Historias de éxito

Espiroflex, la empresa que apostó por tuberías flexibles cuando nadie lo hacía y ahora exporta a 50 países

Espiroflex

Una historia familiar de innovación, materiales a medida y sentido común industrial

Espiroflex, 30 años dando forma al futuro de las tuberías flexibles

Espiroflex, 30 años dando forma al futuro de las tuberías flexibles

Corría el año 1995 cuando Bruno Sanchez decidió dejar su puesto como CEO de la filial española de una empresa alemana que fabricaba tubos muy simples para fundar, desde cero, una fábrica especializada en algo que por entonces sonaba casi excéntrico: sustituir las tuberías rígidas por tuberías flexibles. Mientras todo el mercado apostaba por lo rígido, él intuía que el futuro estaba en todo lo contrario. Y no se equivocó. Hoy, tres décadas más tarde, Espiroflex celebra su 30 aniversario habiendo pasado de una nave pequeña a una empresa presente en más de 50 países y los cinco continentes, con más de cinco millones de metros de mangueras en stock y plantas operativas en España, Francia y República Checa.

El impulso inicial surgió de la idea de reemplazar las tuberías rígidas que obligaban a cortar, pegar, poner codos y perder horas de instalación, por rollos flexibles de 50 metros que se adaptan al terreno, se colocan más rápido y resisten mejor el paso del tiempo. El primer gran invento de la casa, el Hidrotubo, no tardó en convertirse en el estándar de referencia para instalaciones de piscinas y sistemas de desagüe en construcción. Tanto, que el nombre comercial se ha vuelto casi genérico. “Tenemos litigios porque la gente utiliza la marca Hidrotubo pensando que es el nombre del tubo”, explica Mario Sánchez, director de exportación y marketing.

Una historia familiar de innovación, materiales a medida y sentido común industrial
Una historia familiar de innovación, materiales a medida y sentido común industrial

Desde entonces, la empresa ha seguido explorando necesidades reales del mercado con una mezcla de prudencia empresarial y gusto por lo técnico. Lejos de lanzarse a una carrera de crecimiento sin medida, Espiroflex ha preferido avanzar paso a paso, reinvirtiendo beneficios, abriendo filiales en Francia, Alemania o República Checa cuando tocaba, y sobre todo, manteniendo el control total de lo que hace.

Integración de todo el proceso de productivo

Y ahí está quizá su mayor acierto: haber integrado verticalmente todo el proceso productivo. Espiroflex es el único fabricante que produce el 100 % de su propia materia prima (granulado). No se trata solo de fabricar tubos, sino también de diseñar y producir el material con el que se hacen. Mientras otros compran granulados de PVC a terceros, Espiroflex adapta sus compuestos a lo que cada cliente necesita: más resistencia al cloro, mayor flexibilidad, sin ftalatos, con grado alimentario… “Esto nos permite diseñar materiales a medida y controlar la calidad desde el primer gramo hasta el último metro de manguera”, explican desde la dirección.

Esta independencia les permitió, por ejemplo, seguir operando durante la pandemia sin depender de proveedores bloqueados. Mientras muchas fábricas paraban por falta de materia prima, Espiroflex mantuvo su actividad, fabricó tubos para respiradores en colaboración con SEAT, y fue declarada empresa de primera necesidad. “Incluso nuestros competidores nos pedían que les fabricásemos, porque ellos estaban cerrados”, recuerda. La producción tampoco se detiene: la planta funciona 24/7 y es capaz de producir más de 40 millones de metros al año, gracias a sus 45 líneas de producción y 13 tecnologías de fabricación diferentes. Esta capacidad se traduce en un plazo de entrega medio de solo 10 días, incluso en picos de demanda. Además, más de cinco millones de metros de manguera en stock aseguran disponibilidad inmediata para los pedidos más urgentes.

No se trata solo de fabricar tubos, sino también de producir el material con el que se hacen.
No se trata solo de fabricar tubos, sino también de producir el material con el que se hacen.

También han sabido moverse en otros sectores. Uno de los avances más recientes ha sido el desarrollo de tuberías híbridas de PVC y caucho, una mezcla que antes se daba por imposible. Esta innovación ha resultado especialmente útil en el sector agrícola, donde se necesitan mangueras resistentes a mezclas abrasivas de aceites, agua y residuos. “Hemos conseguido una solución técnica que no existía, y a un precio razonable”, señalan.

En paralelo, la compañía ha ido adoptando prácticas sostenibles. Y aunque no hacen alarde de ello, lo cierto es que llevan años reutilizando internamente sus residuos plásticos en lugar de comprar reciclados de baja calidad. “El reciclaje externo muchas veces reduce la calidad del producto. Lo nuestro es reutilización controlada”, explican. Además, han instalado 27.000 metros cuadrados de placas solares, lo que les permite cubrir en torno al 15 % de su consumo energético de forma autosuficiente.

Espiroflex tiene una facturación superior a los 60 millones de euros y una de las plantas más rápidas y eficientes del continente
Espiroflex tiene una facturación superior a los 60 millones de euros y una de las plantas más rápidas y eficientes del continente

A diferencia de otras empresas que en épocas complicadas cambian de estrategia y van directamente al cliente final, Espiroflex ha optado por mantener su red de distribuidores. No es una cuestión de nostalgia, sino de lógica: ellos conocen el mercado local y la relación funciona. “Nosotros tenemos el conocimiento del producto, y ellos del mercado”, resumen.

Hoy, con más de 200 trabajadores repartidos entre sus centros en Europa, una facturación que supera los 60 millones de euros y una de las plantas más eficientes del continente, Espiroflex mantiene su esencia.

Más información

Web: http://www.espiroflex.com/
​Teléfono: 935 602 400

Etiquetas