De la Guerra Civil a la inteligencia artificial, la historia del resiliente despacho de abogados familiar Tarinas Law & Economy

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Nacido en el comedor de casa en 1937, este bufete de Calella ha sabido crecer con cabeza y corazón: cuatro generaciones, nueve delegaciones y una forma de trabajar tan tecnológica como humana

Cuatra generación de la familia Tarinas al mando de Tarinas Law & Economy

Cuarta generación de la familia Tarinas al mando de Tarinas Law & Economy

En algunos despachos se firman contratos. En otros, como Tarinas Law & Economy, también se heredan valores. Este bufete familiar con sede central en Calella y oficinas en toda Catalunya y Andorra no es solo una empresa de servicios jurídicos, es una historia de continuidad, compromiso y adaptación que atraviesa cuatro generaciones.

El relato comienza en plena Guerra Civil, cuando Santiago Tarinas Josep—de quien el despacho toma el apellido— empezó a ofrecer seguros desde casa. Su hijo Santiago Tarinas Visa amplió el negocio en los años 70 hacia la asesoría fiscal y laboral, pero fue con la entrada de Santiago Tarinas Salichs cuando el despacho dio el salto decisivo: crecimiento territorial, nuevos servicios y, sobre todo, una visión de futuro. Hoy, tras su fallecimiento, el despacho vive una nueva etapa liderada por su familia, decidida a cuidar y hacer crecer el legado que él construyó. 

Santiago Tarinas Salichs fue el responsable del crecimiento territorial, nuevos servicios y, sobre todo, una visión de futuro de Tarinas

Santiago Tarinas Salichs fue el responsable del crecimiento territorial, nuevos servicios y, sobre todo, una visión de futuro de Tarinas Law & Economy

Tarinas Law & Economy es, en esencia, un bufete transversal. Las distintas ramas —legal, fiscal y contable, laboral, real estate, seguros, gestoría y procuraduría— no funcionan como departamentos aislados, sino como partes de un mismo sistema. “Aquí todo se retroalimenta”, explican. Detectan necesidades desde un área y se activan respuestas desde otra. Así pueden ofrecer un servicio ágil, integral y especializado a empresas, particulares y, en algunos casos, administraciones públicas.

Esa transversalidad se refleja también en la forma en que viven el trabajo. La implicación familiar no se queda en el apellido: comen juntos, se forman juntos, y comparten oficina y proyecto con naturalidad. “Es una manera de hacer. Aquí el buen ambiente no se fuerza, se da”, dicen. Y eso se nota, aseguran, tanto en el ambiente como en la respuesta de los clientes.

Foto familiar de las primeras generaciones al mando de Tarinas

Foto familiar de las primeras generaciones al mando de Tarinas Law & Economy

A lo largo de los años, han intervenido en casos tan variados como delicados: desde el hundimiento del túnel del Carmel hasta los litigios por preferentes bancarias, siempre con la máxima de hacer fácil lo difícil. También han sido pioneros en digitalización —desarrollando plataformas propias para clientes y uso interno—, y recientemente han incorporado la inteligencia artificial para optimizar tareas sin perder el trato personalizado. La tecnología, dicen, “no sustituye, sino que mejora nuestro trabajo”.

Los actuales socios de Tarinas

Los actuales socios de Tarinas Law & Economy

Lejos del despacho rígido, en Tarinas Law & Economy hay una filosofía práctica y un orden férreo que conviven con flexibilidad. Lo importante no es solo que el trabajo salga, sino cómo se vive mientras tanto. Y eso se nota, aseguran, tanto en el ambiente como en la respuesta de los clientes.

Reinvertir y crecer con sentido

El futuro pasa por reforzar tres pilares: la rama inmobiliaria, la consultoría estratégica y el bufete de abogados, sin dejar de invertir —como han hecho siempre— en herramientas digitales, nuevos perfiles profesionales y formación especializada. Los beneficios no se reparten: se reinvierten. La empresa crece, sí, pero no a cualquier precio: crece con sentido.

Y todo ello sin perder de vista lo más importante: que la empresa es, ante todo, personas. “Nuestro reto es seguir adelante sin Santi —el alma del despacho—, pero con sus ideas, su forma de ver el mundo y su manera sencilla de resolver los problemas como brújula”, dice Núria Viladrich. Porque si algo tienen claro los Tarinas es que los valores no se heredan por ADN: se practican. Día a día. Cliente a cliente. Y generación tras generación.

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