Dejaron sus trabajos como ingenieros de telecomunicaciones para convertir su pasión por los viajes en una profesión a tiempo completo

Cómete el mundo

De viajes en pareja a aventuras en familia: descubre cómo esta pareja de ingenieros transforma su pasión por viajar en una profesión, ofreciendo experiencias auténticas, prácticas y hechas a medida para explorar el mundo (también con niños)

Aitor Andreu y Henar Sánchez, la pareja detrás de Cómete el Mundo

Aitor Andreu y Henar Sánchez, la pareja detrás de Cómete el Mundo

¿Es posible convertir una pasión en una profesión? La respuesta es sí, y Aitor Andreu y Henar Sánchez, la pareja detrás de Cómete el Mundo, es la prueba viviente de ello. Estos dos ingenieros de telecomunicaciones no solo lograron transformar su amor por los viajes en un proyecto profesional, sino que han creado una comunidad fiel en torno a un estilo de viaje práctico, auténtico y familiar. Su propuesta: que viajar (también con niños) sea algo accesible, disfrutable y con sentido.

La historia comenzó como empiezan muchas grandes ideas: por casualidad, con ganas y sin plan de negocio. Durante las vacaciones de la universidad, empezaron a viajar juntos –nunca lo habían hecho más allá del típico “ir al pueblo”– y se enamoraron de la experiencia. Lo que ganaban como becarios se lo gastaban sin dudarlo en explorar nuevos destinos. Primero Londres, luego lo que viniera.

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Lo que ganaban como becarios se lo gastaban sin dudarlo en explorar nuevos destinos.

Ya trabajando como ingenieros, seguían viajando cada vez que podían. Uno escribía sus experiencias en un cuaderno, el otro le creó una web para publicarlas. Así nació el blog, como un hobby para compartir sus rutas con amigos y familia. Sin buscarlo, fueron sumando lectores, y con ellos, una comunidad que pedía más: más consejos, más itinerarios, más ayuda personalizada.

Y entonces llegó el gran punto de inflexión: la maternidad y la pandemia. Un combo que les hizo replantearse la vida de oficina. Ella dejó su trabajo primero; él poco después, tras dejar un puesto como jefe de Europa en una empresa de software. Querían algo diferente: más tiempo en familia, más conexión con su pasión, y menos horas delante de una pantalla de Excel.

Aitor Andreu y Henar Sánchez, la pareja detrás de Cómete el Mundo

Y entonces llegó el gran punto de inflexión: la maternidad y la pandemia. Un combo que les hizo replantearse la vida de oficina

Desde entonces, Cómete el Mundo ha crecido mucho más allá del blog. Empezaron ofreciendo viajes personalizados uno a uno, pero pronto se dieron cuenta de que su tiempo era limitado. Así que crearon los “viajes llave en mano”: rutas ya diseñadas, prácticas y listas para usar, que incluyen desde el itinerario hasta recomendaciones y un sistema de planificación para que todo cuadre. Un producto digital que ahorra el 95% del tiempo de preparación, y que les permite llegar a mucha más gente por un precio más accesible.

Su propuesta se basa en tres pilares: viajes prácticos, auténticos y adaptables. No es solo qué ver, sino cómo verlo: combinan los imprescindibles con rincones menos conocidos, con ese punto local que hace que la experiencia sea más memorable. Por ejemplo, en sus guías de Londres o Roma, además de los clásicos turísticos, recomiendan sitios poco frecuentados y restaurantes donde realmente se come bien. “Queremos que la gente disfrute de los destinos como lo haría un local”, explican.

¿Y qué pasa con los niños? Pues que viajan con ellos, casi siempre

¿Y qué pasa con los niños? Pues que viajan con ellos, casi siempre

¿Y qué pasa con los niños? Pues que viajan con ellos, casi siempre. Para esta familia, los hijos no son un obstáculo para viajar, sino una oportunidad de descubrir el mundo juntos. “Si te gusta viajar, haz que viajar sea algo natural para tus hijos desde pequeños”, dicen. Por eso adaptan los planes para que todos disfruten: desde talleres de máscaras en Venecia hasta safaris organizados con agencias locales. 

Una comunidad que crece

La autenticidad también se nota en el trato con su comunidad. A diferencia de otros blogs impersonales, ellos responden personalmente los mensajes, están atentos al feedback y cuidan mucho su marca personal. “La gente quiere que seamos nosotros quienes les expliquemos el viaje”, aseguran. Mientras la inteligencia artificial genera contenidos en segundos, ellos creen que el toque humano es lo que marcará la diferencia: saber quién hay detrás del contenido, y confiar en su experiencia real.

Por eso su apuesta de futuro es seguir fortaleciendo su marca, explorar nuevas plataformas como YouTube y mantener el contacto directo con su comunidad. “Las webs sin rostro pueden ser reemplazadas por una IA. Pero una comunidad que confía en ti, que sabe que has estado ahí y que le contestas... eso no lo reemplaza un algoritmo”.

Hoy, Cómete el Mundo no solo es una web de viajes: es una forma de entenderlo

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Islandia, Roma, Londres, Suiza… son algunos de sus destinos más demandados. Pero también recomiendan explorar lugares desde otra perspectiva. México más allá de los resorts, Egipto en una embarcación pequeña en lugar de un crucero masivo, o Tanzania con agencias locales que te acerquen a la cultura real. Porque, como ellos dicen, a veces no es el destino lo que cambia, sino cómo lo vives.

Hoy, Cómete el Mundo no solo es una web de viajes: es una forma de entenderlos. Es una invitación a disfrutar sin estrés, a viajar en familia, a descubrir lo auténtico y a hacerlo de manera sencilla, clara y práctica. Porque no se trata solo de llegar a un sitio, sino de saber cómo vivirlo.

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