El espacio de moda en Sabadell donde puedes relajarte pintando cerámica, crear recuerdos y llevarte piezas únicas a casa

Pinta-tú

Pinta-tú, un espacio creativo donde pintar tazas, platos y otras piezas de cerámica, ideal para cumpleaños, despedidas de soltera originales o simplemente para desconectar en Sabadell

Paola Marcillo, fundadora de Pinta-tú

Paola Marcillo, fundadora de Pinta-tú

En pleno centro de Sabadell, Pinta-tú se ha convertido desde febrero de 2023 en un refugio para quienes buscan un plan diferente: pasar un par de horas pintando cerámica, dejando atrás el estrés y sacando a relucir una faceta creativa que, a menudo, ni sabían que tenían. No hace falta saber dibujar ni haber tocado un pincel desde el colegio; basta con las ganas de probar algo nuevo y, si surge, compartir la experiencia con amigas, familia o incluso desconocidos que acaban conversando mientras pintan.

La idea nació de una madre de tres hijos que, viendo cómo su hija menor —entonces de 12 años— buscaba actividades que la entretuvieran sin caer en los planes típicos de su edad, decidió rescatar una afición que ella misma había disfrutado de adolescente: la cerámica. Después de un tiempo viviendo fuera, donde sus hijos descubrieron una forma diferente y más libre de aprender, al volver a Sabadell echó en falta un espacio así. Y como suele pasar con las buenas ideas, en lugar de esperar a que apareciera, decidió crearlo. Así surgió Pinta-tú, pensado no solo para su hija, sino para toda una comunidad que, como ella, ansiaba un espacio creativo y accesible en Sabadell. “En tiempos donde lo digital invade todo, recuperar lo manual y tangible se ha vuelto casi una necesidad emocional”, asegura la fundadora, Paola Marcillo.

El taller abre sus puertas para sesiones de dos horas

El taller abre sus puertas para sesiones de dos horas

Cada día, el taller abre sus puertas para sesiones de dos horas en las que cualquiera puede elegir su pieza de cerámica —una taza, un plato, una figura decorativa— y darle su propio estilo. Allí, el equipo explica técnicas sencillas que van desde dibujar con lápiz o usar plantillas, hasta crear efectos con cintas, burbujas o marmoleados. Nadie se va con las manos vacías: aunque las piezas se quedan para ser esmaltadas y horneadas, en una semana aproximadamente los participantes pueden recoger su obra terminada, lista para estrenar o regalar.

Pero Pinta-tú va más allá de las sesiones diarias. Su espacio, amplio y luminoso, se ha convertido en escenario para todo tipo de planes: despedidas de soltera que huyen de lo convencional (donde pueden coincidir madres, abuelas e hijas pintando juntas), cumpleaños creativos para quienes ya han dejado atrás los parques infantiles y hasta reuniones familiares. Además, han colaborado con casales de verano, colegios de la zona y eventos corporativos, como el que tienen previsto este diciembre con una gran empresa del sector salud, que reunirá a un centenar de personas para una jornada de desconexión y creatividad.

Los clientes pueden elegir la pieza de cerámica que quieran pintar

Los clientes pueden elegir la pieza de cerámica que quieran pintar

La clientela habitual suele ser joven —especialmente mujeres entre 18 y 30 años—, pero el ambiente es tan flexible que cualquier edad encaja. Incluso hay colaboraciones puntuales con colegios de la zona, talleres de velas combinados con cerámica una vez al mes, y una cita fija muy popular: las “noches de chicas” del último viernes de cada mes, donde además de pinceles hay copa de vino incluida.

¿Y qué hace que Pinta-tú destaque entre otros talleres de cerámica que han surgido en la zona? Su ubicación céntrica y de fácil acceso en Sabadell, un local espacioso donde nadie se siente apretado y, sobre todo, la cercanía de su fundadora y su equipo. “Quizás porque vengo de una cultura muy cálida, me sale de forma natural estar pendiente de los demás. Me gusta que la gente se sienta como en casa”, explica.

Pinta-tú es un lugar de encuentro

Pinta-tú es un lugar de encuentro

Para la fundadora, más que un negocio, Pinta-tú es un lugar de encuentro. Ha visto grupos de amigas que pintan mientras apoyan a una compañera que acaba de perder a su madre, despedidas de soltera que terminan en lágrimas de emoción y risas, e incluso personas que vienen solas, pero que poco a poco se convierten en habituales y en parte de la vida del taller. “A veces la gente solo necesita que la escuchen, y este espacio, entre pinceles y colores, se presta para eso”, confiesa.

De cara al futuro, sueña con ampliar el concepto: fusionar el taller con una cafetería para que los clientes puedan acompañar su creatividad con un café, y llevar la actividad a quienes no pueden acercarse, como residencias de ancianos o empresas que buscan planes diferentes para sus equipos. Mientras tanto, Pinta-tú sigue creciendo, pieza a pieza, pincelada a pincelada, como un rincón creativo que Sabadell no sabía que necesitaba.

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