La historia de la empresa catalana SUMCAB y cómo está transformando la industria de los cables

La industria de los cables industriales y los sistemas mecatrónicos para robots ha experimentado una profunda transformación en las últimas décadas, impulsada por la creciente demanda de soluciones personalizadas y de altas prestaciones. Así lo asegura SUMCAB, una empresa catalana que se ha convertido en un referente indiscutible en el sector gracias a su apuesta por la innovación constante y su capacidad para ofrecer productos a medida para los sectores más exigentes. Con una trayectoria de más de 25 años, la empresa ha sabido evolucionar y adaptarse a los desafíos de un mercado en constante evolución tecnológica.

Fundada en 1998 por Roger Ceruelo, SUMCAB nació con el objetivo de satisfacer la creciente demanda de cables industriales en el mercado. Desde sus inicios, la visión de la empresa ha sido clara: ofrecer soluciones que no solo respondan a las necesidades del producto, sino que también incorporen un profundo conocimiento técnico, un servicio ágil y eficiente, y una atención cercana y comprometida con el cliente.

La expansión de SUMCAB, de una empresa local a una compañía global presente en más de 50 países, ha sido el resultado de una estrategia enfocada en la diversificación y en la amplia oferta de soluciones personalizadas. Estas soluciones “tailor-made” se adaptan a las necesidades específicas de cada cliente, convirtiéndose en un factor clave de su éxito. Además, la inversión en áreas estratégicas como la logística y los centros de producción ha sido fundamental para consolidar este crecimiento. Ejemplos de ello son su centro especializado en sistemas energéticos para robots industriales, inaugurado en Alemania en 2008, y el nuevo centro logístico de 8.000 m² en Pinto, Madrid.

Sin duda, parte del éxito de SUMCAB radica en su capacidad para desarrollar productos innovadores y patentados. Un ejemplo destacado es el sistema Sumotex, desarrollado en colaboración con la multinacional Daimler Alemania (Mercedes). Este sistema garantiza el suministro de energía en robots industriales, reduciendo la fatiga y el desgaste de los cables en un 90%. “Sumotex utiliza un tubo especial con diferentes cámaras de aire que envuelven y protegen los cables, como si 'flotaran' alrededor del robot”, explica Manu Romero, CEO de SUMCAB.

Otro ejemplo destacado de innovación tuvo lugar a principios de este año, cuando afrontaron el desafío de desarrollar un cable especializado para una empresa canadiense que fabrica drones cautivos. Estos drones, utilizados en seguridad pública y vigilancia industrial, dependen de cables que los mantienen en vuelo prolongado sin baterías y aseguran la transmisión continua de vídeo y datos. Para conseguirlo, diseñaron un cable de 4 mm de diámetro que integra conductores de alimentación, vídeo y comunicación, capaz de operar a 300 metros de altitud, resistir 500 kg de tracción y tolerar torsiones extremas de 400°.

La innovación es un pilar fundamental en la estrategia de SUMCAB. La empresa cuenta con 3 centros de I+D y laboratorios propios en los que se realizan ensayos exigentes, como pruebas de resistencia al fuego, ensayos eléctricos y pruebas mecánicas que simulan millones de ciclos de flexión y torsión. “Nos movemos en un mercado muy exigente donde un alto nivel de calidad es innegociable”, afirma el CEO de Sumcab.

Pero más allá de la tecnología, el verdadero motor de la empresa son las personas. Con un equipo de más de 200 profesionales altamente cualificados, la empresa apuesta por el desarrollo del talento y el liderazgo empático. “Fomentamos el trabajo en equipo, empoderamos a nuestros empleados y creamos un entorno donde las personas con talento desean quedarse y desarrollarse”, destaca el CEO.

Mirando hacia el futuro, SUMCAB tiene un sueño: ser un referente mundial en la fabricación de cables industriales, manteniendo siempre la cercanía y humanidad que les define como empresa familiar. Su propósito es lograr este objetivo mientras priorizan la sostenibilidad y la evolución constante. “Necesitamos evolucionar continuamente, buscar nuevas maneras de realizar nuestra misión y visión, pero siempre manteniendo nuestra identidad disruptiva y nuestro espíritu inconformista”, concluye Manu Romero.