En un momento en el que cada vez más personas buscan alternativas naturales para cuidar su salud, Ana Sitges, fundadora de Omya Terapias, ofrece un método que combina yoga, masaje terapéutico y acupuntura. Su propuesta nace de una necesidad personal tras no encontrar soluciones en la medicina convencional y de más de una década de formación y viajes por países como Reino Unido, China, India o Australia. Desde que abrió su centro en Mallorca, casi 600 personas han pasado por sus terapias.
Una historia marcada por los viajes
La historia de Ana Sitges está marcada por los viajes, que le han aportado una visión distinta de la vida y de la salud. Durante más de diez años, se ha formado en terapias naturales y bienestar en diversos países. “Cada viaje, aparte de formarme en algo, siempre ha sido como ese viaje interior, de transitar algo personal, como esos puntos de inflexión en la vida, que dices: '¿Hacia dónde quiero ir? ¿Qué necesito?'”, explica.
Durante más de diez años, se ha formado en desarrollo personal
Dos de los destinos que más le han marcado han sido Australia, donde estudió masaje terapéutico y formación en profesorado de yoga, y la India, donde vivió un choque cultural que le enseñó a navegar la incomodidad y a reflexionar sobre lo que cada situación le estaba mostrando. Fue en un ashram de Hare Krishna en Australia donde comenzó a profundizar en el yoga como algo más que posturas físicas. Sitges también destaca la riqueza de las personas que conoció durante sus viajes y cómo enfrentarse a contextos distintos permite descubrir aspectos de uno mismo.
En 2020, obligada a volver a Mallorca por la pandemia tras una década viajando, decidió transformar toda esa experiencia en un método propio que combina yoga, masaje terapéutico y acupuntura. “Todo ese conocimiento y hábitos me cambió por completo y quería que la gente conociera el potencial de esta metodología”, manifiesta.
Desde entonces, casi 600 personas han pasado por las terapias de Omya, en un contexto en el que, Sitges asegura, cada vez más personas prefieren dejar atrás las pastillas para apostar por tratamientos naturales. “La gente viene ya desesperada, porque ha ido al médico y no le han dado ninguna solución”, comenta. Una metodología que aplica tanto en el acompañamiento individual como en la comunidad local, además de trasladarla al ámbito empresarial mediante programas de bienestar y sesiones de yoga orientadas a reducir el estrés y mejorar la salud emocional en los equipos de trabajo.
Para Ana Sitges, el propósito final de la mayoría de personas es “ser feliz, estar en paz o sentirse satisfecho con lo que haces”. “Pero a menudo caemos en el modo automático y se nos olvida escuchar al cuerpo cuando nos susurra con pequeños síntomas de que algo no va bien, hasta que el cuerpo acaba gritando en forma de enfermedad. Nacemos con un superpoder que muchas veces vivimos sin saberlo, cada uno tiene la responsabilidad de decidir y hacer lo que está a su alcance”, afirma.
Su objetivo es que este método lo conozcan el máximo de personas posible
Coherencia es una palabra clave para Ana Sitges, que comprendió que no podía acompañar a otros en su bienestar sin ser constante con esas prácticas en su propia vida. Decidió reducir sus jornadas maratonianas de 15 horas, incorporar un masaje mensual como ritual de cuidado y, cuando lo necesita, recurre al apoyo de la psicología o la acupuntura. “Para ser eficaz y creativa en mi trabajo, también tenía que aprender a relajarme. La relajación no es un lujo, es una necesidad”, afirma.
Su objetivo, ahora, es hacer llegar este mensaje de consciencia y responsabilidad sobre la propia salud al máximo de personas posible, tanto desde su centro en Mallorca, bautizado Omya en honor a sus sobrinos Oliver y Mia, como a través de su nueva escuela online. “Quiero poder ayudar a que este mensaje llegue a más gente”, concluye.
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