En un pequeño pueblo del corazón de Catalunya, Navàs, una empresa familiar está haciendo algo grande. SantaPaciencia ha logrado lo que pocos: convertir un producto tradicional en un auténtico superalimento. Su caldo de huesos ecológico no solo destaca por su sabor y calidad, sino porque es el que más colágeno contiene en el mercado. Sí, más que cualquier caldo de Estados Unidos, Reino Unido o Alemania. Y no, no es magia (aunque casi), es pura artesanía, ingredientes de primer nivel y un proceso meticuloso que no deja nada al azar.
Intentamos hacer el mejor caldo del mundo”
La historia de SantaPaciencia comienza con Mercè Parcerisa, su fundadora. Criada entre los fogones de una carnicería familiar, su trayectoria pasó por hoteles de lujo y la cocina vegetariana, hasta que la vida la llevó a profundizar en el mundo de la alimentación saludable. Su búsqueda no solo la hizo cambiar su manera de comer, sino también la de muchos otros. “Nuestro principal motivo es ayudar a las personas. Intentamos hacer el mejor caldo del mundo”, afirma con orgullo.

La historia de SantaPaciencia comienza con Mercè Parcerisa, su fundadora
El caldo siempre se envía recién hecho
Y si hay algo que distingue a este caldo es su meticulosa elaboración. Aquí no hay atajos ni ingredientes dudosos. Según explica, hay cinco elementos clave: huesos de animales ecológicos y criados en pastura, agua purificada con un innovador sistema de filtrado que la remineraliza, sal marina sin refinar de la mejor calidad, 30 horas de cocción lenta… y amor, mucho amor. Porque si algo tiene claro SantaPaciencia es que la energía con la que se cocina también importa. Además, hay otro detalle que lo hace único: siempre se envía recién hecho, como si lo hubieran preparado en casa para compartirlo con la familia. No es un caldo que pase días envasado antes de llegar al cliente, sino que se recibe tal cual, recién salido de la olla, conservando toda su frescura y esencia casera.
Pero la cosa no se queda ahí. En su obrador, el proceso de producción incorpora un elemento especial: la geometría sagrada. Cada envase de su caldo lleva en la base el símbolo de la flor de la vida, una representación ancestral que armoniza los alimentos y el espacio en el que se preparan. “A lo mejor suena un poco hippie, pero creemos en el poder de las pequeñas cosas”, explica. Y parece que funciona, porque su caldo no solo conquista a quienes buscan mejorar su alimentación, sino también a aquellos que lo necesitan de verdad.

Los beneficios de este caldo son incontables
Los beneficios de este caldo son incontables. Su altísimo contenido en colágeno (6,2 gramos por cada 100 gramos de producto), en proteína (6,94 gramos por cada 100 gramos de producto) y su gran cantidad de minerales y aminoácidos lo convierten en un aliado para la salud digestiva, la piel, las articulaciones y la regeneración celular. No es casualidad que muchas personas en tratamiento médico, especialmente pacientes oncológicos, lo consuman para mejorar la salud de su mucosa intestinal, dañada por los tratamientos. Y lo mismo ocurre con aquellos en cuidados paliativos: al ser un alimento predigerido, el cuerpo lo asimila sin esfuerzo, proporcionando nutrición y bienestar con cada sorbo.
Pero no solo las personas enfermas han encontrado en este caldo un recurso valioso. También los deportistas de élite lo han incorporado a su rutina. Jugadores de fútbol de Primera División, tenistas y maratonianos recurren a él para prevenir lesiones y acelerar la recuperación muscular. Su capacidad para fortalecer los ligamentos y reparar tejidos ha hecho que sea un secreto bien guardado en el mundo del deporte profesional.

Un aliado para la salud digestiva, la piel, las articulaciones y la regeneración celular
Y como en SantaPaciencia no dejan nada sin aprovechar, de su búsqueda por el mejor caldo surgió otro producto revolucionario: una crema para la piel tan pura que te la podrías comer. Literalmente. Elaborada con grasa de ternera y aceite de moringa, esta crema ultra hidratante sigue el principio de que no deberíamos ponernos en la piel nada que no nos atreveríamos a ingerir. Inspirada en la receta casera de su abuela, que usaba grasa de ternera para proteger sus manos del frío, Mercè Parcerisa ha recuperado esta tradición con un toque moderno y saludable.
SantaPaciencia no es solo una marca, es una manera de entender la alimentación y el bienestar. Su crecimiento ha sido completamente orgánico, basado en la confianza de quienes prueban sus productos y en la calidad incuestionable de lo que ofrecen. Sin grandes campañas de marketing, han llegado a herbolarios, tiendas ecológicas y plataformas online, e incluso han empezado a conquistar mercados internacionales como Francia y Portugal. Y si todo va según lo previsto, pronto estarán también en Alemania y Estados Unidos.
Ingredientes de calidad, sin prisas y mucho amor
Con planes de expansión y un libro sobre el caldo de huesos en camino, el futuro de SantaPaciencia es tan prometedor como su presente. Pero pase lo que pase, hay algo que Mercè Parcerisa tiene claro: seguirán haciendo su caldo como hasta ahora. Con ingredientes de calidad, sin prisas y con el mismo cariño con el que una abuela cocina para su familia. Porque, al final, eso es lo que marca la diferencia.