Imagina abrir un restaurante de sushi premium en París y servir piezas con la misma frescura, textura y aroma que si hubieran sido elaboradas momentos antes en Tokio. O conservar durante meses un filete de Wagyu sin que pierda su jugosidad original. O incluso realizar tratamientos contra el Parkinson con células madre criopreservadas con una viabilidad celular superior al 85%. Esto ya no pertenece al terreno de la ciencia ficción: es la realidad tecnológica de PROTON, la innovación japonesa que ha transformado la cadena de frío a nivel mundial.
Innovación japonesa que ha transformado la cadena de frío a nivel mundial
Su secreto está en el uso de campos electromagnéticos combinado con aire frío -35 °C que alinean las moléculas de agua, evitando la formación de cristales dañinos. En lugar de romper estructuras celulares como ocurre con la congelación tradicional, PROTON genera nanocristales que preservan sabor, textura y propiedades nutricionales. Al descongelarse, los productos mantienen su integridad como si nunca hubieran pasado por el frío.
Los datos hablan por sí solos: hasta un 50 % de reducción en tiempos de congelación, 75 % menos daño celular, menores pérdidas de peso y mermas y ahorros energéticos que alcanzan el 40 %. Esta precisión molecular se traduce en mayor calidad, menos desperdicio y mejores márgenes para las empresas que la incorporan.
Esta tecnología se adapta a todo tipo de operaciones, desde laboratorios y pequeña producción hasta grandes volúmenes industriales gracias a sus tres tipos de congeladores: armarios, carros y túneles en continuo.
Esta tecnología se adapta a todo tipo de operaciones
En Japón, es la única tecnología aprobada para conservar sushi sin comprometer la delicada textura del arroz ni el brillo del pescado. En Europa, compañías pesqueras la emplean para exportar productos premium con calidad “como fresco”, mientras que en África permite conservar capturas sin oxidación ni deshidratación.
En el sector cárnico, empresas líderes como la mexicana Sigma han reducido de forma drástica los tiempos de congelación y las pérdidas por deshidratación, preservando color, jugosidad y rendimiento económico. Panaderías industriales como Bimbo en México utilizan esta tecnología para congelar masas crudas listas para fermentar, o productos horneados que mantienen textura y volumen sin alteraciones. Incluso en el mundo del helado gourmet, profesionales como Pierre Geronimi confían en este sistema para conservar cremosidad y sabor sin cristalización.
Su impacto llega también a los alimentos funcionales y a la exportación de frutas delicadas. Empresas como Jaguacy en Brasil han logrado congelar aguacates en su punto óptimo de maduración sin oxidación, mientras startups israelíes como Gruda Lab lo aplican para conservar probióticos con viabilidad total. Platos cocinados por prestigiosos chefs con estrellas Michelin como Bernard Bach justifican su incorporación en cocinas centrales para una producción culinaria gourmet anticipada.
Su avance más asombroso está en el campo médico
Pero quizás su avance más asombroso está en el campo médico. Es actualmente la única tecnología patentada y validada para la criopreservación de neuroesferas utilizadas en tratamientos contra el Parkinson, con tasas de viabilidad celular superiores al 85 %. Frente a métodos tradicionales, supone un salto de precisión clave para biobancos y laboratorios. Su argumento es incontestable: si es capaz de congelar células neuronales con esta precisión, imagina que puede hacer con un salmón, una hamburguesa o un plato cocinado.
A ello se suman soluciones complementarias como la tecnología de descongelación por vapor seco FUSION, que permite descongelar muy rápidamente recuperando el producto sin pérdida de jugos ni textura, y la unidad de refrigeración PROMINENCE, presentado en Tokio el pasado mes de junio, que redefine la forma de conservar alimentos al prolongar la vida útil de productos frescos y descongelados como mínimo hasta una semana, creando un microclima estable sin aire directo y con una humedad cercana al 100%, sin las desventajas de la refrigeración tradicional.
La combinación de estas tres tecnologías forma el PROTON Integrated Cold System, que no solo congela y descongela sin pérdidas, sino que ahora también asegura frescura hasta el momento de consumo.
Con presencia en los cinco continentes y un showroom europeo en el Campus d'Alimentació de la Universitat de Barcelona, esta innovación ha dejado de ser una tecnología desconocida para convertirse en el referente de la congelación mundial. Las empresas que la han adoptado no solo ganan en eficiencia y sostenibilidad, sino que también lideran en calidad.
Más información
Web: https://www.proton-europe.com
Teléfono: 627 925 103
