De una infancia en Andalucía entre caballos y costuras nace esta marca artesanal que une la pasión ecuestre con la moda contemporánea

De la Rosa

Un viaje por las raíces andaluzas y la pasión por la equitación que han dado vida a De la Rosa, una marca de moda contemporánea única en su compromiso con la artesanía, la identidad cultural y la sostenibilidad

Un viaje por las raíces andaluzas y la pasión por la equitación que han dado vida a De la Rosa

Un viaje por las raíces andaluzas y la pasión por la equitación que han dado vida a De la Rosa

La diseñadora emergente española Mónica de la Rosa ha conseguido transformar su vínculo con el mundo ecuestre y sus raíces andaluzas en una marca de moda que combina tradición y modernidad. De la Rosa se ha propuesto recuperar la esencia de la artesanía española a través de prendas que reflejan elegancia atemporal, calidad y conciencia ética, sin renunciar a un estilo contemporáneo y urbano. Sus icónicos blazers artesanales para mujer, confeccionados a mano con lanas Merino y tejidos orgánicos, son una muestra del equilibrio entre sofisticación y sencillez.

Con apenas un año de recorrido, la marca empieza a consolidar su propuesta basada en la confección artesanal, la proximidad y la sostenibilidad. Cada pieza se confecciona en España, con especial atención al detalle y al origen de los materiales. “Quiero mantener la confección artesanal aquí en Barcelona y seguir comprando a proveedores españoles”, afirma la diseñadora, reafirmando su apuesta por un modelo que no busca volumen, sino exclusividad con sentido.

Mónica de la Rosa, fundadora de De la Rosa

Mónica de la Rosa, fundadora de De la Rosa

Yoye Photographer/Blend Agency.

El origen de De la Rosa está marcado por la historia personal de su creadora. Tras quince años de carrera en el sector financiero, una pérdida familiar la llevó a replantearse su vida. “Mi madre falleció hace cuatro años y eso me impulsó a dejar la banca para dedicarme a lo que siempre había soñado: el diseño y la moda”, relata con honestidad. Este cambio vital no solo marcó el inicio de una nueva etapa profesional, sino que también le dio un significado más profundo a su trabajo: crear desde lo emocional, desde la memoria, desde el origen.

Influencia ecuestre

Su relación con el mundo ecuestre viene desde muy joven. Mónica de la Rosa comenzó a montar a caballo a los cinco años. Esa conexión con el caballo, la disciplina del deporte y la estética del entorno rural andaluz han influido profundamente en su sensibilidad creativa. No se trata de una inspiración superficial, sino de una vivencia que ha marcado su forma de entender la belleza, el movimiento y la elegancia.

Además, su vínculo familiar con la moda también ha estado presente desde la infancia. Su madre tenía una máquina de coser y confeccionaba prendas en casa, algo que Mónica de la Rosa observaba con admiración. Aunque nunca estudió diseño en su juventud, esa relación temprana con los tejidos y las formas fue dejando una huella que años más tarde, ya como adulta, resurgió con fuerza. “Recuerdo ver a mi madre cosiendo. Me fascinaba ver cómo transformaba una tela en algo útil, en algo bello”, recuerda.

“Buscaba que todo fuera artesanal y local

Editorial de Out and Out Magazine

Instagram: @photographybyvaleria

Para dar forma a su visión, Mónica de la Rosa se formó en Dirección de Empresas de Moda y contabilidad de costes, y aunque lidera la parte creativa del proyecto, no está sola. Trabaja mano a mano con artesanos y patronistas que transforman sus bocetos y dibujos en prendas reales. “Yo hago mis bocetos, hago mis dibujos y les digo lo que quiero que hagan. El patronaje lo hacen ellos”, explica. Esa colaboración entre diseñadora y taller es uno de los pilares que sostienen la marca.

Encontrar los talleres adecuados fue otro de los grandes retos iniciales. “Buscaba que todo fuera artesanal y local. Empecé buscando en Google y de una cosa me llevó a otra. Al final encontré un taller en Manresa, un matrimonio que trabaja de manera artesana y lo hacen muy bien”, cuenta.

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Su inspiración nace del campo andaluz, pero sus prendas están pensadas para la mujer contemporánea

De la Rosa no solo vende moda: construye un relato que entrelaza territorio, memoria y cultura ecuestre. Su inspiración nace del campo andaluz, pero sus prendas están pensadas para la mujer contemporánea que valora tanto el diseño como el origen. En un momento en el que la sostenibilidad se ha convertido en una necesidad, la marca no utiliza este valor como reclamo comercial, sino como una práctica natural integrada desde el inicio.

Del Salón Internacional de Moda de Andalucía a la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid

Aunque la industria del lujo es cerrada y competitiva, la diseñadora no ha dejado de buscar espacios donde presentar su trabajo: desde su showroom en Barcelona hasta eventos como el Salón Internacional de la Moda de Andalucía (SIMA41), donde participa en pasarelas, o EGO, dentro de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, un espacio dedicado a diseñadores emergentes en el que expone sus creaciones. “Estoy picando piedra al principio”, reconoce, pero con la determinación de quien ha encontrado su propósito.

De cara al futuro, Mónica de la Rosa tiene claro que quiere ver crecer la marca sin sacrificar lo que la hace diferente: su dimensión humana y artesanal. “No voy a hacer grandes producciones nunca, porque quiero conservar las raíces y la exclusividad”, afirma. Con la vista puesta en el mercado asiático en los próximos años, De la Rosa quiere seguir ampliando su presencia sin perder de vista lo esencial: crear desde lo auténtico y respetar los tiempos y valores de la moda hecha con alma.

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