars Sobirà”, auguran el alcalde de Esterri y Carlos Cortina. Al proyecto impulsado por la estación aranesa hay que sumar el compromiso del Govern, añade Ramon Villuendas, “de intervenir en el único punto de la carretera de la Bonaigua con riesgo de aludes, ubicado más abajo, en dirección a Esterri, del acceso de La Peülla”. Para Ricard Valls, dueño del hotel Els Abets, que se levanta junto a la misma carretera de la Bonaigua, “este paso tiene que ir ahora acompañado por una apuesta decidida para promocionar el Sobirà como un auténtico destino de esquí”. Valls lamenta que en los últimos años esa publicidad ha brillado por su ausencia. Afirmación compartida por el alcalde de Esterri, que, sin embargo, matiza: “Nunca ha sido fácil vender este producto de nieve con tanta inseguridad en lo que afecta a accesos y las pobres infraestructuras”.

Con los nuevos remontes el acceso al área de la Bonaigua y desde ahí a la zona de Baqueira (que ampliaría su área esquiable hasta los 200 kilómetros) será mucho más rápido para los aficionados que accedan desde La Peülla. Y además esa pequeña estación, con alma de ser autónoma, “tendrá ahora área para debutantes”, recalca Josep Palobart. Así que aquellos que se inicien en la práctica del esquí podrán acceder también a la nieve desde el Pallars, propuesta ahora imposible ya que en La Peülla no hay ningún remonte ni pista ­adecuada para los esquiadores ­noveles.

Lo más importante para estos habitantes del Pallars Sobirà es que la noticia de esta actuación en la zona de la Bonaigua (a sólo 15 minutos en coche desde Esterri) dará un nuevo impulso al comercio, la restauración y la infraestructura hotelera de las poblaciones de la zona. “Lo que no parece lógico es que este mes de febrero, por ejemplo, la ocupación de los hoteles de Val d’Aran rondara el 95%, mientras en el Pallars, con el esquí tan cerca, no llegábamos ni al 10%”, concluye Ricard Valls.