Tener una empresa de diseño gráfico en 2025 es vivir en constante evolución. La irrupción de la inteligencia artificial ha sacudido el sector: abre puertas, pero también plantea dudas. Aporta velocidad, herramientas y posibilidades creativas que hace unos años eran impensables. Pero al mismo tiempo, nos hace cuestionar qué es la autoría, cuál es el valor de la mirada humana y qué lugar ocupa el oficio cuando un algoritmo puede generar soluciones en segundos.
Como diseñadoras, nos toca redefinir nuestro papel. Aprender a convivir con estas herramientas sin perder el criterio, el sentido estético ni la conexión con las personas. Porque detrás de cada identidad visual, cada catálogo, cada packaging… sigue habiendo una historia que escuchar y una emoción que transmitir. Y eso, de momento, sigue siendo cosa nuestra.
Laura Sanmiquel, fundadora de Laura Sanmiquel
Participa
¿Quieres enviarnos tu carta?
Descubre más aquí.